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Swett: “Que el Congreso se tome más tiempo en la reforma tributaria está impactando en el bienestar del país”

Presidente de los empresarios hace un llamado a la clase política a mejorar la calidad del debate y a considerar las consecuencias que genera la falta de certeza jurídica.

Por: Por C. León y R. Lucero | Publicado: Viernes 12 de julio de 2019 a las 04:00 hrs.
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Ni pesimista ni optimista, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfonso Swett, prefiere definirse como “ocupado” ante la marcha de la economía del país. Y los números son su aliado, pues a su juicio el “ 60% del partido” se juega en casa, por lo cual considera clave destrabar proyectos emblemáticos de la administración de Piñera: la reforma tributaria y los cambios al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).

- ¿No está jugado el año?

- No, los años hay que hacerlos, no creo en la predestinación bajo ningún concepto. Estamos a julio, nos quedan seis meses por delante.

- Pero ya no se escucha el eslogan de tiempos mejores o que el ministro Larraín está durmiendo tranquilo. Ahora vimos planes para reactivar la economía y usted enfatiza la reforma tributaria que está en el Congreso…

- Y el SEIA. Pero claramente el centro es la reforma tributaria. Una empresa dice ¿invertiré o no? ¿En qué sistema tributario? De alguna forma, está esperando que tengamos claridad, esa espera se traduce en menos inversión.

Las herramientas de impulso económico son súper buenas. Lo que hizo el Banco Central de bajar en 0,5 puntos nos da un impulso de 0,3 del PIB. Y la agenda de incentivo fiscal nos da para el año 2019 un crecimiento en torno al 0,4 adicional. Básicamente sumando infraestructura más vivienda, como potencial, incluso para el 2020, nos da un impulso cercano a 0,7 puntos.

Claramente, el partido depende de nosotros.

- Entonces, ¿cómo cierra el año?

- Si no hacemos nada, si seguimos sólo haciendo análisis, estamos viendo un aporte del consumo al PIB de 2,6%, la inversión podría aportar al PIB un 1,5% y la balanza comercial un -1%, eso nos daría un 3,1%.

Pero este número cambia radicalmente si tenemos una reforma tributaria aprobada en las próximas semanas o durante julio.

- Pero están en el Congreso...

- Con mucha responsabilidad, quisiera decirle al Congreso que los triunfos en política duran un rato corto, pero las derrotas en las reformas nos quedarán por mucho rato. Hacer mal las reformas tiene un impacto de largo plazo.

- ¿Hay obstruccionismo?

- No nos corresponde hacer juicios de valor. Lo que podemos decir es que nos preocupa que el Congreso se tome más tiempo del necesario, porque está teniendo impacto no solo en la economía, sino que en el bienestar del país.

- ¿Y cómo ve el futuro del proyecto tras el protocolo con la DC? Los diputados José Miguel Ortiz y Pablo Lorenzini aún critican la propuesta.

- Nosotros valoramos y celebramos el protocolo. Es un buen avance. Yo valoro la posición de la DC, que en su informe establece un principio de crecimiento y de inversión, y claramente la integración es un instrumento de crecimiento y de inversión.

- ¿Y es justa la integración?

- Por supuesto. Quiero hacer un llamado a que trabajemos con los números. Los del SII son súper claros, dicen que la integración le cuesta al país US$ 833 millones, el beneficio para las grandes empresas es de solo US$ 155 millones. Esos son los números del SII, que se los presentaron a la comisión y al diputado Pablo Lorenzini, que parece estuvo ausente.

El sistema semi integrado resulta que afecta a 867.528 contribuyentes. De esa cifra, aquellos que están en los tramos 6 y 7 -los más ricos- son sólo 39 mil. Paremos de hacer política pública mirando a quién perjudicamos y no a quién beneficiamos. Necesitamos otro tipo de eslóganes, otro tipo de discusiones.

A mí me cuesta entender que Lorenzini (DC) y representantes de izquierda se espanten con la integración, porque uno esperaría que ellos estuvieran buscando un sistema tributario que sea menos regresivo, justo; y el semi integrado es regresivo, incrementa la desigualdad.

- La idea que dio el diputado Pablo Lorenzini de bajar el impuesto corporativo a cambio de mantener la integración parcial, ¿la respaldarían?

- Por supuesto, pero tenemos que entender cuánto, para que se equilibre. Una reducción de un punto en el impuesto corporativo de 27% a 26% es como 0,5 de aporte en inversión. Entonces, ningún problema, pero tenemos que bajar la tasa corporativa a casi el 22%.

- ¿Qué opina del 1% que se cobrará a los proyectos en regiones?

- Efectivamente, equivale a un incremento marginal del impuesto de primera categoría, pero tiene dos elementos interesantes: primero, el 1% se gatilla como impuesto con la recepción municipal, o sea, una vez aprobado el proyecto. Y eso podría reducir los plazos excesivos que nos está tomando aprobar proyectos en regiones. Y lo segundo, es que también alinea flujos de caja. ¿Qué significa esto? Que se paguen impuestos a medida que las inversiones generen flujos de caja positivos.

- ¿Hay algún tema adicional que lo preocupe de las indicaciones de Hacienda?

- Creo que le falta algo relevante a la indicación 2.2. Establece el concepto de ley de Impuesto a la Renta y dice lo siguiente: “En relación al concepto de gasto necesario, se supervisará que son deducibles tanto los desembolsos imprescindibles como los necesarios para generar la renta”. Eso lo consideramos súper positivo, pero es importante agregar los ejercicios anteriores al actual y al futuro. ¿Por qué? Porque necesitamos tener una mirada de gastos en que se incurre para beneficios pasados, principalmente vinculadas a cierres.

¿Tirón de orejas?

- ¿El gobierno está reaccionando de la forma adecuada ante la guerra comercial?

- Cuando el Banco Central baja la tasa 0,5 puntos, cuando el Ministerio de Hacienda pone US$ 1.392 millones en impulso fiscal en infraestructura en la agenda de aceleración y después pone US$ 1.000 millones adicionales en vivienda, lo que están haciendo no es reaccionar frente al Imacec de 1,6% del primer trimestre, lo que están haciendo es adelantarse a una posible guerra comercial.

Frente a la guerra comercial tanto el Banco Central como Hacienda han estado a la altura y en los tiempos correctos, lo que no ocurrió en la crisis asiática del año 98, donde estuvieron atrasados y descoordinados.

- ¿El gobierno debiera seguir pensando en medidas?

- Hoy el esfuerzo del Ejecutivo y el legislativo está dentro del Congreso, ahí están los temas grandes.

- Hace unos días se juntaron con el ministro Fontaine para ver diversos temas ¿han contemplado plantear una agenda proinversión?

- El gobierno realiza llamados y nosotros le mostramos cifras. En marzo de 2018 teníamos US$ 15.399 millones, a igual mes de este año tenemos US$ 35.799. Entiendo, se necesita más, pero también necesitamos una reforma procerteza jurídica, una reforma proinversión

tributaria y pro disminución de tiempos como el SIEA.

- ¿Los ministros han entendido eso? ¿Les tiró la oreja el ministro Fontaine?

- No hay espacio para tirarnos las orejas, sino que para trabajar todos juntos.

- Hace unos días, el exministro de Economía, José Ramón Valente, señaló que si hubiese salido a “demonizar” a los empresarios quizá seguiría en el gabinete. ¿Cómo toma esas declaraciones?

- No nos vamos a pronunciar sobre declaraciones de un exministro, no nos corresponde.

- ¿Siente que en algún momento los ministros han sentido la tentación de “demonizar” al sector?

- Hay ministros y ministros. Quiero decir que la confianza de la ciudadanía en los gremios ha subido de forma importante, es muy superior a lo que había antes, mientras la confianza en partidos políticos y en el Congreso está muy por debajo. Antes, pegarle al sector empresarial era un buen negocio, hoy ya no se está transformando en un buen negocio.

- Hace unos días usted planteó su preocupación por los cierres de empresas, un asesor de Trabajo contestó asegurando que su análisis era erróneo, planteando que la creación de empresas es mucho mayor a la de los cierres...

- Dos cosas, las empresas que se han estado cerrando son medianas y grandes, y las empresas que se abren son pequeñas, emprendimientos que están recién partiendo, por lo tanto no son comparables.

Juntar cierres con aperturas es tratar de comparar peras con manzanas.

A nosotros los que nos tiene preocupados, al igual que todo el país, es el empleo y las remuneraciones. Las empresas que se están cerrando como Maerks, CIAL e Ianza, estamos hablando de miles de trabajadores, y las empresas que se están abriendo dos o incluso un trabajador. Para el análisis es relevante separar cierres de las apertura, él las quiere juntar yo las quiero separar.

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