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El difícil momento legislativo de Felipe Larraín en Hacienda

Por: S. Valdenegro y C. Rivas | Publicado: Viernes 29 de marzo de 2019 a las 04:00 hrs.
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Cuando el presidente Sebastián Piñera dio a conocer el domingo pasado en Canal 13 que se reuniría esta semana con los partidos de la oposición, inmediatamente disparó la preocupación en su sector, los que advirtieron que no tenía sentido conversar directamente con la oposición sin nada que ofrecer. ¿Hasta dónde estaba dispuesto a ceder el jefe de Estado para avanzar con las reformas tributaria y de pensiones? Para muchos, la decisión del mandatario dejaba en evidencia el complejo momento del titular de Hacienda, Felipe Larraín, quien aún no ha logrado resultados en el Congreso con los proyectos emblemáticos del gobierno en materia económica.

En el mundo político reconocen que el jefe de la billetera fiscal es un tipo “entretenido y buena onda”; pero cuando se trata de negociar -dicen en la oposición- es “complejo”, porque “escucha poco”. Aunque es sabido que los ministros de Hacienda son más técnicos que políticos -del sector que sean- en esta administración eso le estaría pasando la cuenta a Larraín, porque la imagen que ha construido entre dirigentes y parlamentarios opositores es la de una actitud que le impediría llegar a acuerdos.

En el gobierno retrucan que Larraín sí ha estado abierto al diálogo con la oposición. Muestra de ello, dicen, son las cinco exposiciones que ha realizado en la comisión de Hacienda de la Cámara por la reforma tributaria, la “disposición permanente” a escuchar y reunirse con los parlamentarios opositores y la apertura a diseñar una mesa técnica que sesionó en enero y febrero.

Si bien desde la exNueva Mayoría las críticas son más fuertes, en privado en el oficialismo también deslizan quejas hacia su gestión. Por estos días, apuntan a la falta de avance de la reforma tributaria que obligó al Presidente a sentarse a negociar directamente, con los costos que ello implica: Si el mandatario tampoco consigue un acuerdo, deberá compartir el costo político con la oposición y se podría ver forzado a realizar un cambio de gabinete.

La movida de Piñera deja en evidencia la dificultad de la Segpres y del mismo Larraín en abrochar los votos DC y radicales para aprobar la reforma. Eso, asumiendo que mantiene el orden en el sector de la derecha que prefiere perder ganando: ese sector al que no le molesta que la oposición rechace la idea de legislar a fin de endosarle el costo político de tal decisión.

La falta de “muñeca política” del ministro de Hacienda, dicen parlamentarios, es un elemento que complica en esta administración, ante la compleja ecuación de una minoría parlamentaria y cuatro reformas emblemáticas: tributaria, pensiones, laboral y salud.

El titular de Hacienda ha tratado de superar sus dificultades en la arena política con expertise técnica, que es reconocida por todos los sectores. Además de ya haber desempeñado el cargo entre 2010 y 2014. Sin embargo, en la oposición advierten que ellos también tienen técnicos “muy buenos”, como el exministro Rodrigo Valdés, a quien nadie podría acusar de ‘izquierdista’ -término que Larraín habría usado en privado para referirse a los menos dispuestos a transar y acoger sus propuestas-.

En defensa del ministro, en el gobierno reconocen que si la reforma tributaria no se ha aprobado es más por “razones políticas que técnicas”. Enfatizan que el jefe de Estado se ha involucrado “desde un principio” en el proyecto, recalcando que fue “un eje central” de su cuenta pública del 1 de junio pasado. Por otra parte, la polémica entre el Frente Amplio y la DC sobre el acuerdo administrativo en la Cámara ha influido en la tramitación del proyecto. “Este es un proyecto que ha sido discutido 14 veces de las últimas 33 sesiones de la comisión de Hacienda y ya han expuesto 38 expertos en la materia. A estas alturas, cualquier proyecto estudiado con ese nivel de mérito está en condiciones de ser votado”, señalan.

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