Regiones empiezan a recuperar el empleo perdido tras la crisis social y el inicio de la pandemia

En el trimestre móvil abril-junio de este año se marcó un hito, ya que la tasa de desempleo cayó de los dos dígitos por primera vez desde el período febrero-abril del año pasado, al situarse en 9,5%. Sin embargo, las cifras de creación de empleo continuaron exhibiendo una ralentización, al crearse apenas 6.868 plazas en el trimestre.

Pese a lo anterior, en una mirada más larga, el empleo comienza a mostrar una cierta recuperación si se compara con el período previo a la pandemia y a la crisis social que afectó al país a partir del cuarto trimestre del 2019.

Así lo muestra el Indicador de Brecha de Empleo elaborado por el instituto Libertad y Desarrollo (LyD), que concluye que en el trimestre móvil abril-junio comenzó a estabilizarse la distancia entre el empleo total y el período previo a la crisis social y la pandemia.

El reporte señala que la brecha pasó desde 10,66% en el período marzo-mayo a 10,65% en mayo-junio en el caso del empleo total. Al analizar la situación del trabajo asalariado privado, el diferencial se redujo desde 7,38% a 6,72% en el lapso, mientras que disminuyó también el caso de los puestos de trabajo por cuenta propia, pasando desde 13,41% en el trimestre finalizado en mayo a 12,94% en el concluido en junio.

Leve mejoría en regiones

A partir de los datos publicados mensualmente por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), LyD analiza la brecha entre la línea base (base 100= tercer trimestre de 2019) y la situación laboral posterior.

Ello, tanto para el total de ocupados como también en lo relativo al empleo asalariado privado y también en relación con el empleo por cuenta propia. Para poder hacer comparaciones entre distintos trimestres, LyD trabajó con datos de empleo desestacionalizados en base a la misma metodología del INE.

A su vez, se determinan intervalos mediante la construcción de percentiles en base a una muestra de 240 observaciones de brechas entre la línea base y el trimestre octubre-diciembre de 2020, que permiten clasificar las brechas a partir de las siguientes categorías: situación "grave": la brecha de empleo supera el 18% (rojo); situación "intensiva": la brecha de empleo es entre 17% y 11% (naranjo); situación "intermedia": la brecha de empleo es entre 10% y 2% (amarillo); y "de alta": cuando el empleo actual es superior al observado en el periodo base (verde).

De esta manera, 11 regiones disminuyeron su brecha en empleo total respecto al período base, mientras que en cuatro aumentó y en una se mantuvo. Así, se observan dos regiones -La Araucanía y Los Lagos- que se encuentran en color rojo; seis en naranjo (Atacama, Coquimbo, Valparaíso, O´Higgins, Maule y Los Ríos); ocho en amarillo (Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Metropolitana, Ñuble, Biobío, Aysén y Magallanes) y ninguna en verde.

En la medición del empleo asalariado privado, Antofagasta es la única zona que muestra un mejor escenario hoy que previo a la pandemia y la crisis social (aumento de 2,7%), mientras que en el otro extremo se ubica Los Lagos, con una brecha de 24,2%. 12 regiones redujeron su brecha y cuatro la aumentaron.

Mientras que en el indicador para los trabajos por cuenta propia, Ñuble y Biobío muestran aumentos respecto a la línea base, de 5,6% y 1,9%, respectivamente. O sea, que tienen más puestos de trabajo independientes hoy respecto a la etapa prepandemia y crisis social. Mientras que en Antofagasta (22,4%), Atacama y Coquimbo (ambas con 18,9%) y Los Lagos (21,6%) se evidencian las mayores caídas en este categoría. Así, hubo una disminución de la brecha en siete regiones y en las nueve restantes hubo un aumento.