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Sergio Villalobos: “Bolivia tiene complejo de inferioridad”

En su nuevo libro afirma que para comprender las raíces del conflicto, hay que remontarse a la prehistoria, cuando se configura la mentalidad del pueblo boliviano y una falta de vocación oceánica.

Por: Alejandra Rivera | Publicado: Viernes 28 de julio de 2017 a las 04:00 hrs.
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A sus 87 años, el historiador Sergio Villalobos vuelve a la carga con “Bolivia, un vecino molesto” (Ediciones Universidad San Sebastián), publicación que busca desentrañar los orígenes de la conflictiva relación Chile-Bolivia, escarbando en la prehistoria y en la Colonia.

Un libro que, al igual que otros de su autoría (“La Araucanía, historia de Falsedades” y “Las Guerras de Chile y Perú”), llega en medio de un conflicto, en este caso, la demanda de Bolivia en contra de Chile en la Corte de Justicia de La Haya, por el acceso soberano al mar.

Ya en el prólogo no escatima palabras para criticar la defensa frente a la demanda boliviana, al afirmar que el gobierno chileno ha actuado con “poca inteligencia y desconocimiento de los antecedentes históricos reales”, y que la comisión asesora presidida por el profesor e historiador Joaquín Fermandois, “no tiene las personas idóneas para ir al pasado histórico”.

-¿Qué lo motivó a publicar en un momento en que las relaciones entre ambos países están tensas?

-Continuamente aparecen problemas con Bolivia, por esto decidí escribir un libro donde se aclararan las condiciones históricas de ese país, de por qué surgen estos problemas. Más que centrarme en La Haya, busqué atender a los grandes aspectos de la historia que explican esta actitud permanente de protesta.

-¿Cuáles son los factores clave para comprender esta actitud?

- Son asuntos de mediana y larga duración, no lo inmediato. Es ver cómo se ha construido Bolivia, qué es, por qué actúa de esa manera, por qué esa diatriba constante en contra de Chile. Y en eso me voy a la prehistoria, a los pueblos originarios, cómo en esa época se generó en ellos una actitud de poco aprecio del litoral, más bien, de una vida altiplánica, que ha sido la constante.

-Usted menciona en el libro que Bolivia no es un pueblo con vocación oceánica.

-Para llegar al mar tenían que cruzar el desierto, lo que antiguamente les tomaba 25 días en mulas, entonces había un aislamiento entre el altiplano y el litoral, por eso nunca lo dominaron.

-Pero en el siglo XIX surgió interés por explotar guano y salitre en la costa.

-Los límites en el litoral se definen en la Colonia y cuando se independizan, la situación era un poco ambigua y había superposición de jurisdicción de la audiencia de Charcas, como se llamaba Bolivia entonces, con la de Santiago, que ejercía alguna manera de dominio.

-También alude a los aspectos culturales, cita a Alcides Argueda, quien señala que los “mestizos” son proclives al engaño para alcanzar el éxito. ¿Esta forma de actuar se ha prolongado?

-Sí, precisamente me preocupa cómo se conformó esa mentalidad, esa cultura de aislamiento, de menosprecio a las cosas del exterior. Eso fue creando una cultura muy encerrada y una mentalidad propicia al conflicto, dados a la diatriba, al problema, a la discusión, eso es muy claro en toda su historia y explica su conflictividad. Esta actitud, en esencia, perdura, por supuesto que históricamente las cosas van cambiando, pero uno escucha las declaraciones de Evo Morales y son de una irresponsabilidad, de una falta de trasfondo jurídico real, es más bien de pelea con Chile.

-En general, esa actitud siempre se ha considerado como una estrategia política para desviar la atención de los problemas internos de ese país, entonces, ¿responde a un tema cultural?

-Sí, sociológicamente hablando, los países que no se desarrollan, que tienen poco futuro, que viven en la pobreza, buscan en forma arbitraria la explicación a su realidad, incluso, culpando a otros, como a Chile, porque se quedó con el litoral y no a los problemas internos. Cito opiniones de Mariano Baptista, un gran político boliviano, que dice ´el problema no es al mar ni el puerto, es nuestro subdesarrollo, nuestra falta de industria, de falta de vocación del trabajo´, haciendo una autocrítica muy honesta. Aquí está la explicación. Bolivia perdió más territorio a causa de Brasil y Perú, que con Chile, y no tienen conflicto con esos países ni les echan la culpa de nada. Pero Chile es el chivo expiatorio, es el problema que todos entienden y vamos atacándolo.

-Cuando se refiere a la Confederación Peruano-Boliviana y al Tratado Secreto de 1873, usted deja entrever que Bolivia siempre ha mirado con recelo a Chile.

-Hay una especie de complejo de inferioridad, Bolivia ve que este país es unitario, con gobiernos sólidos, que hay democracia, que progresa, todo lo que ellos no tienen y eso les produce un resquemor y odiosidad. Y esto es de vieja data, casi dos siglos. En esa época comienza a formarse esa animosidad en contra de Chile y a echarle la culpa de todo. Con Andrés de Santa Cruz y la Confederación, principalmente.

La defensa chilena

-En el prólogo del libro señala que la defensa de Chile no consideró antecedentes previos a 1842, antes de la Guerra del Pacífico.

-Frente a la política del gobierno chileno y de la actitud del Ministerio de Relaciones Exteriores quise aclarar aspectos históricos que no fueron tomados en cuenta, por lo tanto, al no aparecer discutidas o expuestas con claridad, perjudican la causa chilena.

El Ministerio de Relaciones Exteriores cuando dice que ha consultado aspectos históricos, se está refiriendo a las últimas cosas. Su visión es limitada, va a los 50 últimos años y no más atrás que es donde está la explicación real de los problemas de Bolivia. Quise aclarar esos viejos antecedentes, anteriores a la problemática del guano en 1842, en los comienzos de la república, la colonia y hasta la época indígena que ayudan a comprender el fenómeno.

-¿Qué factores debió incorporar la defensa chilena?

-Hablar de la ambigüedad de la soberanía en el litoral en la época de la Colonia; cómo se concedió arbitrariamente el puerto de Cobijas por la acción de Bolívar; cómo se superponía la jurisdicción chilena con la de la audiencia de Charcas, que no era una situación jurídica muy clara. Bolivia se presentó como heredera de Charcas y ahí está el disparate inicial, pues no fue tan heredera. La Guerra del Pacífico y el Tratado de 1904 son la consecuencia de esta antigua ambigüedad del litoral, sumado al éxito chileno, pues nadie nos perdona que seamos un pueblo exitoso.

-¿Cómo espera que falle la Corte de Justicia de La Haya?

-Da lo mismo lo que haga, los organismos internacionales no pueden revisar los tratados, son entre naciones y como tal se mantienen, si no, no habría un sistema jurídico internacional. Y el acuerdo anterior ya señaló que había que negociar y creo , va a repetir el mismo planteamiento, negocien pues no se puede acabar con el Tratado de 1904, que fue el que nos entregó el norte, que es lo mismo que se ha estado haciendo. El dictamen de la corte de nuevo va a ser ´sigan negociando´´.

-A la luz de la historia, ¿Bolivia seguirá siendo un vecino molesto, como el título de su libro?

-Cada vez más molesto. No hay solución. Ya tienen facilidades portuarias, de tránsito y no paga impuestos, Bolivia sale por los puertos chilenos como si fueran propios. No veo en qué se puedan mejorar las relaciones. Si Bolivia se desarrolla, progresa y tiene estabilidad gobernativa y cultura, podría ir saliendo a la superficie, pero eso no se ve.

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