Actualidad

…Y no pasaron agosto

Alejandro Fernández Beroš Gerente estudios Gemines

Por: | Publicado: Viernes 1 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Bromas aparte, no quisiera estar en los zapatos de Luis Felipe Céspedes y Rodrigo Valdés. Mi simpatía y solidaridad para ellos por lo que han tenido que pasar, especialmente en el caso del exministro de Hacienda que se tuvo que subir a una micro que iba en la dirección equivocada, sin posibilidades de corregirla. En su lugar, yo habría preferido irme de voluntario a Afganistán o Siria. Céspedes tuvo un paso opaco por el Ministerio de Economía, porque a nadie en el gobierno le interesaba lo que se podía hacer desde allí, hasta que le hicieron una encerrona, organizada en el propio gobierno que representaba y por un senador “verde” (aunque no precisamente por su amor a la naturaleza) para rechazar el proyecto Dominga, no obstante la validación técnica del mismo. La renuncia, que debió ser inmediata, era inevitable por un mínimo de dignidad, concepto del que muchos hablan, pero pocos parecen entender.

Valdés, por su parte, debió jugar al arco sin ser su posición natural y, por lo mismo, le fue mal. En el último año, más o menos, ya se le veía entregado e, incluso, cayó en el juego de atacar a los críticos por “tirar la pelota al corner”, según graficó uno de ellos. Si algo se le puede criticar a Valdés es que fue ineficaz y aguantó demasiado, comprometiendo su reputación, al permanecer fiel a un gobierno que nunca lo respaldó y para el que fue una máscara de respetabilidad mientras le sirvió y que nunca ha creído en la importancia del crecimiento, dicho por la propia presidenta por lo demás, el que, efectivamente, no ha existido en este gobierno y no por “mala pata” o el precio del cobre, sino por una incompetencia para la que hay pocos ejemplos comparables en nuestra historia o, para los mal pensados, por una estrategia consciente de destrucción de las bases del “modelo” para permitir su reemplazo futuro por una dictadura estilo venezolano o peor.

¿Qué se puede esperar en estos seis meses y fracción que quedan para que se acabe la pesadilla? En principio poco pero, como sabiamente dijo la propia Presidenta, “cada día puede ser peor” y si bien el tiempo que queda requiere enfrentar tareas ineludibles, como la presentación del proyecto de Ley de Presupuesto y la negociación del reajuste de los empleados públicos, siempre se puede hacer algo más de daño. Jorge Rodríguez es un economista más que razonable y con experiencia política, que le permitirá navegar en el mar infestado de tiburones en el que está entrando. Nicolás Eyzaguirre, por otro lado, que fue un excelente ministro de Hacienda de Ricardo Lagos, luego de su reencarnación en Educación y la Segpres es una incógnita…

Lo más leído