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Juan Gabriel Valdés: “No veo con mucha tranquilidad lo que está pasando hoy y me preocupa para dónde va Chile”

Acusa “un nivel de individualismo” que ha atentado en contra de las ideas de “la política colectiva y de reflexión”.

Por: A. Chávez y D. Vásquez | Publicado: Miércoles 12 de abril de 2017 a las 04:00 hrs.
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Aun cuando admite cierta renuencia a analizar la contingencia política interna, dada su responsabilidad diplomática, el embajador de Chile en Estados Unidos, el socialista Juan Gabriel Valdés, no esconde su preocupación por el curso de los últimos sucesos registrados en el país.

También lamenta la decisión que adoptó el PS de elegir a Alejandro Guillier como su carta presidencial, asume que el expresidente Sebastián Piñera puede ganar en noviembre, pero -advierte- con una amplia abstención, lo que augura un problema de “legitimidad”; y teme el fin de la coalición de centro izquierda que gobernó por años Chile.

- ¿Cómo evalúa el rol jugado por el PS en la definición presidencial y que responsabilidad le asigna a la mesa saliente y la entrante?

- Observo con preocupación el curso que está teniendo el proceso político chileno, por cuanto veo las tendencias globales y lo que está sucediendo con el populismo en distintas partes del mundo. Me preocupa enormemente que en este país, que tiene sus bases institucionales sanas y con su estructura política en riesgo por la desconfianza, teniendo la capacidad de reconstruir esa confianza, generemos procesos políticos que tienden a confirmar las desconfianzas. Por qué se tomó tanto tiempo para tomar una definición frente a lo de Insulza, o en resolver el planteamiento del presidente Lagos pidiendo el apoyo de su partido. Esos procesos internos que no son transparentes tienden a confirmar la desconfianza de los ciudadanos sobre la política. Eso es preocupante, porque es el grumo que va reuniendo esta especie de costra de desconfianza. Y en eso evidentemente que hay responsabilidad de la dirección anterior y de la nueva dirección.

- ¿Y es falta de liderazgo, de un proyecto o el triunfo del pragmatismo?

- Voy a decir una cosa polémica, pero es una reflexión general: este país ha tenido por razones del exceso de economicismo, neoliberalismo y cálculo costo-beneficio -que son herencia de la dictadura-, un nivel de individualismo tal que se ha llegado a un punto en que aquellas ideas de la política colectiva y de la reflexión -motivaciones que Lagos encarna de manera precisa- se han perdido, son consideradas como fenómenos del pasado, idealismos absurdos o, bien, con cinismo, como simples operaciones de imagen y manipulaciones de gente astuta que quiere hacer creer que quiere servir al país, cuando lo que quiere es tener pega. Esa mentalidad, que es la peor corrupción del proceso democrático, está en todos los partidos y está ayudada por un sistema de prensa y un sistema nuevo de manejo de información que se denomina con un nombre que no le corresponde, encuestas, cuando debieran llamarse agencias de publicidad.

- Hace tiempo se habla de que la Nueva Mayoría está fragmentada. ¿Coincide con ese diagnóstico?¿A ello contribuyó ese individualismo?

- Viví en la casa de mi padre los entendimientos entre socialistas y demócratacristianos, entendimientos que fueron extraordinariamente difíciles y que se hicieron con un trabajo deliberado para generar confianza y amistad entre personas que no se conocían y venían de mundos distintos, hubo gente que se dedicó a eso (…) Estamos llegando a un punto en el que no hacemos ningún esfuerzo real por construir esa complicidad y relación que se hace necesaria para que las alianzas políticas tengan una larga mirada y capacidad de meditar las transformaciones y de llevarlas a cabo.

- ¿Teme el fin de esta coalición de centro izquierda que hoy es la Nueva Mayoría?

- Lo temo. Tengo la impresión de que se está poniendo en riesgo algo por lo cual muchos de nosotros luchamos toda nuestra vida, que es la unidad entre los socialistas y los democratacristianos que es la base esencial para construir una alianza más amplia. Y no estoy hablando entre aparatos de partidos, si no que del sentimiento de una parte de la ciudadanía que responde a sectores medios que se definen de centro. Esa convergencia es lo que hizo la transformación de Chile. La ruptura de esa alianza, solo va a traer un período de obscuridad largo en el cual se va a reestructurar de otra manera la misma alianza porque los países no pueden ser gobernados desde los extremos. Por lo tanto no veo con mucha tranquilidad lo que está pasando hoy y me preocupa para dónde va Chile.

- ¿Ante este estado de agonía, tiene alguna posibilidad que el candidato que los represente llegue a La Moneda?

- Es posible, porque creo firmemente que hay una mayoría de centro izquierda en este país y que la derecha es minoría. Lo que pasa es que si la centroizquierda decide quebrarse en cinco pedazos y la mayoría de sus votantes deciden no ir a votar, es evidente que Piñera puede ganar la elección con 25% o 30% de abstención -en la municipal hubo un 60%- y algo más de gente que no fue a votar. Entonces, estamos en un cuadro muy difícil, porque eso significa generar un gobierno sin una legitimidad real. La legitimidad institucional la va a tener, pero la política que da que la mayoría del país se sienta representado no va a estar y eso es muy complicado en el ambiente que hemos creado.

- ¿Y Guillier es el candidato que representa a la centro izquierda?

- Es el candidato del PS, del PR y va a ser probablemente el candidato de otros partidos. Yo, por razones de un optimismo esencial, que me ha guiado siempre, tengo que darle un espacio para poder saber la respuesta a esa pregunta, porque no sé lo que piensa. No tengo nada personalmente contra Alejandro Guillier, al contrario, le tengo simpatía y siempre nuestras relaciones personales estuvieron marcadas de un trato enormemente amable. Pero no me pierdo, tengo claro que no veo en este momento en él una capacidad de conducir un país, en las dificultades en que está este país, la región y el mundo. Quiero esperar a ver si efectivamente hay ahí la mezcla necesaria de talento, ilustración y capacidad de conducción para llevar a la centroizquierda a una victoria. Espero que así sea.

- ¿Ve a la DC en primarias o primera vuelta?

- Estoy seguro que la DC va a ir a primera vuelta.

 

Siria: "La solución es política"

 

El ataque de Estados Unidos a Siria el viernes pasado encendió las alarmas a nivel global ante la posibilidad de que estalle un conflicto bélico de proporciones mayores.


Para Valdés la posibilidad de que el conflicto desemboque en una Guerra Mundial es real. "Es evidente que estamos presenciando hechos de un enorme riesgo", asegura.


En su opinión y la del gobierno chileno, la guerra civil en Siria constituye uno de los hechos "más atroces y vergonzosos" de la historia reciente y se entiende que genere reacciones, "las que esperamos se den en el marco de lo que establece la carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. Esto no se ajustó a aquello", plantea.


"La pregunta es qué sigue: si la idea es simplemente castigar o resolver el problema. Y es evidente que la única solución al problema sirio es una solución política, no existe otra. Quienes piensen que simplemente se trata de resolverlo militarmente van a enfrentarse a los mismos problemas que se enfrentaron en Irak -donde se equivocaron- o en Afganistán, donde también se cometieron errores brutales".

 

Relación Chile-EEUU: "El acuerdo comercial es visto como ideal"

 

- En materia comercial, ¿cómo lee las señales del gobierno de Trump? EEUU salió del TPP, pero señaló su interés por seguir trabajando con Asia-Pacífico.


- Había una intención original de hacer una revisión radical y hoy lo que veo es un discurso muy moderado. El secretario Ross, sin duda, es partidario del libre comercio, de altos estándares en las negociaciones comerciales.


Y respecto al Asia Pacífico, si bien entendemos que el gobierno del presidente Trump tiene un acuerdo de no impulsar tratados multilaterales, debemos tener tiempo para entender mejor cómo piensa coordinar decenas de acuerdos bilaterales que generan complejidades por sí mismos y no consiguen la acumulación de normas que permite que la economía y el comercio adquiera su máxima capacidad y calidad.


- Y en el caso particular de Chile, ¿cuál es la visión?


- Chile solo puede mostrarse tranquilo, porque tiene un acuerdo que es visto como ideal incluso desde el punto de vista de los actuales estándares de Estados Unidos. Hay una historia -que no sé si es apócrifa o real-, pero que circula en Washington, que dice que cuando al presidente Trump le mostraron los distintos acuerdos comerciales y llegó al caso chileno en que Estados Unidos, Trump habría exclamado "I love that country!". No veo que haya dificultades mayores en esta materia.


Lo que sí me preocupa, y lo digo con toda franqueza, es que tenemos que apurar la legislación en materias de propiedad intelectual en Chile. Ahí hay déficit que no podemos mantener, porque nos puede traer dificultades en las relaciones comerciales con Estados Unidos.


- ¿En ningún escenario ve riesgos de un deterioro en las relaciones comerciales?


- En ninguno. Creo que al revés, cualquier examen que se haga va a llevar a la actual administración a concluir que la relación es buena. Por lo demás, tuve oportunidad de conversar con el general McMaster, director del Consejo de Seguridad y en ella mencionó en varias oportunidades la calidad del acuerdo de libre comercio con Chile y el excelente estado de la relación comercial y política con Chile, lo que también entiendo ocurrió en la conversación del presidente Trump con la presidenta Bachelet.


- Sin TPP, ¿cuál será el siguiente paso que debería dar el comercio internacional?


- Aquí quiero destacar el efecto que tuvo la reunión convocada por Chile en Viña del Mar, que en Estados Unidos fue tremendamente positivo. La preocupación de la Alianza del Pacífico por el desarrollo de un comercio en la región, que esté regulado por normas de alta calidad, quedó patente.


Antes, en Estados Unidos se hablaba de los países del Asia-Pacífico como si fueran solo los asiáticos, los latinoamericanos estábamos como una casualidad geográfica y hoy no es así, son países que demuestran iniciativa, decisión y que tienen intereses concretos. El mismo secretario Ross me dijo: "Yo hubiera querido estar en Viña del Mar".

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