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Bachelet: "No hay ningún estudio serio" que pueda determinar el impacto de las reformas en el bajo crecimiento

A menos de un año de que concluya su segundo mandato presidencial y cuando acaba de reimpulsar la propuesta de una reforma constitucional y está ad portas de decidir respecto de otro cambio sustancial en pensiones, tiene muy claro lo que espera sea su legado.

Por: L.Gómez / T. Espinoza | Publicado: Viernes 7 de abril de 2017 a las 04:00 hrs.
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No lo duda ni un minuto. “No, no, no... No estoy disponible”, confirma espontánea y rápidamente la presidenta Michelle Bachelet cuando le recordamos que ha dicho que no seguirá en cargos públicos en Chile una vez que concluya su gobierno. Eso lo tiene claro, pero afirma que no ha pensado más respecto de lo que hará en el futuro. “Nada, porque no tengo tiempo”, asegura.

Explica que la metáfora de los tomates, eso de que podría dedicarse a cultivarlos, lo dijo simbólicamente, para expresar que le gustaría hacer algo en lo que “se pueda hundir las manos en la tierra, algo bien real y en lo que uno pueda ver los frutos de su trabajo”.

“Lo gracioso es que la ministra Adriana Delpiano (de Educación) me regaló para Pascua una cajita con tomate, ají y albahaca. Y he cosechado ají y un tomate cherry”, cuenta entre risas.

A menos de un año de que concluya su segundo mandato presidencial y cuando acaba de reimpulsar la propuesta de una reforma constitucional y está ad portas de decidir respecto de otro cambio sustancial en pensiones, la mandataria también tiene clara otra idea: cómo proyecta su legado.

- ¿Cuál espera, Presidenta, que sea el legado, la proyección, de su segundo mandato?

- Yo creo que mi legado es que este sea, para las personas, un país mejor que cuando llegamos en 2014. Y digo para las personas porque para aquellos que miden el gobierno sólo por el crecimiento económico, evidentemente este no va a ser el gobierno de mayor crecimiento económico. Eso es evidente. Sin embargo, yo espero que todas aquellas reformas que han buscado darle más dignidad a las personas, más igualdad en sus oportunidades y derechos, queden plasmadas en la vida de la gente.

Lo digo porque lo veo en la calle, recibo mails, cartas. Están esas familias que han logrado que sus chiquillos entren a estudiar, la gente que recibe los subsidios habitacionales. Nosotros recibimos este gobierno con 55 mil personas que tenían un papelito que no valía nada y la primera tarea que nos dimos fue resolver esa situación y hacernos cargo de la lista de otra gente que estaba inscrita.

Que este sea un mejor país en términos de que sea un poco más justo, un poco más igualitario y que dé muchas más oportunidades a sus niños y niñas y a sus jóvenes; ese es el legado que yo busco. Nunca he buscado ni estatuas, ni nombres ni nada de ese tipo. Cuando uno siente que tiene que hacerse cargo de una desigualdad que existe en el país, uno sabe que eso tiene costos porque no todo el mundo está de acuerdo con cambiar cosas, porque hay gente que está muy bien y cree que hay que seguir así.

- ¿Para usted ha valido la pena el costo político?

- Siempre vale la pena si sirve para la gente. Pero, mire, hay costos políticos aquí en Chile, tal vez. Sin embargo, el Banco Mundial va a sacar el primer reporte sobre educación y me invitó a mí como miembro del panel, porque está muy interesado en lo que hemos estado haciendo en educación y así en muchas cosas en que hemos estado.

También vamos a dejar a un país mejor desde el punto de vista de desafíos como el cambio climático. Lo que hemos hecho por la áreas marinas protegidas, por ejemplo, los parques nacionales, el acuerdo con la Fundación Tompkins, los 4,5 millones de hectáreas que vamos a terminar teniendo en la Patagonia son elementos claves de conservación del medio ambiente, pero también de turismo sustentable.

- Pero el costo político ha sido enorme.

- Sí, claro, hay costos políticos y personales también. El cargo uno entiende que viene con eso. Uno entiende que aquellos sectores que no están de acuerdo, van a defender sus intereses de distintas formas y eso es parte, lamentablemente, de la política. Y digo lamentablemente porque no tengo ningún problema con el debate de ideas, pero a veces -cuando se corren los límites- ese es un problema. Pero es así, es el mundo actual.

- Se sabe que estos cargos son difíciles, que tienen costos, pero es tan distinto su primer mandato, del que se fue con una popularidad gigantesca; y ahora, que ha sido bastante más duro.

- Uno enfrenta lo que le toca enfrentar. Si uno estuviera buscando como resultado de su gestión fogonazos de luz, encuestas, si eso fuera lo importante para uno, lo viviría distinto. Para mí, el que cada vez que vamos a un lugar en el que podemos ver que lo que hemos anunciado no se quedó en el anuncio, ni en un letrero en un potrero -como hemos visto en otras oportunidades-, sino que de verdad se están construyendo las escuelas, las salas cunas, todas estas cosas reales, concretas de verdad.

A mí no me interesa para nada un crecimiento económico brutal por sí solo, el crecimiento económico tiene que expresarse en una mejora en la vida de las personas. Y, por lo tanto, el que podamos haber hecho todas estas cosas que hemos estado haciendo y que vamos a seguir haciendo, con bajos niveles de crecimiento económico, con relativamente bajos niveles de desempleo, es algo que no me llena de alegría porque quisiera hacer más y con alto crecimiento económico. Pero si le estamos cumpliendo a la gente, eso es lo que a mí me genera sensación de satisfacción.

Les voy a contar una anécdota: en una cena con gente del mundo privado me reclamaron por la reforma tributaria, y yo les dije ‘pero si yo, a la semana o semanas de ser candidata, expliqué exactamente lo que iba a hacer, y ¿ustedes no lo leyeron? Me respondieron que sí, pero que creyeron que no lo iba a hacer, que era fraselogía de campaña.

La verdad es que yo he intentado hacer todo aquello con lo que me comprometí y, por supuesto, tratar de encontrar acuerdos. No ha sido fácil con la oposición, pero siempre lo seguiremos intentando. Ojalá que en pensiones nos vaya mejor que en otros temas, porque la gente necesita mejores pensiones y más dignidad y calidad de vida.

“Todos sabemos que en 2018 va a haber un crecimiento mayor”

- Esta semana conocimos que el Imacec de febrero fue el más bajo desde 2009 y el Banco Central ve el año con apenas un crecimiento entre 1% y 2%. ¿Cuál es su percepción para su último año de gobierno?

- El ministro ya nos había informado que producto de los incendios, de Escondida -que también se va a ver en el Imacec de marzo aunque en menor proporción- y lo del año bisiesto, este no iba a ser un buen Imacec. El de la minería bajó 17% y si uno saca eso, el resto creció 0,2%.

- Que es poco.

- Que es poco, sí, pero todos los especialistas señalan que esto va a ser el piso, que va a ir mejorando . Es cierto que el Banco Central habló de 1% a 2 %, pero la verdad es que antes estaban hablando del 1,2% y 1,4%, o sea, esta expectativa podría haber sido más mala.

Hay otros indicadores que han sido buenos, como las utilidades de las empresas de 2016 o la bolsa. También las exportaciones están empezando a crecer y el precio del cobre, que esperamos que se mantenga.

- Se espera incluso un nuevo súper ciclo.

- Sí, se espera en unos años más. Yo tengo la impresión de que este va a ser el piso y que de aquí en adelante vamos a ir creciendo. Todos sabemos que el 2018 va a haber un crecimiento mayor y nos parece muy bien que el país pueda seguir creciendo. Todo el mundo espera que sea así, y digo esto porque cualquier gobierno que llegue que no empiece a decir que crecimos gracias a que llegó el gobierno.

Algo que quiero mencionar es que a pesar de que el crecimiento ha sido bajo, hemos logrado que la tasa de desempleo haya estado por debajo de las tasas históricas de desempleo en Chile, que son del 7,8%. Y hoy estamos en 6,4%.

- Sí ha habido crecimiento de la cuenta propia, que suele asociarse a trabajos más precarios.

- También ha habido incremento del empleo por cuenta propia y algunos de ellos efectivamente son precarios y eso no nos gusta. Nos gustaría que hubiera más empleos formales, pero fíjese que cuando uno mira los pagos de cotizaciones a la AFP y los seguros de cesantía ve que ha habido generación de empleo formal y, si bien es cierto hay algunos empleos por cuenta propia que son precarios, hay también una cantidad enorme de jóvenes emprendedores, mujeres que trabajan en la casa, profesionales que están en condiciones adecuadas. A mí me impresiona la cantidad de chiquillos que están haciendo estos start up que se juntan en estos hubs, que prefieren emprender a ser empleados.

“No hay ningún estudio serio que diga cuál ha sido el impacto real de los factores internos”

- ¿A usted le ha sorprendido el bajo crecimiento que le ha tocado durante su administración? ¿Le ha desilusionado, preocupado?

- Obviamente, nos gustaría que fueran mejores y nos ha tenido no solo preocupados sino que también ocupados largamente. Pero aquí hay que descartar algunos mitos. El año 2013, cuando yo llegué, me entrevisté con distintas personas, tanto de juntas de vecinos como también asociaciones de gremios y algunos de ellos me mostraron desde 2012 que sus tasas de crecimiento en el ámbito metalúrgico ya venían bajando. El FMI le había dicho al gobierno de Chile que se estaba creciendo gracias al viento a favor de los precios de los commodities y que si no se ponían a trabajar firme en aumentar la productividad y bajar costos de la energía, esto le iba a pegar a la economía.

Y el año 2013 empieza a caer el precio de los commodities. Obviamente, nos han impactado factores internacionales que son incuestionables, lo dice todo el mundo: una economía, como China, que es nuestro primer socio comercial, empieza a debilitarse, y la recesión en Brasil, que dentro de América Latina es nuestro principal socio comercial. Entonces, aquí, claro, hay cosas que no teníamos contempladas cuando escribimos el programa de gobierno, hubiéramos esperado una economía más potente. Hemos buscado todas las formas de poder reactivar la economía, pero sabiendo que el Fisco es solo responsable del 20% de la economía, por más fórmulas y políticas reactivadoras que el gobierno haga, no resuelve el problema en su conjunto.

Pero qué hemos estado haciendo: aparte de la agenda pro crecimiento, está la agenda de energía y hemos logrado avances sustanciales, que son reconocidos en todas partes. De hecho, el fin de semana un artículo del Washington Post habla justamente del increíble crecimiento de energías de renovables en Chile. Hemos seguido con las concesiones, estamos generando una agencia de concesiones para tener una institucionalidad más potente para responder porque a veces me dicen que hay demoras y también el fondo de infraestructura.

A mí me impresiona la diferencia de cómo nos vemos nosotros y cómo nos ven afuera, desde donde no nos ven basados en la ilusión sino que en los datos concretos. Estuvimos ahora en Portugal y Ginebra y en todas partes Chile es visto como un país donde vale la pena invertir, que es un país serio, que mantiene las reglas claras y donde hay estabilidad política, porque aunque cuando uno a veces lee las noticias parecería que el país está a punto de explotar. Pero la verdad es que es un país que está estable, que es un democracia y, como tal, se generan todos los debates y discusiones pertinentes y en un año particularmente complejo, porque es un año electoral, con un nuevo sistema electoral, que también tensiona el sistema político.

- Además, de los factores externos que ya nadie discute...

- Me va a creer que todavía hay gente que discute y dice que no hay ningún factor externo y que son puros factores internos. He visto a ex ministros que van por todas partes del mundo diciendo eso

- Sí, pero todavía hay una discusión sobre cuánto pesan los factores internos.

- Sin duda.

- Y ahí están las reformas, las expectativas y la confianza de los empresarios, ¿cuánto peso le da usted a esos factores?

- No podría poner en una balanza y decir cuánto, no hay ningún estudio serio que podría decir cuál ha sido el impacto real de los factores internos y de las reformas.

Es evidente sí que cuando uno hace reformas, eso genera ansiedad, incertidumbre y puede provocar que algunos tomen la decisión de esperar. Ahora, es verdad que parte muy importante de la inversión tiene que ver con la minería y esto tiene que ver con el otro factor que también dijo el FMI de Chile, que es la falta de diversificación. Evidentemente la baja de los comoditities juega un rol muy fundamental en una economía que depende de las importaciones de otros países, y si esas importaciones bajan, ningún mago va a conseguir que la economía crezca.

Por otro lado, tenemos que tomarnos en serio lo que hablamos. Si todos dicen que la productividad está baja o estancada, cuáles son los factores esenciales de la productividad: el capital humano, las capacidades tecnológicas y, por lo tanto, para nosotros la reforma educacional era central en dos áreas: tener ese país más solidario o más ético, donde todo el mundo tenga más derechos y más oportunidades, pero también no perdernos ni uno solo de los talentos y capacidades que nos permitan contar con ese capital humano especializado.

Segundo, como somos serios, no somos populistas y además somos responsables, para gasto permanentes ingresos permanentes y, por lo tanto, la reforma tributaria, que ha tenido dos sentidos: por un lado, generar un sistema tributario más equitativo; y, por otro, asegurar eso: a gastos permanentes, ingresos permanentes y eso, centralmente para la reforma de la educación.

Otro elemento de la reforma educación que es clave: sabemos que es importante la calidad de los profesores, la calidad de los directivos. El proyecto de plan nacional docente nos va a permitir docentes con mejores salarios más incentivados, pero también con más exigencias de seguir capacitándose, por tanto ir mejorando las condiciones para que los chicos y chicas aprendan.

Incluso la reforma laboral, diría que la miren sin prejuicios. Aquí ha habido un esfuerzo por buscar modernizar las relacionales laborales entre trabajadores y empleados. Un ejemplo: todo el mundo dice que Escondida es un factor importantísimo en el bajo Imacec. Efectivamente, creemos que la huelga es un derecho de los trabajadores, hay todo un proceso de negociaciones entre empresa y trabajadores y es algo que está reglado.

Pero si esta nueva ley hubiera estado vigente, los servicios mínimos se hubieran definido con anterioridad, habría tenido que haber una votación secreta de toda la asamblea para tomar las decisiones y la empresa -incluso si hubiera encontrado que había bloqueos- podría haber aplicado multas a quienes lo hacían. Es decir, esta es una nueva legislación laboral que refleja derechos, pero también exige responsabilidades, por tanto a lo mejor otra hubiera sido la evolución de este mismo conflicto con este nuevo marco legal.

- Hay un cierto acuerdo en que la idea de las reformas era correcta, pero que se hicieron mal y que se gestionaron mal, ¿eso usted también lo descarta?

- Las cosas siempre se pueden hacer mejor. Sin embargo, cada vez que he tratado de saber cuál sería lo malo, cuál sería el problema de gestión, han dicho improvisación y hay proyectos que llevan tres años en el Congreso… Entonces, ¡por favor! Esa es poca eficiencia, diría. A mí me ha costado entender, más me parece un guión que se repite para cuestionar las reformas (...) Resulta que la reforma tributaria se hizo mal, pero la aprobaron por unanimidad los parlamentarios. Uno se pregunta cuál es la seriedad del tema.

Lo que creo es que hay gente que no quería esas reformas, no las quería no más, que cree que las cosas tal como estaban antes, eran mejores o era lo que ellos querían. Pero yo y mucha otra gente, no comparte esa opinión y las reformas van a mostrar sus efectos en el plazo que corresponda.

Por ejemplo, la reforma a la educación, más allá de que los profesores ya van a partir con mejores salarios y más horas no lectivas, pero lo que es calidad de la educación eso es tema de años, no es un día para otro. Sí hay cosas que se ven altiro, como los casi 240 mil estudiantes en la educación superior sin tener que tener que endeudarse y sin costo para sus familias, o los más de 240 mil alumnos que no pagan copago en los colegios particulares subvencionados.

 

Nueva Constitución: "Hemos planteado que el plebiscito debe ser con voto obligatorio"

 

Sobre la mesa del despacho de la mandataria hay dos carpetas blancas. Son los resultados de las bases ciudadanas que están al alcance de su mano, más aún ahora, su último año de gobierno, en que decidió avanzar en una de las promesas eje de su campaña: una nueva Constitución para Chile.

El lunes de esta semana la presidenta Michelle Bachelet despejó las dudas y envió la propuesta para modificar el Capítulo XV de la Constitución de 1980, la llave que abre la puerta para crear una nueva carta fundamental. Una de las sorpresas fue el camino que eligió para esta compleja tarea: el llamado a una "Convención Constitucional", que deja en manos de este y el próximo Parlamento el cómo se va a liderar esta discusión. La instancia, que deberá abordarse en la ley orgánica constitucional, deberá ser aprobada por dos tercios de los diputados y senadores y será finalmente la encargada de discutir los contenidos de la nueva carta fundamental. Posteriormente, deberá ser aprobada por un plebiscito con un importante matiz: el voto será obligatorio.

- ¿Por qué optó por una Convención Constitucional en esta fase institucional?

- La actual Constitución define en ciertos artículos cómo se reforma una constitución, pero no dice nada sobre cómo se hace una nueva. Lo que enviamos, y que siempre dijimos que íbamos a enviar, es un proyecto de ley que modificara el Capítulo XV para elaborar una nueva Constitución, que fijara cuáles iban a ser los criterios y, como se dice en derecho, cuál iba a ser la sede, es decir dónde se discute. La Convención Constitucional la elegimos porque es histórica en Chile y, una vez aprobada con los quórum que define el proyecto que enviamos, hay una ley orgánica constitucional que explica o propone cómo se conforma. La figura de la Convención Constitucional no deja afuera ninguna opción, uno no tiene por qué amarrarse a cuatro opciones, dos o tres, es una figura que deja más abierto y más libre cuáles pueden ser las alternativas siguientes.


- ¿Entiendo que este diseño se había usado una sola vez en Chile?

- Hemos tenido solo dos reformas de verdad, participativas, pero es lo que constitucionalistas propusieron. Sin este proyecto es imposible avanzar en la siguiente etapa. Le da, además, institucionalidad porque define un rol para el Parlamento actual y, por lo tanto, ellos van a aprobar o no, para poder seguir avanzando. Finalmente, creemos que también debe ser democrática y, por eso, planteamos que, una vez que se defina esa instancia, se apruebe un cierto proyecto de nueva Constitución para que la ciudadanía dé su opinión al respecto a través de un plebiscito ratificatorio con voto obligatorio para que realmente tenga la representatividad que se merece una constitución de todos.

- ¿Voto obligatorio?

- Sí, porque una constitución tiene que representar a todos para no desvirtuar el sentido de que sea "La casa de todos". Por eso, hemos planteado que el plebiscito tiene que ser con voto obligatorio.

- ¿Quedó conforme con la cantidad de gente que participó en la consulta ciudadana?

- Me hubiera gustado que fuera más, pero la mayoría de las constituciones, como en la de Colombia, que es siempre sacada como un gran ejemplo, participaron unas 80 mil personas. Acá participaron 204 mil, cantidad considerada muy buena para los estándares internacionales, pese a las dificultades de que era sábado y domingo en la mañana. Además, creo que hubo más gente porque a algunos les costó subir los datos y la foto a Internet. Si comparamos con los números del refichaje en los partidos, la verdad es que 204 mil personas es mucho más.

- ¿Esta fórmula de la Convención Constitucional le permite no casarse ni descartar una Asamblea Constituyente?

- No se descarta. Es una opción que siempre estuvo abierta. Nosotros habíamos dicho que el Parlamento será quién defina entre cuatro opciones, pero también es cierto, que la cuarta, que es la Asamblea Constituyente, es bastante improbable porque es improbable que el Parlamento decida no pronunciarse y dejarlo a un plebiscito. Por eso, hemos decidido dejar una cosa más abierta, pero vamos a proponer algo que pueda ser democrático y, además, pueda ser aprobado por el Parlamento.

- La oposición cuestionó la oportunidad en que se envía, por ser un año electoral. ¿Qué le parece a usted eso?

- Esto es algo que yo había comprometido con el país y lo estoy cumpliendo. Si fuera por lo electoral, no podríamos enviar ningún proyecto de ley sobre nada. Esto no es un naipe que haya sacado debajo de la manga. Es algo que estaba absolutamente avisado, informado. Tal vez lo que sí, yo decidí tomarme un tiempo mayor para pensar en un proyecto que pueda contar con el apoyo y el quórum que se requiere para poder avanzar.

- Usted señaló que van a dejar enviado un proyecto de nueva Constitución. ¿Así será?

- Siempre dije que este no era un ejercicio en el que le iba a hacer perder el tiempo a las personas y que después quedaría guardado en un archivo o en un clóset. En los procesos participativos, uno no puede burlarse de la gente y aquí hubo un esfuerzo muy serio, que no era fácil y eso tiene que traducirse en algo. Voy a enviar un proyecto de nueva Constitución o de reforma completa a la Constitución que exprese lo que la gente planteó, que es cómo ellos querían convivir, cuáles eran los derechos y los deberes que creían esenciales, porque lo interesante de estas discusiones es que no fue solo sobre derechos, sino también sobre deberes y sobre institucionalidad.

Fue un ejercicio bueno, nos ayudó a pensar cómo la gente quiere que sea este país y, por tanto, tengo el compromiso de enviar un proyecto de ley. Es un proyecto de ley que voy a enviar y, dado los tiempos, más bien puede empezar a discutirse en el Congreso actual y se seguirá discutiendo en el siguiente. Es clave y fundamental que esta nueva instancia que se defina pueda tomar eso como base, tenerlo como insumo, podrá generar uno nuevo, pero va expresar que lo que la gente hizo, no fue en vano. Esto se va presentar antes que terminemos el gobierno, aunque no estoy en condiciones de decir la fecha.

- ¿Pero la discusión se va a centrar en el siguiente Congreso?

- Es lo más probable, porque después vienen las elecciones, y creo que habrá segunda vuelta y después vienen las vacaciones. Si el Congreso actual quiere empezar a discutirlo, estupendo; pero lo más probable es que también le va a tocar al nuevo Congreso un rol relevante en esto.

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