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Jorratt e impuesto al patrimonio: "Yo pensaría en otras medidas antes que esto, como diseñar un buen sistema tributario de largo plazo"

El exdirector del SII señala que, si el proyecto avanza en el Congreso, lo importante es que tenga un buen sustento técnico. También propone ajustes a algunas exenciones, como las ganancias de capital en acciones y ventas de bienes raíces.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Jueves 13 de agosto de 2020 a las 11:34 hrs.
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Foto: José Montenegro
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Michel Jorratt confidencia que desde el inicio de la pandemia su carga laboral ha aumentado. Además de dictar clases en la Universidad de Chile, el exdirector del Servicio de Impuestos Internos (SII) hace asesorías en materia tributaria en el país y en el exterior, trabajo que se ha facilitado con el teletrabajo, recalca.

El ingeniero mira de cerca el debate que se ha generado por el denominado "impuesto a los súper ricos", señalando que la discusión debe enfocarse de manera "objetiva", ponderando los pro y los contra. Eso sí, cree que hay mejores mecanismos para entregar recursos al Fisco en medio de la emergencia sanitaria.

- ¿Cómo ve esta discusión sobre aplicar un impuesto a los súper ricos?
- Probablemente a los que nos dedicamos más a temas de diseño de política tributaria, la verdad que el impuesto al patrimonio no es la primera medida que se nos viene a la cabeza cuando uno piensa en cómo recaudar más y de forma progresiva.

Pero cuando uno ve la propuesta que está sobre la mesa, creo que hay que analizarla como lo que es. Es decir, como un impuesto por única vez en una situación de crisis. Desde ese punto de vista, muchos de los que han salido a criticar la propuesta mencionan la lista típica de defectos que tiene el impuesto al patrimonio sin que necesariamente esas críticas apliquen cuando es un impuesto de una sola vez: por ejemplo, que los millonarios se van a ir del país, algo que por ser de una sola vez no va a pasar, o que va a desfavorecer la inversión y el ahorro, lo que también es cuestionable que pase con un impuesto por una vez.

En particular desconozco los detalles de la propuesta, he escuchado que tiene algunos problemas técnicos, pero son cuestiones que se pueden solucionar en la discusión, me imagino. Entonces, puede haber argumentos a favor y en contra.

-¿Como cuáles, en su visión?
- A favor, que en una situación de crisis como esta si uno quiere recaudar más, es mejor hacerlo desde quienes más tienen, sobre todo cuando algunas de estas personas dicen que están disponibles para aportar. Otro argumento es que un impuesto de este tipo sería una forma de cobrar a determinadas personas los impuestos que antes no pagaron.

Y los argumentos en contra son que el patrimonio es difícil de valorar. Es cierto que son acciones que tienen presencia bursátil y que uno conoce los valores, pero hay otros activos que son difíciles de valorar. También es cierto que no es sencillo de fiscalizar, a pesar de que sea por una vez. También, pudiese recaudar menos que lo que se espera por lo mismo, además que hay activos que están fuera de Chile que se pueden ocultar y que hacen difícil su fiscalización.
Pero en mi opinión hay que ser objetivo en la evaluación de este impuesto.

- No hay que tener un rechazo visceral ni una aprobación a ciegas.
- Exacto.

- ¿Usted dónde se ubica entre ambos extremos?
- Hay que pensar en un sistema tributario más progresivo en el largo plazo y desde ese punto de vista yo pensaría en otras medidas antes que esto.

Ahora, uno puede decir que esto es solo para la emergencia, pero incluso así uno podría pensar que el Estado se puede endeudar y que mejor pensemos en diseñar un buen sistema para el largo plazo.

Bajo esa visión, hay otras medidas que son más interesantes, como dar un combate de frentón a la evasión y elusión. Y segundo, revisar las exenciones y las franquicias tributarias.

- ¿Qué sistemas tributarios hay que mirar en ese sentido?
- A diferencia de otros países más desarrollados, Nueva Zelanda no tiene tasas de impuestos tan distintas a las nuestras, tiene algunas más altas y otras más bajas, pero recauda 33 puntos del PIB y nosotros 21 puntos. La diferencia está en que ellos tienen menos evasión por muchas razones, pero una de las principales es que la administración tributaria de Nueva Zelanda tiene acceso a la información bancaria de los contribuyentes, no hay secreto bancario, y eso hace una gran diferencia. Pero este tema está vetado en Chile. En la situación actual, es un tema que debería estar sobre la mesa.

Además, veo difícil que alguien se oponga a reducir la evasión, la que también sería muy progresiva porque gran parte de la evasión está concentrada en los sectores de altos ingresos. Por ejemplo, cuando uno compara las cifras de Cuentas Nacionales, los dividendos y retiro de utilidades que hacen los empresarios y llegan a los hogares son prácticamente cuatro veces más grandes que lo que se declara en Impuestos Internos.

- Desde la reforma tributaria en 2014 y la que se aprobó hace poco se ha dado más facultades al SII y más recursos.
- Pienso que falta avanzar más decididamente, porque el tema del secreto bancario es una medida súper potente que nos falta y que ni siquiera se ha podido discutir.
La norma antielusión está jugando un rol tal vez disuasivo, pero lo que salió no es lo que en su momento se propuso, quedó con muchas más restricciones para aplicarla.

- ¿Le preocupa que se avance en el Congreso con el impuesto al patrimonio sin que se escuche a los técnicos, como ocurrió con el retiro del 10% de las AFP?
- Más bien, me preocupa que si se va a aprobar, que se apruebe un buen impuesto al patrimonio. O sea, que esté bien diseñado técnicamente.

- ¿Qué fórmula tendría que mirar Chile, en caso de que el proyecto avance?
- Primero, hay que definir que sea al patrimonio: o sea a la diferencia entre activos y pasivos, hay que tener cuidado con esa parte.

Y segundo, que tenga un amplio monto exento, entiendo que la propuesta es sobre US$ 22 millones. Debe haber un tramo exento en el sentido de que desde US$ 22 millones para arriba se paga sobre el margen, no que si alguien se pasa en un peso pague por todo.

Otro tema complicado es la valoración de los activos. Cuando no se cotizan en bolsa, por ejemplo, hay que pensar cómo se valoran y ahí se puede tomar el ejemplo de cómo se declara el impuesto a las herencias, con las reglas de valoración que contempla.

- En septiembre el gobierno retomará el análisis de las exenciones. ¿Cuáles eliminaría?
- Yo partiría derogando la exención a las ganancias de capital de acciones e instrumentos con presencia bursátil, por montos de recursos y por progresividad. Segundo, hay que derogar o modificar tratamientos especiales a las ganancias de capital en bienes raíces, cuyo trato es muy regresivo.

También iría por la renta presunta, aunque a estas alturas no es lo que muchos creen. Efectivamente se utilizó como instrumento para pagar menos impuestos de parte de gente de altos ingresos, pero en la reforma de 2014 -y desde antes- se venía restringiendo sus montos y los requisitos de ingreso. No creo que hoy haya multimillonarios que tengan empresas de transporte en renta presunta, por ejemplo. Pero es un tema que está en el debate hace mucho tiempo y cuya existencia hoy no tiene justificación.

El tema del trato preferencial al diésel versus el combustible también es algo que hay que analizar, no solo en términos de la devolución de la que goza la industria, sino también las tasas de impuestos.

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