Comercio exterior

Los chilenos salen a la conquista de Rusia y sus aliados en la zona euroasiática

La Direcon está desplegando una nueva estrategia enfocada en profundizar el comercio con la zona Euroasiática. Buscan aliados para ser el primer país de la región en tener un TDLC con ellos.

Por: Andrés Pozo B., enviado especial a Moscú | Publicado: Viernes 7 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
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El dato es concluyente. Chile importa del mundo 4.574 productos y la Unión Económica Euroasiática -que agrupa a Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Armenia- exporta 4.343 productos. Sin embargo, de ellos, sólo 99 llegan a Chile y 52 son de origen ruso.

Al revés, la situación es un poco más favorable, pero de magnitud similar, ya que Chile exporta a Rusia del orden de US$ 700 millones anuales, monto que se ha reducido por el efecto de la crisis económica.

El momento económico no desalienta al equipo del gobierno. Esta parte del mundo concentra más de 185 millones de habitantes y tiene a la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) desplegando una fuerte estrategia.

¿El objetivo? que la Comisión Económica Euroasiática (CEE) impulse un estudio para determinar la factibilidad de iniciar negociaciones para un Tratado de Libre Comercio (TDLC), que convertiría a Chile en el primer país de la región en tener un acuerdo de este tipo.

La meta no es simple. Primero, porque la zona sólo tiene un acuerdo de esta naturaleza, con Vietnam, que está recién en implementación. Y segundo, Chile es un país pequeño en el contexto internacional.

Sin embargo, el gobierno ya definió una fórmula. Andrés Rebolledo, director general de Direcon, explica que durante los últimos tres años han visitado estos países y el próximo año lo harán nuevamente (ver entrevista relacionada). Es un trabajo de hormiga.

Además de los encuentros en Rusia, en la última misión -que encabezó Rebolledo y también integraron representante del sector privado-, se fue al detalle, visitando también Armenia, Bielorrusia y Kazajistán, que aunque son más pequeños -ya que Rusia concentra 79% de la población del bloque-, pueden tender caminos a la integración.

“En general están muy favorables, conocen a Chile y sus productos, conocen nuestra trayectoria en lo que se refiere a estas negociaciones e inserción en la economía internacional y les ha parecido un proyecto interesante que ellos apoyarían como país, no obstante la decisión final la toma la Comisión Económica Euroasiática”, explica Rebolledo.

Pragmatismo y flexibilidad

La apuesta del gobierno es amplia. Negociar un acuerdo con países como China y Estados Unidos tomó entre seis y diez años. Con Rusia y sus aliados los intentos suman recién 36 meses.

El efecto interno de la eliminación de barreras al ingreso de productos es una de las principales trabas hasta ahora, considerando que Rusia tiene sistemas para fomentar el autoabastecimiento en varias categorías, por ejemplo en la carne de cerdo.

En este punto Rebolledo es claro: “Somos países complementarios”, dijo a los miembros de la Comisión.

Visión similar que tienen en el Consejo Empresarial Rusia-Chile, cuya directora ejecutiva en ese país es Tatiana Mashkova, que también expresó que “la estructura de las exportaciones chilenas a Rusia no amenaza la economía”.

Añadió que al eliminar el arancel de 6% que pagan sus importaciones aumentaría su competitividad y, por lo tanto, su presencia en Chile, en circunstancias que uno de los temas que llama la atención es que la internación de productos rusos es once veces menor que las exportaciones, con datos a 2015.

La fabricación de materiales de construcción rápida con tecnología patentada en ese país, automóviles y tecnología, son sólo algunas de las áreas en las que a juicio de la dirigente hay potencial de cooperación bilateral.

A su vez, para Chile el potencial sigue estando en los alimentos, donde está el grueso de los envíos a esa zona.

El producto estrella es el salmón, que tiene más del 90% del mercado, posición que alcanzó a partir de las restricciones a la producción noruega.

Felipe Sandoval, presidente de SalmonChile, explica que este producto ha ganado peso en la canasta de consumo local, razón por la que el crecimiento estará marcado más porque más gente consumirá este alimento, algo que podría concretarse cuando la economía rusa se reactive, tras el bajón que ha sufrido en los últimos años, impulsada por las inversiones asociadas al próximo Mundial de Fútbol. De hecho, no es extraño ver en Moscú la remodelación de edificios y sus fachadas, preparándose para ese evento.

En el segmento tradicional la carne porcina es quizás la que tiene mejores perspectivas. De los

US$ 457 millones que se exportan desde Chile anualmente, el 17% va a Rusia. Soledad Valenzuela, de Asprocer, explica que el crecimiento de esta industria a nivel local está dado por el comercio exterior.

Sin embargo, la política de autoabastecimiento que pesa sobre este producto en Rusia ha incentivado la producción interna, lo que ha puesto en un segundo plano a las importaciones.

“Nuestro interés es ingresar productos con mayor valor a Rusia, con mejores cortes y presentaciones”, dice Valenzuela.

En materia de vinos, Claudio Cilveti, gerente general de Vinos de Chile, dice que el objetivo principal es Rusia, principalmente por el volumen de población, dado que los otros mercados son más pequeños.

Agrega que sería importante impulsar un TDLC; la experiencia muestra que, por ejemplo en el caso de China, se vio un crecimiento exponencial desde que comenzó a funcionar el tratado.

“China antes era 0% y luego comenzó a subir y no ha parado”, dice.

Sin embargo, agrega que los principales países a los que Chile llega con estos proyectos tienen acuerdos comerciales. Hoy Rusia está en el número 14 en el ranking de los países a los que les enviamos vino, pero podría convertirse en top ten, dice, lo que arrastraría el alza en los otros países de la zona.

“Lo que pasa es que se nos está acabando el mundo, por lo que es lógico dedicarle esfuerzo a lo que nos está quedando”, dice Cilveti.

"Este es uno de los mercados más importantes en tamaño y dinamismo"

Durante más de una semana, la delegación encabezada por Andrés Rebolledo, director general de la Direcon, recorrió diversas ciudades de la comunidad Euroasiática, donde pudo transmitir en persona el objetivo del país.

-¿Euroasia vendría a ser uno de los últimos lugares con los cuales abordar un TDLC?

-Este es uno de los más importantes en términos de tamaño y dinamismo. Chile siempre ha sido pionero en este tema, hace 15 años no era evidente que había que negociar con Corea y Vietnam, por lo que hay que ser adelantados, pero también hay países de África relevantes.

-¿Cuál era el objetivo de la gira?

-Teníamos la intención de seguir fortaleciendo vínculos. Durante los últimos tres años hemos venido con misiones público-privadas y el objetivo es mostrar a la comisión nuestro interés de avanzar en un acuerdo de libre comercio.

-¿Qué acogida hubo?

-En general están muy favorables, conocen Chile y sus productos, conocen nuestra trayectoria en estas negociaciones y les ha parecido un proyecto interesante que ellos apoyarían como país, no obstante la decisión final la toma la Comisión Económica Euroasiática.

-¿Qué viene en este trabajo?

-Nuestro objetivo es que nos consideren para evaluar la negociación de un acuerdo, realizando un estudio de factibilidad. Lograr esto sería un buen resultado. Ellos son una asociación muy nueva, que ha ido creciendo y solo tienen un acuerdo vigente, con Vietnam.

-¿Qué oportunidades hay para el país?

-Este mercado está mucho más diversificado respecto de nuestra canasta tradicional de minerales, concentrado en alimentos.

-¿En qué se puede crecer?

-En salmones, carne de cerdo y vinos se puede crecer, pero también en fruta fresca y frutos secos, donde no tenemos mucha presencia acá. No vendemos mucha carne de ave aún, ni productos lácteos, quesos o leche y sus preparaciones. Hay espacio.

-De Rusia, uno de los reclamos es que las importaciones de Chile son muy bajas, ¿cómo ve eso?

-Hay que hacer un esfuerzo. Eso es verdad. Hoy el comercio es desbalanceado, pero hay producciones rusas que nosotros compramos de otros países y que eventualmente podríamos traer desde acá. Hay que hacer un esfuerzo, los propios rusos tienen que hacer un esfuerzo adicional de promoción.

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