Laboral & Personas

El teletrabajo se luce en el aparato público: sube productividad y calidad de vida

Esta es la primera entidad estatal en aplicar la modalidad. Resultados mostraron que producción diaria es mayor en teletrabajadores que en sus pares que no lo son.

Por: Magdalena Arce L. | Publicado: Miércoles 21 de marzo de 2018 a las 04:00 hrs.
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El concepto de lo que entendemos por trabajo está adquiriendo nuevos significados y muy acordes a los tiempos de la era digital. Esto se refleja en el teletrabajo o trabajo a distancia, modalidad que está tomando cada vez más fuerza en el mercado laboral chileno.

Uno de los pioneros en instalar esta práctica fue el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi), gracias a la Ley 20.971 que en 2016 introdujo innovaciones en materia de empleo público en Chile.

Esta normativa faculta al director nacional de la entidad para eximir del control horario a hasta un 10% de la dotación total del personal del servicio, para que así puedan realizar sus labores fuera de las dependencias de la institución. Gracias a la normativa, 17 trabajadores del Inapi comenzaron a teletrabajar desde marzo del 2017.

A un año de su implementación, la Dirección de Presupuestos (Dipres) junto con el Centro de Sistemas Públicos de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile realizaron una evaluación del proceso y dieron a conocer resultados que marcan precedentes para una modalidad de trabajo que a futuro podría tener cabida en más instituciones del Estado. El estudio -que incluyó métodos cuantitativos como cualitativos-, reveló que en términos de productividad, entre 2016 y 2017 ésta aumentó en cinco de las siete áreas en las que se implementó el teletrabajo (Fondo, Forma, Renovaciones, Patentes y Diseño), donde las únicas excepciones fueron las áreas de “Pagos” (de Marcas) y Call Center (de Operaciones).

Por otra parte, se pudo observar que en el ámbito de conciliación de vida laboral, familiar y personal, los teletrabajadores (TT) experimentaron un alza significativa entre marzo y junio, (de 0,67 a 0,78) y posteriormente una leve baja hacia noviembre (0,76), en comparación a los no TT. Eso sí, el movimiento es “concordante con la información cualitativa, que da cuenta de un estado inicial con altas expectativas en relación al teletrabajo y luego da paso a una mayor moderación”, señala el estudio.

Además, se pudo apreciar que el teletrabajo tiene un mayor efecto sobre las mujeres. Sobretodo en aquellas que quieren “compartir más tiempo en familia”.

Desafíos por resolver

El trabajo a distancia no está exento de obstáculos, donde la pérdida de vínculos con compañeros y la separación de espacios son los principales problemas a los que se tienen que enfrentar.

El primero de ellos fue “subestimado inicialmente”, pero cobró fuerza durante las últimas entrevistas hasta tomar un peso relevante, donde “se reconoce que la ausencia de oficina implica una disminución del contacto y que también muchas de las conversaciones diarias terminan por centrarse en temáticas laborales”.

En cuanto a la separación de espacios, los teletrabajadores relataron la dificultad que se presentó al momento en que tiempos familiares invadían lo laboral y viceversa. “La mayoría de los entrevistados debió comunicar explícitamente a sus cercanos que estar en la casa no significaba plena disponibilidad para realizar tareas no laborales”. Y donde las mujeres se vieron mayormente afectadas, ya que se presentó “una suerte de auto-presión por realizar tareas del hogar”, sentenció el estudio.


El teletrabajo a ojos de los colaboradores

Tanto para los teletrabajadores como para los trabajadores convencionales la modalidad ideal se basa en la flexibilidad. Esto quiere decir que lo más relevante para ellos es la adaptación que puedan tener ante el surgimiento de eventos personales.

Esto, según datos recopilados en entrevistas del estudio, "podría contribuir al propio desarrollo del trabajo". Pero además, reconocen la necesidad de fijar días para poder organizar el trabajo colectivo, por lo que una modalidad estable de teletrabajo es razonable para el funcionamiento del equipo.

En contraposición, para las jefaturas la inclinación va hacia una flexibilidad moderada y un modelo de teletrabajo más acotado, con mayor presencia en la oficina.

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