Trabajo infantil en Chile: de las 365 comunas del país, 81 poseen un alto nivel de vulnerabilidad frente al tema

Desde 2018, el Ministerio del Trabajo ha venido trabajando, en alianza con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Cepal, la elaboración del Índice de Vulnerabilidad al Trabajo Infantil, una herramienta que permite identificar las zonas más expuestas a este tema en el territorio nacional.

Hoy, justo el día que se conmemora el día mundial contra el trabajo infantil, se presentaron los resultados definitivos de la medición -una versión preliminar se presentó en enero de 2019-, la cual arrojó que de las 365 comunas del país, 81 poseen un alto nivel de vulnerabilidad al trabajo infantil, 63 se encuentran en nivel medio y 201 poseen vulnerabilidad baja.

"Chile y el mundo enfrentan hoy la pandemia del coronavirus, y no queremos que nuestros niños, niñas y adolescentes paguen el costo de esta crisis. Es muy importante hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para eliminar este flagelo de nuestra sociedad. Como Gobierno hemos presentado recientemente un proyecto de ley que busca actualizar nuestra normativa a los estándares internacionales, aumentando las sanciones y multas para aquellos empleadores que incurran en infracciones relacionadas al trabajo infantil", sostuvo el subsecretario del Trabajo, Fernando Arab.

El índice

Según explica la medición, el trabajo infantil en Chile se manifiesta de diferentes maneras a lo largo de todo el territorio. De acuerdo al levantamiento de información, se pudo constatar la existencia de dos sectores con mayor concentración de comunas con un alto índice de vulnerabilidad al trabajo infantil.

"Es por ello que los esfuerzos deberán focalizarse principalmente en las regiones del extremo norte y en el centro sur del país. Ambos sectores identificados presentan similitudes en su geografía y características territoriales, pese a la distancia entre estos. Entre sus similitudes, se pueden mencionar: difícil acceso territorial y, en consecuencia, bajo acceso a servicios sociales, así como su alto índice de pobreza, alta presencia de zonas rurales, empleo informal en el sector agrícola y pesquero, la alta tolerancia al trabajo infantil y alta presencia de comunidades indígenas", explica la medición.

Según se explicó en la presentación, algunos factores de riesgo que aumentan la vulnerabilidad al trabajo infantil son: retiro de estudiantes de la educación, principalmente en períodos de cosecha; accesibilidad a servicios sociales por componente geográfico; pobreza multidimensional; empleo informal en sector agrícola, principalmente en zona rural; y cosmovisión en comunidades indígenas.

"La alta vulnerabilidad al trabajo infantil se desarrolla principalmente en una estructura cíclica con varios componentes. De estos, destaca el trabajo informal agrícola cuyas características se desarrollan en un entorno familiar y requieren el uso de mano de obra en temporadas específicas. Esto contribuye al retiro de estudiantes de la educación formal previo al cierre del año académico, lo que a largo plazo conllevará un bajo nivel educacional, reduciendo sus posibilidades de obtener un empleo formal calificado, situación que repercute en sus ingresos económicos, reproduciendo condiciones de pobreza. Esta estructura cíclica se ve potenciada en territorios que presentan mayor ruralidad, difícil acceso territorial y a servicios sociales, debido a sus condiciones geográficas", explica el índice.

Pero ¿cómo evitar esto? Algunos aspectos que ayudarían a disminuir la posibilidad de que menores trabajen son: presencia de la Dirección del Trabajo en territorios (principalmente en centros urbanos); empleo formal en el sector de la construcción y manufacturera; y potenciar el empleo de mujeres.

"Debemos seguir trabajando y apoyando la empleabilidad de los padres y madres de estos niños que trabajan, ya que está comprobado que cuando dichos padres tienen una fuente de ingresos permanente, la posibilidad de que ese niño o niña caiga en trabajo infantil es menor", agregó Arab.