Alza en el precio del cobre no le alcanzará a Chile para eludir un quinto año de déficit fiscal consecutivo

Al iniciar el tercer mes del año, dos de los principales supuestos utilizados para la elaboración del Presupuesto 2017 parecen haber perdido validez en el contexto actual: el precio de referencia del cobre y la estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).

Ambos parámetros tienen un importante efecto en el balance fiscal y ejercerían fuerzas opuestas en el resultado del año, llevando a un quinto año consecutivo de déficit.

A favor de un balance más equilibrado está un precio promedio del cobre mayor al US$ 2,2 por libra previsto en el Presupuesto.

Actualmente, dicho valor está en US$ 2,65 y si bien el precio internacional del metal tiende a ser volatil, en lo que va del año la tendencia alcista en relación al 2016 -cuando efectivamente el promedio anual fue de US$ 2,2-, se mantiene firme.

En la vereda opuesta están las expectativas de expansión para el Producto, que en el mercado se están ajustando a la baja estableciendo bastante distancia frente al 2,25% previsto por Hacienda y hoy se acercan más al 1,5%, un nivel similar al esperado para 2016.

Menor actividad casi borrará efecto de alza del cobre

En este contexto, los economistas coinciden en que el crecimiento menor a lo previsto impedirá un efecto positivo mayor en el balance fiscal proveniente de un precio del cobre más alto, ya que la mayor parte de los ingresos fiscales depende de la actividad económica.

Así lo plantea el economista de Bci Estudios Segio Lehmann, quien a pesar de proyectar un precio del cobre 18% superior a lo esperado por Hacienda, señala que eso se verá compensado por un crecimiento que sería casi 0,5% menor al proyectado en la Ley de Presupuestos. En esa línea, plantea que Chile anotará otro año de déficit aunque tres décimas menor al 3,3% previsto por Hacienda.

“Efectivamente, 2017 será el quinto año de déficit fiscal y nuestras estimaciones indican que vendrán varios años más de déficit hacia delante”, indica el economista Principal de BBVA, Hermann González.

González advierte que pese a los valores actuales, incluso que el precio promedio del cobre llegue al promedio contemplado en el Presupuesto no está garantizado, principalmente por el efecto cambiario, ya que el erario se hizo con un dólar a $ 700 y hoy oscila los $ 650.

Ante esto, el economista plantea dos escenarios: con un cobre promedio de US$ 2,4 el déficit podría reducirse en 0,3 puntos del PIB, mientras quer si el promedio se acerca más a US$ 2,7, el déficit podría reducirse en hasta 0,7 puntos.

Sin embargo, al poner en la balanza el PIB de 1,6% que espera para este año, González indica que este año el déficit fiscal será nuevamente mayor a 3% del PIB.

“En este momento, no existe ninguna razón para esperar una mejora de los resultados efectivos del gobierno central este año respecto a lo planteado en la Ley de Presupuestos. Más aún, la probabilidad de un deterioro de esos resultados es relevante”, sostiene el director del Observatorio Fiscal, Guillermo Patillo.

El economista también advierte que lograr un equilibrio o superávits efectivos será muy difícil de conseguir debido a los compromisos adquiridos por el actual gobierno y que llevarán a que, por primera vez desde que existe el cálculo del balance cíclicamente ajuste, las holguras de mediano plazo del presupuesto fiscal sean negativas para los próximos tres años.

Para el director ejecutivo de Denk, Pablo Correa, aún no se ha tomado en peso de la delicada situación fiscal en Chile y al igual que Patillo, espera que el déficit no se cierre por lo menos hasta 2020. “Si bien podríamos ver sorpresas positivas por el lado de los ingresos, igualmente hay gastos comprometidos por sobre lo que la meta aguanta”, detalla.

Ingresos caen 12% en enero

La Dirección de Presupuestos (Dipres) informó ayer que los ingresos fiscales cayeron 12% anual en enero tras llegar a los $ 3.466.940 millones, mientras que los gastos alcanzaron $ 2.925.789 millones, 5,2% más que igual mes de 2016.

Según explicó la Dipres, respondió principalmente a una caída en los ingresos trubutarios de los contribuyentes no mineros, mientras que los ingresos provenientes del Cobre Bruto mostraron una reducción real de 61,3%.

En tanto, la ejecución presupuestaria mostró un avance de 6,8% en el primer mes del año.