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La rearticulación de la derecha

Un camino con algunos obstáculos, es el que están emprendiendo los partidos opositores que se impusieron la tarea de organizarse en una coalición más amplia, con la expectativa de interpretar a quienes no comulgan con las ideas del gobierno, para lo que están dando pasos significativos.

Por: Blanca Arthur | Publicado: Viernes 28 de agosto de 2015 a las 04:00 hrs.
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Golpeada por la fuerte derrota electoral de 2013, a lo que le siguió el impacto por el caso de las platas políticas -que afectó especialmente a la UDI- la derecha daba la impresión de que no sería capaz de rearmarse.

Pero el transcurso del tiempo, sumado a la brusca caída en el respaldo al gobierno y sus reformas, comenzó a reanimar a los dirigentes partidistas, quienes lentamente emprendieron un camino tendiente a conformar una coalición que no sólo se estructure de manera institucional, sino que también tenga un contenido ideológico que contraste con el de las propuestas gubernamentales.

Con cifras que indican que actualmente son más los ciudadanos que se identifican con la oposición, el propósito de quienes están en este esfuerzo es tratar de representar a ese segmento que saben que no se siente interpretado por sus partidos, para lo que tienen claro que el primer desafío es intentar estructurarse en un bloque lo más consistente que sea posible.

Enfrentados a una tarea que, en medio del descrédito de la política, entienden que es compleja, los principales líderes opositores dieron el primer paso significativo hace un poco más de un mes, cuando la UDI junto a RN se unieron a Evópoli más el PRI, anunciando su decisión de actuar en conjunto, lo que han concretado con reuniones semanales de sus máximos representantes, quienes se turnan las vocerías para mostrar una mirada común del acontecer político.

Esta incipiente institucionalización de las fuerzas opositoras es la que ha ido marcando un espíritu de coalición que sus dirigentes esperan que culmine en octubre con el lanzamiento de un nuevo referente que tendrá nombre, estructura e ideas propias.

La expectativa, de acuerdo a lo que indican quienes están en este proceso, es que no sólo adquiera fuerza para enfrentar la situación política actual, sino que se transforme en un conglomerado que pueda ser la base de sustento para un futuro gobierno, que perciben como una posibilidad real.

En palabras de sus propios líderes, la expectativa es armar una coalición que, a diferencia de cómo ha sido hasta ahora, no se reduzca a un mero pacto electoral, que aun con ideas compartidas, no ha tenido una propuesta de país consistente. Como reconocen algunos de sus dirigentes, es una de las carencias que quieren superar, que admiten que les jugó en contra durante el gobierno de Sebastián Piñera, quien gobernó con su propia agenda, tras lo cual la derecha prácticamente desapareció.

Oposición nítida
En lo inmediato, en todo caso, tal como lo anunciaron cuando hace un mes dieron los primeros indicios de que emprendían un camino tendiente a conformar un bloque más amplio, el propósito es mostrar el máximo de unidad para confrontar al gobierno.

Como indican que éste no ha mostrado interés en considerarlos como interlocutores para el diálogo, la decisión que han ido adoptando es asumir una actitud decididamente opositora, especialmente frente a las principales reformas, con el fin de tratar de interpretar a esa ciudadanía que se opone a ellas.

Un ejemplo que grafica la actual disposición es la actitud que adoptaron frente a la reforma laboral, en la que más allá de tratar de influir para que se le introduzcan algunos cambios, la decisión es que en ningún caso concurrirán a un acuerdo como ocurrió con la reforma tributaria, sino que derechamente la rechazarán, tal como lo hicieron cuando se votó la idea de legislar.

La idea, de acuerdo a lo que indican los dirigentes opositores, es hacer lo mismo frente a todos aquellos temas que estiman que las propuestas del gobierno no sólo no tienen acogida, sino que consideran que son dañinas para amplios sectores de la ciudadanía. En boca de algunos, lo que buscan es que quede nítido que existe un contraste ideológico entre las reformas bacheletistas con lo que ellos creen que es mejor para el país.

En la mirada de muchos de los líderes de la derecha, esta actitud de marcar la diferencia, es un paso necesario para que quienes no están conformes que con los planteamientos gubernamentales, perciban que ellos pueden ser capaces de ofrecer una opción política distinta, que es lo que asumen que no ha ocurrido hasta ahora, en que no han logrado capitalizar el descontento.

Plataforma ideológica
Como nunca antes, en el espíritu de la coalición que se está armando está el propósito de hacer un planteamiento con ideas propias que no se limiten a las que tradicionalmente se entiende que postula la derecha, ni que se reduzca a la eficiencia o al pragmatismo.

Con ese fin, quienes están articulando este referente han acudido a los distintos centros de estudio de su sector para que éstos les entreguen insumos de lo que debería ser una plataforma ideológica del bloque opositor.

Un hito en esta línea lo marcará un seminario que sostendrán hoy viernes los dirigentes de los partidos con los representantes de dichos organismos que se efectuará en Libertad y Desarrollo, de donde se espera que surjan los principales lineamientos para un ideario común.

Con el sugerente título de "Nuestras propuestas para que Chile recupere el rumbo", la idea, de acuerdo a lo que indican, es elaborar un planteamiento sobre la base de una diagnóstico propio de los problemas de la sociedad chilena, el que partiría de la base que no deben enfocarse en que el principal problema de Chile es la desigualdad -que es la mirada de la coalición gobernante, pero que hicieron propia durante el mandato de Piñera- sino que lo que importa es que las personas tengan la posibilidad de progresar con sus propias potencialidades.

El trasfondo del debate es tratar de lograr un consenso en torno a lo que debe entenderse como el sentido de justicia desde el punto de vista de la derecha, que contrasta con el de la izquierda, estableciendo además la importancia que tienen temas como el crecimiento, la equidad, o la seguridad ciudadana.

Obstáculos en el camino
Con las ideas que se puedan ir plasmando, más una estructura que pretende no sólo darle cabida a los partidos, sino también a sectores independientes, donde destacan entre otros ex colaboradores del gobierno anterior, incluido el propio Piñera, lo que buscan es ir instalando una cultura de coalición como no ha tenido la derecha, que actúe de manera institucionalizada.

Ese ánimo que impera en quienes están liderando este esfuerzo, explica el lío que se armó con el nombre, que para muchos fue el primer traspié que da cuenta de las dificultades que puede encontrar la conformación del nuevo referente.

La idea de bautizarlo como "Levantemos", que habría surgido de Piñera, pero dio a conocer el senador Andrés Allamand, si bien no fue rechazada por los dirigentes partidistas, tampoco encontró acogida, pero más que porque no concordaran con el nombre, o porque la agrupación que formó Felipe Cubillos reclamara, sino porque su origen escapó al sentido institucional que se le pretende dar al bloque.

Para no pocos fue una reminiscencia del estilo que se quiere superar, en que las decisiones no se tomen de manera conjunta, por lo que los líderes partidistas acordaron que el nombre surja de propuestas de sus propios expertos, no de aquellas que escapen al espíritu de de coalición.

Pero no ha sido el único obstáculo que ha enfrentado el referente que se está armando, porque a pesar del entusiasmo unitario, el acuerdo electoral a que habían llegado los secretarios generales de los cuatro partidos no se firmó el lunes como se esperaba. Éste consistía en que junto con postular a un candidato único a alcaldes, irían dos listas de concejales, una de la UDI y RN y otra de Evópoli y el PRI, pero el partido encabezado por Cristián Monckeberg pidió postergar la firma. Pese a que la excusa fue que estaban pendientes aspectos legales que impiden primarias para alcaldes si se postulan dos listas a concejales, el trasfondo de la determinación habría sido que algunos dirigentes de RN no habrían aceptado ir junto a la UDI para no asumir el costo del desgaste que ha sufrido dicho partido con el caso Penta.

Abanico presidencial
Como sea, los líderes del bloque asumen que este problema lo deberán zanjar porque entienden que el principal desafío que enfrentan para tener el éxito al que aspiran, es la unidad frente a próximas contiendas electorales, donde la municipal es determinante como antesala de la presidencial con la que esperan regresar al poder.

Nadie en la derecha desconoce que Piñera corre como el candidato mejor instalado, pero el ánimo que impera es que no sea ungido, sino que surja como parte de un proceso en que todos tengan la posibilidad de participar. Eso explica que en los últimos días esté apareciendo la disposición de los partidos a tener sus propios postulantes, porque a los RN que están en carrera como Manuel José Ossandón, les están saliendo otros competidores como su correligionario, Francisco Chahuán, mientras desde la UDI algunos levantan el nombre de José Antonio Kast, mientras otros no descartan el de su presidente, Hernán Larraín - considerado uno de los artífices del esfuerzo unitario- a los que se sumaría el líder de Evópoli, Felipe Kast.

Con este abanico de presidenciables, la idea es mostrar que se está conformando un conglomerado político que no se une solamente en torno a un liderazgo, sino que tiene distintas figuras que podrían representarlo. Pero como realismo saben que frente a Piñera sus opciones son escasas, lo que se busca tener al menos la posibilidad de que el mensaje de la coalición pueda abarcar un espectro más amplio, tanto para conquistar el poder, como para que éste penetre, de manera de consolidarse como opción política real que además, tenga peso ante un posible nuevo gobierno piñerista.

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