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Raphael Bergoeing: “Hoy están dadas las condiciones para que Chile pueda lograr acuerdos apoyados por sindicatos y empresarios”

Durante la presentación de las propuestas de la mesa técnica laboral y sindical en La Moneda, el presidente de la Comisión Nacional de Productividad (CNP) hizo un llamado al Congreso para que apruebe los cambios que se proponen.

Por: Rodolfo Carrasco | Publicado: Viernes 4 de enero de 2019 a las 18:21 hrs.
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El Presidente Sebastián Piñera recibió el informe de la mesa técnica laboral y sindical con más de 50 propuestas para modernizar el mercado del trabajo. En la ocasión, Raphael Bergoeing, integrante de la instancia y presidente de la Comisión Nacional de Productividad (CNP), afirmó que "ahora el desafío es que el mundo político pueda transformar esto en cambios y leyes concretas".

-¿Qué tan importante es el trabajo realizado y la necesidad de impulsar cambios laborales?

-Son varias las razones por las que creo que una mesa como esta tiene un potencial enorme de contribuir, más que al desarrollo económico del país o subir el ingreso per cápita o mejorar la productividad, es a que la calidad de vida de las personas -donde al final terminamos desempeñándonos durante un número de horas muy largas en el mercado laboral-, sea un poquito mejor. Esto tiene que ver con varios elementos: La legislación laboral chilena tiene unos rezagos que dificultan que el desempeño de cada persona sea lo mejor posible en su lugar de trabajo, pero también porque están cambiando de manera muy rápida y significativa las condiciones en las que muchas generaciones tienen que desempeñarse hoy en el mercado laboral y eso lleva a hacer un ajuste en lo que tenemos, pero también a prepararnos para lo que viene. En esto lo que más me parece valioso de esta experiencia es poder combinar una mirada desde lo técnico desde distintas disciplinas y miradas. Con experiencia académica y laboral, pero más allá del diagnóstico me encontré con el compromiso de avanzar en reformas concretas para que la calidad de vida de las personas en el mundo laboral sea mejor y cada uno pueda dignificar su trabajo de mejor manera. Así que me quedo con una sensación muy positiva de lo que viene y ahora el desafío es que el mundo político pueda transformar esto en cambios y leyes concretas. Es el ejecutivo quien tiene que, a través de su propuesta, plantear una reforma legal y el parlamento llevarla a la práctica, mejorándola en el debate legislativo, pero transformándola en realidad más pronto que tarde.

-¿Hay espacio para eso en el mundo político?

-Muchas veces lo que ocurre en el mundo laboral es que se producen tensiones con el cambio tecnológico y el trabajo, tensiones entre los intereses de la empresa que tiene una posición que es privilegiada frente al trabajador. No es una relación simétrica entre el dueño de la empresa y los trabajadores, por una historia que ha sido bastante negativa en muchas dimensiones durante el siglo XX, es que uno tiene estos prejuicios. Si bien algunos de estos prejuicios tienen asidero en la vida real, otros no y creo que hoy están dadas las condiciones para que Chile, que ha alcanzado un nivel de desarrollo que lo ubica en la mitad del camino hacia transformarse en un país avanzado, pueda lograr acuerdos que sean apoyados desde la mirada sindical y de los empresarios, de todos los sectores, porque son acuerdos que benefician a todos, para que estas transiciones que requieren los cambios laborales sean lo menos costosas para todas las personas.

-El presidente precisó que no se busca precarizar el trabajo que es lo que algunos sectores siempre plantean ante cambios laborales

-Estoy de acuerdo con lo que plantea el Presidente. Algunos de los prejuicios vienen con imaginar un mundo en donde las personas necesitan trabajar siendo estudiantes, migrantes, mujeres o jóvenes y poder desempeñarse haciendo varias cosas al mismo tiempo. Algunas de ellas remuneradas o no y eso muchas veces la legislación laboral no lo permite, y no lo hace por razones que eran válidas en el Siglo XX, pero que cada vez pasan a ser menos importantes. Por un lado hay un temor de avanzar hacia lo que en el mundo de la economía se conoce como flexibilidad o adaptabilidad y que no signifique precarización, porque también es cierto que la relación laboral entre trabajador y empresa no es simétrica. Se requiere que a través de la legislación se proteja al trabajador y pueda enfrentar esta negociación de manera justa y lo hagamos para que las personas puedan cumplir sus deseos de poder desarrollarse dignamente en el trabajo, haciendo las cosas que quiere hacer. Efectivamente la precarización es un prejuicio que aparece de inmediato y que tiene asidero en la historia del Siglo XX, pero que hoy la legislación debe ser capaz de enfrentar y que las personas puedan seguir el proyecto de desarrollo personal y laboral. Estoy optimista, pero esto debe hacerse aprovechando que hoy desde distintos grupos estamos apoyando estas propuestas y que si se transforman en leyes concretas, a la luz de la experiencia internacional, debiera permitir que no algunos, sino que todos estén mucho mejor que antes y dignificados en nuestros trabajos.

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