Familias empresarias reenfocan sus fundaciones y aumentan inversiones de impacto por la pandemia

Las empresas familiares han enfrentado una serie de transformaciones en su forma de trabajo y en los focos de acción en diversos ámbitos como consecuencia de la crisis social, primero, y la pandemia por el coronavirus, después, afirma la gerenta general de la asociación que las reúne en Chile, Magdalena Díaz.

"Entre nuestros socios tenemos realidades distintas: empresas fuertemente golpeadas por estar en sectores afectados por las restricciones de desplazamiento -como turismo, restaurantes o el inmobiliario- y otras menos, como las del sector alimentos. Pero prácticamente en todas hay un denominador común: un proceso de introspección tanto al interior de las familias como de las empresas, para analizar cómo desembocamos en la crisis social y cómo salir fortalecidos de esta crisis sanitaria", explica.

La Asociación de Empresas Familiares (AEF) tiene algo más de una década de existencia y entre sus principales objetivos se cuentan asuntos de gobernanza familiar como sucesión, incorporación de nuevas generaciones; apoyo en la formación de fundaciones filantrópicas y family office. Entre sus 82 grupos familiares socios, cuenta a las familias Luksic, Von Appen, Said, Yarur, Cousiño, Arrigoni, Bofill, Zabala, Barros, Casanueva, Cueto, Engel, entre varios otros.

Según relata Magdalena Díaz, durante este período de crisis el trabajo de asociación se ha intensificado y ha sido muy cercano con las familias, con encuentros y almuerzos semanales vía Zoom, encuestas y talleres.

La ejecutiva cuenta que la entidad tiene cuatro áreas de trabajo: AEF Family Office, que es presidido por Arturo Palma Matetic y tiene 52 family office asociados y que este año se ha enfocado en visibilizar las inversiones de impacto; AEF Fundaciones, dirigido por George Anastassiou, que trabaja junto al Cefis de la UAI, y que cuenta con más de 50 fundaciones asociadas, "muchas de las cuales se han reinventado este año para apoyar en la crisis sanitaria"; AEF Futuro, con Ariel Aguilar al mando, que reúne a las nuevas generaciones de las empresas familiares, y AEF Mujeres, que lidera Belinda James.

- Respecto a la inversión de impacto, ¿cuántas empresas familiares realizan este tipo de inversión y en qué sectores invierten?

- De acuerdo a una encuesta que realizamos a nuestros asociados y que acabamos de cerrar, el 35% de las familias empresarias de la AEF afirma realizar inversiones de impacto, mientras el 27% no las está realizando, pero está evaluando hacerlo.

Los principales sectores en los que manifiestan interés son educación, innovación y tecnología y emprendimiento.

- ¿Qué significa en la práctica que las fundaciones se han reinventado?

- Hace un par de semanas tuvimos un encuentro de AEF Fundaciones con el CEFIS, en el que participaron una treintena de instituciones y en el que analizamos los desafíos que les impuso la pandemia. Y fue muy impresionante ver cómo el Covid-19 cambió inesperadamente su foco de trabajo, al menos temporal. La salud, por ejemplo, nunca fue un área de trabajo de la Fundación Luksic y en esta crisis cambiaron sus prioridades y realizaron una importación de insumos sanitarios. La Fundación Colunga, es otro ejemplo. Ha diseñado proyectos y un fondo concursable para financiar a organizaciones que ejecuten proyectos colaborativos, destacando que el foco serán las fundaciones intermedias que trabajan en los territorios como Techo, la Comunidad de Organizaciones Solidarias y el SJM. Y en ello están trabajando en alianza con otras fundaciones AEF.

También tenemos otros casos, como Fundación Ibáñez Atkinson que ha reasignado presupuestos de actividades para donarlos a fundaciones impactadas por la reducción de donaciones o alza de costos por el Covid, como María Ayuda, Fundación para la Superación de la Pobreza o Dulzura para el Alma que opera en el Calvo Mackenna.

- ¿Cuáles son las perspectivas para lo que resta del año?

- Las empresas familiares enfrentarán un ciclo económico similar al resto de las empresas, el cual, a medida que se produzca el desconfinamiento, traerá mayores niveles de actividad económica. En el mediano plazo, eso sí, existen factores de incertidumbre que probablemente harán difícil retornar a tasas de crecimiento alto.

Lo interesante es que al interior de las familias empresarias la pandemia ha abierto oportunidades para que los jóvenes se incorporen aún más a la organización. Se valora su visión horizontal, capacidad para incorporar tecnología, mayor disposición a introducir innovaciones. Se ha generado un mayor intercambio de ideas, lo que ha gatillado procesos de innovación y creatividad que van a tener resultados en las formas de estructurar el negocio hacia delante. Todo está generando cambios que pueden ser muy virtuosos.

-¿Está medido este cambio? ¿Cuántos jóvenes han ingresado a las empresas?

-En la última encuesta que realizamos, el 50% de los empresarios familiares dijeron que la incorporación de las nuevas generaciones ayudaba a promover la diversificación de inversiones y el 21% opinó que las nuevas generaciones ayudan a fomentar inversiones hacia nuevos emprendimientos. En una encuesta anterior 1 de cada 10 familias afirma que el principal desafío para abordar es el de la incorporación de las nuevas generaciones, la cuarta opción más votada. Esto se suma a las experiencias que las familias nos van compartiendo en las reuniones que realizamos.

- ¿Cuáles son las tareas más importantes para el mediano y largo plazo?

- La pandemia ha develado con mayor fuerza lo importante que es tener un proceso de sucesión bien definido, integrar distintas miradas desde la familia y lo relevante que es establecer mecanismos de filantropía, que es el canal a través del cual las familias materializan su compromiso con la sociedad y dejan su legado.

En cuanto a la AEF, uno de nuestros desafíos es promover la masificación de las inversiones de impacto en nuestra área Family Office, expandirnos con nuestras actividades a regiones y ampliar nuestras alianzas internacionales. Ya trabajamos con nuestros pares de Perú y Colombia y ahora estamos buscando generar alianzas en Europa y EE.UU.

- ¿Por qué la AEF asumió como labor principal el ser "contención y apoyo de las familias empresarias en este momento de crisis"?

- Nuestra definición como AEF es ser un punto de encuentro y un espacio de aprendizaje único para las familias empresarias de Chile, que tiene la particularidad que se realiza entre pares, pues esto no es una consultoría. Y en este contexto de pandemia esto se ha materializado más que nunca. Gracias a la tecnología, nos reunimos dos a tres veces a la semana en encuentros, talleres y almuerzos virtuales de socios, y se ha generado un impresionante sentido de comunidad. Son muchos los socios que nos agradecen tener este espacio de contención en este momento.

- Reunirse dos o tres veces a la semana es harto...

- Hemos duplicado nuestras actividades en este año aprovechando el formato online para estar más cerca de las familias. Todos los jueves, por ejemplo, a las 10:30 nos reunimos en charlas del ciclo "De la incertidumbre a la acción", donde hemos abordado temas como el nuevo liderazgo y el gobierno corporativo familiar en tiempos de pandemia; el rol de los empresarios familiares, los cambios en el escenario económico chileno e internacional junto a expertos y a nuestros propios socios que dan sus testimonios, como lo han hecho Catalina Saieh, Sofía y Gianfranco Arrigoni, Pablo y María José Bosch, Christoph Schiess, Jean Paul Luksic, Gonzalo Bofill, Manuel Fernández (PF), Alberto Ferrán (San Camilo), entre otros.

En cada encuentro participan en promedio 50 empresarios y empresarias familiares regularmente. Son muy activos.

Tenemos otro ciclo, el de inversiones de impacto, donde han presentado Catalina del Río, Andrés Pesce de Stars, además de diversas actividades por capítulo, en alianza con AEF Perú, más los almuerzos de socios.

Esta semana tuvimos un encuentro de padres e hijos en el que expusieron Juan José Cueto, Teresa Matetic, Felipe del Río y Manuel Diéguez (Disal).