Gobierno

Rafael Ariztía, el brazo derecho de Larroulet a cargo de la modernización del Estado

En Bancard lideró el desarrollo del Parque Tantauco, en el primer gobierno de Piñera ideó ChileAtiende y ahora es el encargado de concretar el lema “cero papel y cero filas” en los servicios públicos.

Por: | Publicado: Martes 8 de enero de 2019 a las 04:00 hrs.
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Rafael Ariztía Correa no milita en ningún partido (41 años, casado, cuatro hijos) pero su trayectoria laboral ha estado ligada por varios años a Sebastián Piñera, a quien ha tenido como jefe en tres oportunidades: en sus inicios profesionales en Bancard y en los dos mandatos presidenciales.

Su estilo es sin corbata y la chaqueta la mantiene en su actual oficina del segundo piso en La Moneda, por si hay alguna reunión que amerite usarla. En la casa de gobierno es habitual verlo raudo por los patios con un block de apuntes de tapa roja -el mismo que utiliza el presidente- y con su Ipad en mano camino a reuniones con ministros o jefes de servicios.

 Imagen foto_00000002Rafael Ariztía es actualmente el encargado de empujar el carro de la Modernización del Estado, área clave para el presidente, con todo lo que implica el gobierno digital, además de liderar la coordinación del segundo piso de La Moneda, siendo la mano derecha de Cristián Larroulet, el jefe de asesores de Piñera.

También está a cargo de las políticas públicas, las reuniones bilaterales con ministros, contenidos, discursos, trabajo estratégico y recursos humanos. Así es como se lo vio hace unos días, en primera fila, durante el lanzamiento de las propuestas presentadas por cuatro think tanks locales -CEP, Chile 21, Espacio Público y LyD- para modernizar el Estado.

Exalumno del mismo colegio del presidente, el Verbo Divino, al igual que sus tres hermanos mayores siguió la carrera de Ingeniería Civil. Con un MBA en Harvard ha seguido los pasos de su padre en el mundo público, Juan Ariztía Matte, quien fuera superintendente de AFP entre 1980 y 1989.

Su llegada a Bancard

La relación de Rafael Ariztía con Sebastián Piñera se remonta al año 2002 cuando recibió un llamado telefónico del propio Piñera para sumarlo a su centro de operaciones, Bancard.

Previo a eso Aríztía había recibido un premio de parte del Instituto Libertad y Desarrollo -donde conoció a Cristián Larroulet, factor clave en su aterrizaje posterior en el gobierno- por su memoria “Crisis Eléctricas de Chile, Brasil y California”, que fue publicada en Canadá. En el texto comparaba las crisis eléctricas de cada lugar y sus políticas regulatorias.

Como director de finanzas de Bancard estuvo a cargo del desarrollo de Tantauco y más importante aún, forjó una estrecha relación laboral con su jefe, que lo llevaría más tarde a ser convocado a su primer gobierno.

En 2008 Ariztía se trasladó a Celfín Capital como gerente de fondos inmobiliarios. Un año después asumiría como gerente de inversiones y gerente general de Celfin Administración de Activos, teniendo entre sus responsabilidades las estrategias de inversión y asset allocation para los fondos de inversión y clientes.

Pero cuando Sebastián Piñera asumió por primera vez como presidente, Ariztía recibió nuevamente su llamado. Tenía una tarea que encargarle: quería que se abocara a reducir la brecha en las atenciones y calidad de los servicios públicos, desde el cargo de coordinador ejecutivo de la modernización del Estado.

“No quiero que haga un libro, necesito que veamos cómo entregar un mejor servicio”, cuentan que le dijo entonces el presidente. Su labor terminaría traduciéndose en la creación de la ventanilla única del programa ChileAtiende.

En un artículo de revista Qué Pasa, en 2011, Ariztía explicaba su enfoque: “Si uno le cambia a las personas el modelo de atención y evita que para hacer un trámite A le pidan un certificado B, esas cosas le cambian y le mejoran la vida. La modernización, si uno ve al mundo privado, va mano a mano con la tecnología”.

Tras su paso por el Estado, volvió al sector privado para formar el multi family office MFO Advisor, junto a Carlos Vial y Rafael Carvallo.

Pero por tercera vez, en marzo de 2018, volvería a recibir un llamado de Sebastián Piñera.

“Sonar como orquesta”

“Su estilo acomoda a Piñera y Larroulet, pues mantiene un muy bajo perfil, no le gustan las apariciones públicas en medios, es estudioso, analista y proactivo”, dice un cercano. “Tiene algo que es fundamental para trabajar directamente con el presidente: le queda claro a la primera vez que escucha una instrucción”, sostiene una fuente de gobierno.

Otra de las características que lo tiene trabajando como asesor del mandatario es que “trae siempre más de una propuesta y da constantemente cuenta de lo que está realizando”, lo que encaja con el estilo de Piñera.

Considerado una persona de buen trato y muy profesional, se le reconoce su pasión por elevar el estándar de los servicios públicos. “No le faltaría pega en el sector privado, así que se valora su dedicación” a la esfera pública, dice un funcionario que trabajó con él en el primer gobierno.

A diario interactúa con Cristián Larroulet y varias veces a la semana con Piñera, debido a que una de sus misiones es “asegurar que la agenda del presidente se vaya ejecutando al igual que la de los ministros, coordinar la ejecución del programa en diversas áreas para mejorar la gestión, los servicios y hacer un Estado más moderno”.

Algunos que han compartido con él en el gobierno coinciden en que “trabajar con él es simple, claro y sabe lo que necesita. Las reuniones no son muy largas. Te pone metas concretas y más de una vez ha dicho que el objetivo del gobierno es que todos trabajemos coordinados. Nos pide sonar como orquesta, no como instrumentos independientes”.

Por estos días su prioridad es la transformación digital dentro de los servicios públicos. Transformación que debe basarse en tres ejes: identidad digital, cero papel y cero filas.

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