Laboral & Personas

Osvaldo Macías y la agenda 2021: “Nuestro gran deseo sería que la reforma previsional se apruebe este año”

La autoridad hace un llamado a los actores a consensuar pronto las modificaciones y advierte que se requerirán mayores recursos fiscales.

Por: R. Lucero y S. Valdenegro | Publicado: Lunes 4 de enero de 2021 a las 04:00 hrs.
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Fotos: Patricio Valenzuela
Fotos: Patricio Valenzuela

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“Ha sido un año duro, pero el balance para nosotros -dentro de todo- ha sido positivo”. A la hora de repasar el surrealista 2020 y proyectar el incierto 2021, la frase del superintendente de Pensiones, Osvaldo Macías, sugiere optimismo, sobre todo porque pone en perspectiva las siete leyes en las que participó la repartición, partiendo por el alza de las pensiones básicas solidarias, y pasando por la Ley de Protección del Empleo (con tres modificaciones legales), la inclusión de las trabajadoras de casa particular al Seguro de Cesantía, para terminar en los bullados retiros de fondos previsionales.

“Fue una mega operación, la más grande en la historia de Chile y también en tiempo récord, con un esfuerzo de todos los actores”, destaca el ingeniero sobre el pago de US$ 19 mil millones que implicó el primer rescate que hicieron 10 millones de personas. El segundo ya va en US$ 10 mil millones.

Pero la tarea no para, y a las normas de calidad de servicio de las AFP, de finanzas verdes y de ciberseguridad, se sumarán este año la licitación de cartera de afiliados y la del Seguro de Cesantía, además de seguir con su rol esencial de fiscalizar a las administradoras y perseverar en el desarrollo de la dimensión tecnológica del servicio.

En 2019 recibieron 140 mil consultas y a noviembre pasado sumaban 420 mil. “Ha sido un esfuerzo gigantesco de todas las áreas”, se le escucha decir a través de Zoom, al igual que en innumerables sesiones en las que participó en el Congreso en los últimos meses.

- Entre estas siete leyes aprobadas en 2020, ¿le hubiera gustado incluir la reforma previsional?

- Sin duda, ese es nuestro gran deseo, ojalá pudiéramos sacar adelante la reforma.

- ¿Hacia allá irán los esfuerzos de la superintendencia en 2021?

- Tenemos una agenda de trabajo definida para este año que inicia. Hay cosas que dependen de nosotros y otras no. Nuestro gran deseo sería que la reforma previsional se apruebe. Llevamos muchos años en esto y vemos en todas las encuestas de opinión que el tema de las bajas pensiones es prioritario para la población.

Cada año se pensionan alrededor de 270 mil personas, y cada año que pasa sin que la reforma se apruebe es más gente que queda con sus pensiones bajas.

Pensamos que se puede hacer una reforma, es más difícil hoy que ayer por los retiros, ya que habrá US$ 30.000 millones menos en las cuentas; después de la crisis por la pandemia tenemos un Estado más endeudado y con menos holguras fiscales, y también un desempleo más alto, con menos gente cotizando. Los aumentos de cotizaciones van dirigidos a los empleadores.

El proyecto que aprobó la Cámara de Diputados tiene una buena base para trabajarlo, siempre se puede perfeccionar, y probablemente se requieran recursos adicionales y el poder Ejecutivo y el Legislativo tendrán que ver cómo allegarlos. Pero pensamos que la base está y que se debiera avanzar.

- ¿Cómo se imagina ese acuerdo?

- Voy a hablar en términos generales. Todo cambio debe ser gradual, la gradualidad se puede discutir. Como es tan grande el monto de cotizaciones que se recauda -alrededor de US$ 700 millones-, cada punto aporta mucho. Hoy, uno puede diseñar un plan de transición en el cual aumentando las cotizaciones gradualmente se pueden ir subiendo los beneficios de la gente. Y eso, por lo demás, se planteó en el proyecto aprobado por la Cámara.

Probablemente, como hay menos base de ahorro, se va a requerir una inyección de recursos mayor a través del fondo colectivo solidario que se está creando.

“Las distancias no son tan lejanas”

- El tema que tiene a las partes distantes es la distribución del 6%. También hay otro foco en separar la gestión de las cuentas del saldo. Incluso hay propuestas para modificar las tablas de mortalidad. ¿Algunos de estos puntos le hacen sentido en lo técnico?

- Lo que han planteado los distintos sectores tiene sentido y, en general, están técnicamente sustentados, pero es necesario ponerse un poco más en el lugar de las personas, que son quienes no entienden estas discusiones tan abstractas y teóricas. Lo que quieren las personas es que suban sus jubilaciones.

La propuesta del Gobierno y que fue reformulada en la Cámara sube las pensiones. La propuesta de la oposición también lo logra. Por lo tanto, veo que las distancias no son tan lejanas. El problema es cuando cada uno cree que la posición suya es la única válida.

Si realmente pensáramos profundamente en lo que las personas están sufriendo, debiera haber un esfuerzo mayor para un acuerdo. No puede ser que sigamos con que más de un millón de personas están pensionadas hoy y no puedan ver sus jubilaciones aumentar por una falta de acuerdo. Eso me cuesta entenderlo.

- Pero hay sectores que pareciera que quieren desmantelar el sistema actual.

- Yo no puedo juzgar intenciones, pero si eso existe diría que son sectores minoritarios.

- ¿Falta sincerar que más allá de las propuestas específicas, tendremos que ahorrar más y trabajar más tiempo para financiar las pensiones?

- Falta eso. Y si bien creo sinceramente que hoy no están las condiciones para aumentar la edad de jubilación, debemos instalar que es una materia que viene a futuro y que habrá que abordarla. Por ahora, poner incentivos para que la gente se pensione lo más tarde posible, pero en algún momento ese es un tema que habrá que sincerar a través de una legislación, más allá de que hoy las mujeres en promedio se jubilan sobre los 60 años y los hombres en promedio a los 65 años.

Pero también es importante, aparte de aumentar el ahorro, allegar recursos de otra parte si no cuadran las cifras para que finalmente todas estas personas puedan tener una pensión digna.

Acá hay temas de más ahorro, pero también de formalidad e informalidad. No podemos esperar que el mercado del trabajo cambie para que las pensiones suban, las pensiones hay que subirlas ya, a través del Pilar Solidario o a través de este fondo de ahorro colectivo solidario.

Licitación de afiliados el primer trimestre

- ¿Cómo se hace una licitación de afiliados en un 2021 que se prevé estará marcado por un desempleo que seguirá alto?

- Es más difícil, ya que estamos en una situación más débil de empleo; y, por otra parte, hay bastante incertidumbre respecto a lo que pueda pasar con la reforma previsional. Entonces, para un actor nuevo entrar al sistema de pensiones hoy no debe ser fácil.

Ahora, para nosotros lo importante es que los afiliados puedan acceder a una AFP que les cobre menos si eso es posible. Por lo tanto, vamos a llamar a licitación en el primer trimestre. Hoy las bases de licitación están en la Contraloría para revisión. Luego de que tome razón llamaremos a licitación.

La AFP UNO, que hoy tiene la licitación, después de dos años queda libre de subir, mantener o bajar la comisión. Por lo tanto, desearíamos que ojalá no se suba la comisión y hay que recordar que pueden presentarse nuevos actores, pero también puede ser un actor existente que puede ofrecer una comisión más baja que la que ofrece UNO y quedarse con los nuevos afiliados por dos años.

No es descartable que, si no entra un nuevo actor, alguna de las AFP que ya existe pueda ofrecer una comisión más baja que el 0,69% de la remuneración imponible, que es lo que hoy cobra UNO.

Cambios de fondos:
"Es una estrategia perdedora, no le han ganado al mercado"

- El Gobierno ingresó un proyecto para limitar los traspasos masivos entre multifondos. ¿No hubiera sido mejor cobrar una comisión en beneficio del fondo?
- Durante la creación de los multifondos en 2002, nadie pensó que iba a haber una cantidad tan alta de cambios de fondos. En esa ley se puso que después del segundo traspaso en un año, la AFP podría cobrar una comisión, la cual nunca se ha cobrado, porque va en beneficio de la AFP, no de los fondos de pensiones.
Este año se batió un récord: hasta el 30 de noviembre llevamos 1,1 millones de personas traspasándose en 5,9 millones de traspasos. Cada persona se está cambiando más de cinco veces. En cambio, en 2019 era aproximadamente la mitad y lo hicieron en promedio tres veces cada una.
Aparte del número de traspasos, los montos también se han multiplicado, equivalen a US$ 139.000 millones, un 75% de los fondos. El 2019 la cantidad era solo US$ 68.700 millones.
Hay cada vez más gente pensando que puede ganarle al mercado y por eso se cambia. Pero hay 10 millones de personas que no se están cambiando de fondo y están siendo afectadas, porque las AFP están obligadas a tener carteras más líquidas que en circunstancias normales. Por lo tanto, están perdiendo rentabilidad.
- ¿Qué pasa con la gente que se cambia tanto de fondo?
- Entre 2014 y noviembre de 2020 las personas han perdido un 6% de su valor del fondo por cambiarse comparándolo con dos alternativas: mantenerse en el mismo fondo e ir siguiendo la estrategia que aconseja la ley (edad). Contra esas dos estrategias, el ir cambiándose de fondos es una estrategia perdedora, no le han ganado al mercado. Si alguien piensa que puede ganarle al mercado, sería multimillonario.
Un 80% de los afiliados que se ha cambiado pierde, mientras que un 20% que lo hace gana, pero todos en promedio pierden un 6%. Quien se cambia termina perjudicando a quien no lo hace. Donde más se ve el efecto es en el fondo E, que en los últimos cinco años ha perdido una rentabilidad que equivale a un 15% de pensión si esto se mantuviera a través del tiempo.
- ¿El surgimiento de actores como Felices y Forrados tiene que ver con un vacío que dejaron el Estado y las AFP?
- Tiene que ver con eso en parte importante, no ha habido educación previsional para la gente. Y en parte también con que no hay una gran credibilidad en los actores. Entonces, cuando aparece un tercer actor orientando, la gente tiende a creerle.

"Con un tercer retiro, calculamos
que las pensiones podrían bajar 28%"

- ¿Cuál es su interpretación sobre cómo llegamos a los dos retiros de fondos?
- Fundamentalmente por dos razones: una, porque la pandemia es un problema real, que causó estragos en la economía y había necesidades en las personas; y segundo, porque enfrentó al sistema de pensiones sin la necesaria credibilidad ciudadana. Evidentemente, la ciudadanía no valora ese sistema cuando las pensiones son escuálidas.
- ¿Al sistema chileno le faltaba algún mecanismo excepcional de retiros?
- Creemos que hay un caso en el que se justifica el retiro anticipado: los enfermos terminales. Hay un proyecto de ley en el Congreso que aborda esta situación, que suponemos será ley muy pronto. Pero no vemos otros casos donde ocurra eso. Los recursos que están en el sistema previsional deben ser utilizados para financiar pensiones de vejez, invalidez y sobrevivencia.
- ¿El fallo del TC cierra la llave para un tercer retiro?
- Independientemente de eso, no es bueno que haya un tercer retiro, porque con los retiros uno y dos calculamos que las pensiones van a caer en promedio más de 20% de lo que hubieran sido sin ellos. Se pierden alrededor de cinco años de cotizaciones en promedio. Entonces, calculamos que en vez de 23% podrían bajar un 28% las pensiones con un tercer retiro, y en lugar de cinco años de cotizaciones se podrían perder seis. Creemos que ya no se justifica un tercer retiro.

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