Economía y Política

Expertos anticipan el septiembre “constitucional”

En el mes de la patria. Un mes simbólico elegido por la presidenta Michelle Bachelet para dar comienzo a la tercera

Por: Víctor Hugo Moreno | Publicado: Lunes 31 de agosto de 2015 a las 04:00 hrs.
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En el mes de la patria. Un mes simbólico elegido por la presidenta Michelle Bachelet para dar comienzo a la tercera gran reforma estructural prometida en su campaña: una nueva Constitución. Proceso que comenzaría luego del 18 de septiembre y que se podría extender por más de seis meses y que tendrá -en su primera etapa- un período de educación cívica para que la ciudadanía comprenda la relevancia de una Constitución. Todo aún es un misterio, respecto a las formas en que se llevará a cabo este llamado "proceso constituyente", pues aún no se esbozan los plazos que tendría, mientrás muchos ya concuerdan que durante este gobierno no se podrá firmar una nueva Carta Magna. Los académicos Patricio Zapata y Fernando Atria adelantan las principales directrices que debería tener este proceso.

patricio zapata: "Me hubiese gustado abrir este proceso de cabildos mediante una ley que los regule"

- ¿Qué deberíamos empezar a ver a partir de este mes, cuando se inicie el proceso constituyente?
- Ya vivimos en un proceso donde se discute seriamente y por bastante gente la necesidad de cambiar la Constitución. Podemos discutir si es la prioridad tres, cuatro, pero desde hace varios años mucha gente y no solamente una elite viene discutiendo. A partir de septiembre es posible que esto se transforme en una cuestión más oficial, incluso más visible en la medida que el Estado se ponga al servicio de este proceso. Nadie debiera sorprenderse que esto dure algunos años.
- ¿Qué se puede esperar del primer paso que mencionó la Presidenta, el llamado proceso de educación cívica?
- Lo que entiendo es que no se trata de hacer una fantástica campaña publicitaria para convencer a la gente que piense en una determinada dirección. Entiendo, y así hay que esperar que sea, que vamos a tener una combinación educación crítica, sin pretender ser neutral, pero sí objetiva y honesta, y de participación.
- ¿Cómo se puede medir la legitimidad de este proceso?
- Tenemos que asegurarnos que converse la mayor cantidad de gente y que los que eventualmente sean representantes, efectivamente representen la diversidad del país. El tema es cómo hacemos que esta discusión, cuando termine, pueda ser vista por la mayor cantidad de gente posible como una discusión que fue leal. Me hubiera gustado haber abordado el mecanismo con tiempo y lanzáramos este proceso, por ejemplo de cabildos con una ley que los regule, que estableciera un consejo directivo de la reforma constitucional.
- ¿Le convence en algo la idea de que por medio de un plebiscito se decida el mecanismo para la reforma?
- Valoro que hayamos pasado de versiones muy crudas 1.0 en que se pensaba que la Presidenta por medio de un decreto podía avanzar hacia una AC a la idea de un plebiscito. Las versiones 2.0 que reconocen que para que la Presidenta convoque a un plebiscito o de lugar a una AC deba cambiar la Constitución actual son indudablemente un progreso. Ahora bien, todas estas versiones adolecen de un problema central, es que siguen tratando de esquivar un dato de la causa: para cambiar la actual Constitución el mecanismo de reforma establece un quorúm de 2/3, entonces para establecer un plebiscito vinculante, para establecer una AC se necesita cambiar el capítulo 15 de los 2/3 y estos esfuerzos buscan cambiar otras partes de la Constitución que no necesitan 2/3. Esos esfuerzos violan la Constitución. También son atajos.
- ¿Se necesita un gran acuerdo nacional para establecer el mecanismo?
- La Constitución tiene que ser una casa común que albergue a todos los que pensamos distintos, no puede ser un proyecto de un bando político, y si lo llevamos en esa dirección va a ser un fracaso.
- Usted tiene cercanía con el gobierno, ¿la Presidenta sabe exactamente lo que quiere ?
- Sí. Lo que falta por definir es si la discusión del documento mismo la hará el Congreso que elijamos en 2017 o un cuerpo deliberativo: una convención o una AC. Es una decisión importante que falta por tomar. Más temprano que tarde se tiene que cerrar esto con esa última definición. Tiendo a pensar que sería mejor que el marco estuviera listo este año.

fernando atria: "Hay una idea de que las formas institucionales de participación son mañosas"

- ¿Qué relevancia tiene la primera etapa del proceso constituyente que se va a iniciar en septiembre?
- El proceso constituyente uno tiene que pensarlo no como un mecanismo institucional todavía, eso llegará en su momento. El proceso constituyente uno tiene que entenderlo como el proceso de formación de una demanda social y política por una nueva Constitución, de que esa demanda adquiera más urgencia y fuerza política. La manera en que yo lo entendería, es que lo que el gobierno puede hacer ahora para fomentar el proceso constituyente es producir discusión ciudadana sobre la nueva constitución.
- ¿Cómo debería darse este proceso que estamos ad portas de conocer?
- La función de un proceso de discusión pública es ir abriendo posibilidades. Hoy, hay mucha gente, incluso en la derecha, que dice que hay necesidad de una nueva Constitución, ellos dicen que tiene que ser en el Congreso, pero tiene que ser sometida a un plebiscito posterior, que ellos le llaman ratificatorio cuando uno diría bueno, digamos solo posterior porque puede ser ratificatorio o no. Esa también es una posibilidad que se ha abierto ahora último. Esto no se decía hace cinco años. Entonces, a lo mejor en un tiempo más van a ver que lo que se necesita no es un plebiscito posterior sino uno anterior. Uno tiene que pensar en el proceso constituyente como un proceso en que la discusión política entre ciudadanos nos va dando mayor claridad. Y eso se va reflejando en los mecanismos que son posibles o imposibles, viables o inviables.
- En la práctica, ¿cómo se hace esta discusión con ciudadanos? ¿Cabildos? ¿Cómo se legitima?
- El problema es que no sabemos lo que se va a hacer, no hay nada precisamente anunciado y el problema de eso es que hay una sensación creciente, hay una idea creciente en la ciudadanía -que no es completamente infundada-, de que las formas institucionales de participación son siempre medio mañosas, o sea, que nos dicen que hay participación, pero la participación no importa. De hecho, eso está insinuado en el discurso de la Presidenta cuando anunció que esto iba a empezar en septiembre y ella dijo tiene que haber un proceso participativo realmente incidente. Eso a qué se opone, se opone a un proceso participativo nominalmente incidente. Entonces, habrá que ver cuál es la propuesta con la que el gobierno sale para organizar esto.
- ¿Es necesario que la nueva constitución sea fruto de un gran acuerdo nacional?
-Esta es una cuestión bien curiosa, porque eso es un argumento para decir que las constituciones no pueden ser aprobadas por mayorías absolutas, tienen que ser por altos quórum, pero fíjate lo que ocurre en la práctica, porque si hoy día hubiese una reforma que pretendiera cambiar algo en la Constitución, esa reforma necesitaría tres quintos o dos tercios de los votos. Y qué pasa si hay una minoría, de un tercio más uno o dos quintos más uno, que niegan sus votos, qué pasa. Bueno, la regla que hoy existe sigue rigiendo, y el hecho de que esa regla continúe, ¿es una demostración de un gran acuerdo? No, es demostración de que hay una minoría que la defiende. Entonces, las reglas de reforma constitucional no aseguran este gran acuerdo, aseguran que las reglas de la Constitución van a seguir rigiendo, aunque sean aprobadas sólo por una minoría, por un tercio.

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