Líderes y ciudadanos dieron solemne y masiva despedida a Patricio Aylwin

Desde las 11:15 horas no se podrá circular por los patios internos de La Moneda.

Fue el aviso de uno de los asesores de Presidencia, quien ayer advertía que mientras el cortejo fúnebre del expresidente Aylwin pasara por fuera de la Casa de Gobierno, solo la figura de Michelle Bachelet podría dejarse ver.

Mientras, en las afueras de la residencia Aylwin-Oyarzún, comenzaba la cuenta regresiva para que el vehículo que transportaría los restos del ex mandatario hasta la sede del Congreso en Santiago, iniciara su marcha.

Cuestión que se concretó a las 11:25 horas, cuando escoltado por 22 motoristas de Carabineros, el cortejo comenzó a avanzar por las calles de Providencia. Espontáneamente cientos de personas empezaron a aplaudir y agitar pañuelos blancos al cielo para despedirse, homenaje que replicó la Compañía de Bomberos de la misma comuna que encendió sus sirenas.

A medida que el vehículo se acercaba a Plaza Italia, decenas de militantes se agolpaban en las afueras de la sede de la Democracia Cristiana ubicada en las cercanías de La Moneda.

Entre ellos el ministro del Interior, Jorge Burgos, el titular de OO.PP. Alberto Undurraga y la presidenta de la colectividad, Carolina Goic.

"Para mí es un tremendo orgullo y responsabilidad la conducción del partido con el legado que él nos deja, que fue la reconstrucción de la democracia", comentó emocionada la senadora falangista.
Pero antes de arribar a la sede del partido que ayudó a fundar, la carroza pasó por el frontis de la Universidad de Chile, donde estudió Derecho.

Allí había un enorme lienzo con la frase: "Egresado, maestro, estudiante. Vibre entera la universidad". Texto que se combinó con los vítores de alumnos y transeúntes que gritaban ¡Grande, el mejor Presidente! o ¡Aylwin, amigo, el pueblo está contigo!

A las 12:26 los militantes de la DC que lo esperaban en las afueras de la sede comenzaron a entonar el himno nacional, mientras varios colocaban claveles blancos sobre la carroza.

Último adiós en Palacio

Sin embargo, lo más emocionante estaba por pasar. Faltando 25 minutos para la una de la tarde la presidenta Bachelet apareció en el acceso norte de La Moneda, donde la Guardia de Palacio y el Orfeón de Carabineros la esperaban.

Vestida de negro y luciendo la banda presidencial, la mandataria giró su cabeza a la izquierda para ver cómo la carroza con los restos del expresidente doblaba por Teatinos hacia la Casa de Gobierno.

De inmediato, el Orfeón de Carabineros comenzó a interpretar el himno nacional, momento en que cientos de personas se pusieron a aplaudir espontáneamente.

Segundos más tarde, el cortejo se detuvo justo frente a la Jefa de Estado donde se realizó un minuto de silencio.

Una vez terminado, dos músicos del orfeón -apostados en los extremos del segundo piso de Palacio- hicieron sonar sus clarines.

Acto seguido, el vehículo empezó a avanzar y con ello se dio el vamos a la interpretración del tercer movimiento de la Marcha Fúnebre de Chopin.

Aplausos, pañuelos blancos, gritos y claveles blancos surcaron el cielo, mientras la familia del expresidente (principalmente su esposa Leonor Oyarzún y su hija Mariana) saludaban a la gente y les daban las gracias desde los vehículos que seguían de cerca a la carroza.

Luego de que el grupo de automóviles dobló por Morandé hacia la sede del Congreso en Santiago, los miembros de las juventudes de la DC irrumpieron por la calle con banderas chilenas y de su colectividad vitoreando una y otra vez a Aylwin.

La presidenta Bachelet siguió con atención la escena, hasta que los vehículos desaparecieron y cientos de personas comenzaron a correr tras el cortejo.

Tras eso, la mandataria recibió los honores de la Guardia de Palacio se dio media vuelta y volvió a ingresar a Palacio cerrando así el homenaje que el Ejecutivo le tenía preparado.