Más del 60% de egresados de escuelas de formación sindical son mujeres

En los próximos años, al parecer, habrá una fuerte participación femenina en los sindicatos y comisiones negociadoras del país. Así lo reflejan los datos del Programa Escuelas de Formación Sindical del Ministerio del Trabajo.

Durante 2017, la cartera que lidera actualmente Alejandra Krauss adjudicó 54 escuelas divididas en tres líneas: Nuevos Líderes con 22 escuelas, Nuevas Líderes Mujeres con 11, y Formación Continua con 21 escuelas, por un monto total de $ 813.980.000 (unos US$ 1,4 millón).

Las bases del ministerio plantean que la finalidad de esta iniciativa es apoyar el mejoramiento continuo, permanente y sistemático de la formación y capacitación de los dirigentes sindicales “en el ejercicio de sus roles como actores sociales”.

Durante 2017 hubo 1.920 inscritos en las escuelas, de los que egresaron 1.482 alumnos, y el 61% de éstos últimos fue mujeres.

Si bien la cantidad de escuelas fue levemente inferior a las que hubo en 2016 (62 escuelas), la cantidad de alumnos en 2017 fue mayor, ya que en 2016 participaron 1.747 trabajadores.

El abogado laboral de BDO Chile, Karl Sievers, explica que el aumento de la participación femenina en este programa tiene relación con la nueva legislación. “Es natural que se dé este fenómeno, porque la reforma laboral resguardó la participación femenina en los sindicatos, para potenciarla”, expuso.

En concreto, la Ley 20.940, que moderniza el sistema de relaciones laborales y que entró en vigencia en abril 2017, estableció que los estatutos de los sindicatos “deberán incorporar un mecanismo destinado a resguardar que el directorio esté integrado por directoras en una proporción no inferior a un tercio del total de sus integrantes con derecho al fuero y a las demás prerrogativas que establece este Código, o por la proporción de directoras que corresponda al porcentaje de afiliación de trabajadoras en el total de afiliados, en el caso de ser menor”.

Respecto a esto, Sievers agregó que “este aumento no sería sin la reforma, así de simple. Para mí está super relacionado”.

En relación al impacto de este tipo de programas, el experto laboral destacó que “es una buena iniciativa, porque ser dirigente sindical no es algo fácil, es algo que requiere una preparación. Tienes que tener conocimiento de normas legales y laborales. En el fondo tienes que tener un grado de preparación, sean hombres y mujeres. En ese sentido esto es un aporte, para que los dirigentes conozcan a lo que se enfrentan”.

En el caso particular de las escuelas Nuevas Líderes Mujeres, del total de las alumnas inscritas egresó el 94%.

En el programa, además, se registraron siete alumnos extranjeros, de los que cuatro tenían nacionalidad peruana.

Programa en regiones

En relación al presupuesto de la iniciativa, según información del Ministerio del Trabajo, el 92% del presupuesto asignado a las Escuelas de Formación Sindical, corresponde a proyectos a ejecutar en regiones.

En este tema las regiones que lideraron en el programa fueron: Bíobío con 13 escuelas, Valparaíso con 9 y Coquimbo y Los Lagos con cinco escuelas cada uno.

En la Región Metropolitana, en tanto, se realizaron cinco escuelas.

Cláusulas de género en la reforma laboral

Ley 20.940, que Moderniza el Sistema de Relaciones Laborales, incorporó cláusulas de género que buscan contribuir a una mayor participación de mujeres en los sindicatos, específicamente en los directorios.

En relación a esto, la normativa además de la obligación de incorporar en los estatutos de organizaciones mecanismos que garanticen integración de mujeres una mujer forme parte de la comisión negociadora sindical en casos de que no se aplique la regla de cuota.

La normativa permite, además, que las dirigentas sindicales puedan negociar acuerdos para la conciliación del trabajo con las responsabilidades familiares; el ejercicio de la corresponsabilidad parental, entre otros.

En la ley se estableció también la posibilidad de que las empresas acuerden con los sindicatos sistemas de jornada que combinen trabajo presencial en el lugar del trabajo y fuera de él, lo que fomenta la corresponsabilidad en el espacio familiar y laboral, tanto para hombres como para mujeres.