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Banco Central llama a cuidar tono del debate electoral: “Esto podría ayudar a acelerar o postergar la recuperación”

Joaquín Vial pone el acento en los elementos negativos que dejó atrás el débil primer trimestre y en la importancia de cuidar el clima de crecimiento en el país.

Por: S. Valdenegro y R. Lucero | Publicado: Lunes 24 de abril de 2017 a las 04:00 hrs.
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“Suave” o “nada espectacular” son los conceptos a los que recurre el consejero del Banco Central, Joaquín Vial, para graficar la recuperación de la economía chilena durante este año. De hecho, si se mira sólo el promedio que proyectó el instituto emisor en el Informe de Política Monetaria (IPoM) que presentó a inicios de este mes, sólo llegaría a 1,5%, no muy distinto del resultado de los tres débiles ejercicios previos. Lo auspicioso, tal como lo ratifica su diagnóstico, es que lo malo del primer trimestre quedará atrás y la actividad ya estará creciendo más cerca de su potencial entre 3% y 3,5% hacia el último cuarto.

Y su mesurado entusiasmo contagia, pues -como lo sostiene- se basa en elementos “objetivos” y “medibles” que van más allá del desánimo que pareciera predominar en el país. Si las expectativas repuntan, mejor, se deduce de su análisis, pero hay otros factores.

- ¿En qué momento está la economía? ¿Viene una recuperación?

- Estamos en una etapa en que la economía está creciendo poco, a una tasa entre 1% y 2%, y hemos estado en ese rango por varios años debido a varias cosas. La primera y, probablemente la más importante en orden de volumen, es el ajuste de la inversión minera, con el fin del ciclo de commodities, que nosotros pensábamos que iba a terminar antes, hace más de un año. Para sorpresa nuestra, en 2016 siguió cayendo la inversión minera. Al final del día, las empresas terminaron recortando sus gastos de capital más de lo que se había pensado. Pero esto debería estar llegando a su fin en parte porque la situación de caja de las empresas mineras debiera estar mejor y eso les permite, por lo menos, hacer las inversiones que requieren para mantener una cierta capacidad operacional.

Cuando uno mira la inversión productiva no minera, hay bastantes señales de que ha estado creciendo en forma positiva. Donde uno lo puede observar con bastante nitidez es en la evolución de las importaciones de bienes de capital. Cuando uno saca de ellas los temas “otros” de transporte -que a veces es un buque, un avión-, ya vienen creciendo hace siete u ocho meses. Poco, no estamos hablando de grandes cifras, pero eso ya está.

Pero donde sí ha habido bastante movimiento es en el ciclo de inversión habitacional. En 2015 esto ayudó mucho porque permitió compensar la caída de la inversión minera, pero en el 2016 vino el bache y todavía estamos en el bache.

- ¿Y puede ser muy prolongado ese bache después de las cifras de Imacon de la semana pasada?

- Las cifras dan cuenta de la historia hacia atrás, no hacia adelante. Mi impresión es que debería ser relativamente corto. Así ha sido en otros casos. Además, entre otras cosas, las condiciones financieras siguen siendo muy favorables.

Ese ciclo de inversión es el que ha marcado la pauta respecto al ciclo en general porque el consumo ha estado creciendo en forma estable entre 2,5% y 3% prácticamente todos los años.

Esas son el tipo de cosas que nos hacen pensar que podría dar algún soporte para una recuperación gradual a lo largo del año desde el punto de vista puramente interno.

-¿Qué hay respecto al mercado del trabajo? En el IPoM fue uno de los principales riesgos.

- El mercado laboral es el riesgo más importante. Pero todo lo visto hasta ahora es consistente con el escenario del IPoM. Se ha mencionado mucho el tema de los salarios, que se han desacelerado. Pero ojo: una economía que crece al 4%-5% al año, tiene espacio para que los salarios reales crezcan en torno al 3%; una que lo hace al 3,5% al año, no tiene espacios para que crezcan al 3%. En la medida que el bajo crecimiento permanece por más tiempo, empieza a provocar ajustes que uno quisiera evitar. Tengo la impresión que salarios reales que están creciendo al 2%-2,5% son consistentes con la tasa de crecimiento del PIB potencial de hoy. Si viera salarios reales creciendo más que eso, estaría contento por la reactivación de la demanda que eso implica, pero estaría muy preocupado por el efecto a futuro en la inflación.

- Precisamente en el IPoM dieron cuenta de estos elementos que ayudarán a la recuperación, pero no mencionaron el tema de las confianzas. ¿No se cuenta con ello?

- Nuestras proyecciones de recuperación en el IPoM surgían de nuestros modelos a partir de una cierta convergencia hacia el crecimiento potencial, pero lo que uno veía es que expectativas pesimistas la estaban retardando. Eran proyecciones bastante condicionadas a que mejoraran esas expectativas. Hoy, diría, eso sigue siendo igualmente válido. Estamos esperando algo de recuperación de las expectativas. Algo hemos visto. Uno ve por ejemplo que los indicadores de expectativas de los consumidores siguen en territorio pesimista pero han ido mejorando de poco, nada espectacular.

-¿Lo peor ya pasó?

- Si mejoraran un poco las expectativas empresariales, o mejoraran los resultados de las empresas mineras y empiezan a invertir un poco más, la economía podría ganar un poco más de tracción. Hemos visto crecimientos del consumo durable, si eso se mantiene por más tiempo y se empieza a transmitir al consumo habitual, podría dar espacio a un crecimiento más rápido.

- ¿Y en esa lógica se superará la discusión de si fueron las reformas o el escenario internacional las que botaron el crecimiento?

- Estas son eternas discusiones en Chile. Yo recuerdo el año 82, por ejemplo, la discusión era dos tercios o un tercio internacional o un tercio local, o al revés. Este tipo de discusiones al final del día rara vez se zanjan, es el tipo de cosas que es muy difícil de probar. Pero, además, hay una cuestión bastante obvia y eso lo hemos dicho antes: cuando se están haciendo cambios legislativos, es casi inevitable que en el muy corto plazo, mientras se definen las propuestas, tengan impacto sobre las decisiones de gasto, de inversión, eso es natural. Incluso si el cambio legislativo es favorable a las empresas.

Ahora, en este clima de debate interno, de mucha crítica, no son solo las reformas las que impactan. Hay un tema de la imagen del empresariado asociado también, hay problemas de imagen de las instituciones públicas y privadas. Tratar de decir cuánto corresponde a cada una de estas cosas está totalmente fuera de la capacidad de cualquier analista medianamente serio.

- ¿Qué tiene que hacer Chile para volver a crecer a las tasas del pasado?

- Para eso hay que aumentar el crecimiento del PIB potencial. En el corto plazo lo que uno puede tratar de hacer es ocupar los espacios de holgura que tiene y eventualmente ir ampliándolos de a poco. Y ahí lo fundamental es generar un clima propicio para las inversiones y eso tiene que ver con el ámbito de la gestión del Estado en proyectos de inversión, público y privado. En este horizonte la política monetaria puede ayudar con un tono más expansivo -dentro de ciertos límites- dado que hay espacio para hacerlo, aprovechando que la una inflación esperada para los próximos doce meses -tanto por el mercado como por nosotros- está dentro del rango pero por debajo de la meta, que es 3%; y con un escenario internacional que está un poco mejor.

Tal vez lo más importante es que este es un año de elecciones y el tipo de debate público que haya, las propuestas que se planteen, la relevancia que se le dé al crecimiento, serán cuestiones bien relevantes, esto podría ayudar a acelerar o postergar la recuperación. No en forma dramática, porque estamos acostumbrados a las elecciones, los candidatos se tienen que diferenciar, pero es súper importante el clima, los espacios de respeto. Hay que cuidar las formas y cuidarse de que los mensajes apunten a cosas que el país puede hacer con los recursos que tiene.

- ¿Y lo deja tranquilo lo que ha visto hasta ahora?

- Todavía estamos en la etapa previa, bastante preliminar, no hay nadie que haya llegado con un programa, hay algunas ideas dando vuelta, pero todavía nada muy concreto.

- ¿Mientras antes se aclare, mejor?

- Lo más importante hoy, lo que pueden hacer los pre candidatos, es tener cuidado con el lenguaje. A estas alturas, lo que uno espera son grandes planteamientos, cosas generales, después vendrán los detalles. Lo importante ahora es cuidar el clima de negocios, el clima de inversión, poner un acento importante en el crecimiento, son cosas que pueden ayudar. Valorizar lo que se ha hecho en inflación también es algo muy importante.

- ¿Lo mismo pasó con el crecimiento? ¿Se dio por descontado?

- El crecimiento y la inflación son cuestiones súper importantes, también el buen manejo de las finanzas públicas y el cuidado de no comprometer gastos más allá de lo posible de financiar. Esas cosas son extremadamente importantes en un período de campaña, qué cosas se tocan y qué cosas no se tocan.

- A propósito de esto, ¿es ingenuo pensar que sólo con un cambio político -como lo están asumiendo los bancos de inversión- viene un cambio en el ciclo económico?

- No sé, dependerá mucho de cómo se da el cambio. O sea, hay elecciones presidenciales y parlamentarias con un nuevo sistema. Al final del día, es bien difícil pronosticar cómo será la aritmética del poder después de las elecciones, pero por eso creo que a esta altura del partido lo más importante son los mensajes.

 

Pensiones: "Será muy importante un buen diseño y que los costos sean los mínimos"

 

- ¿Qué opina de la propuesta de pensiones del gobierno? ¿Aborda los temas relevantes?

- Es difícil emitir un juicio, porque hay un diseño muy general, y en estos temas de pensiones los detalles son súper importantes. El 3% que va a cuentas individuales está más o menos claro y, mirado desde el punto de vista macro, eso minimiza los impactos negativos que podría tener sobre el ahorro y el mercado del trabajo y que sea percibido como impuesto por los trabajadores. Ahora, hay un 2% que sabemos que va a un sistema que tiene un componente más de reparto y eso probablemente sí tendrá un impacto. Pero dependerá mucho de cómo sea el diseño.

En el caso de la nueva institución pública, falta saber cómo se financiará, cuáles serán sus reglas de inversión, cómo se manejan los conflictos de interés. Así que en ese sentido es razonable y prudente que el gobierno se tome un par de meses en redactar el proyecto. En esto no se puede improvisar, son cosas en que las consecuencias se miden a 40-50 años plazo.

- ¿Le hace bien al sistema que exista un ente paralelo a las AFP?

- Hay que ver cómo funciona. En eso será muy importante el detalle. El tema de los costos es muy importante, porque si uno piensa que serán cuentas individuales iguales a las que gestionan las AFP y que se invierten con las mismas normas, en principio las AFP podrían administrar esto sin ningún costo adicional. Hay que verlo, quizá es un costo que la sociedad está dispuesta a pagar para tener un actor distinto, pero es importante reconocer que los costos están. Será muy importante que tengamos un buen diseño y que los costos sean los mínimos.

- Si falta tanto detalle, ¿es poco prudente prometer alza de pensiones entre 20% y 50%?

- Si se va a aumentar la tasa de cotización, más o menos se tiene que saber qué es lo que se está comprando con eso, son estimaciones. Hay un plano de discusión técnica sobre bajo qué supuestos se obtiene ese 20% y qué otro tipo de cosas se requieren. Hay que aclarar bien que con esto no se resuelven los problemas de las pensiones, la gente igual necesita seguir haciendo un esfuerzo de ahorro.

 

Tasa de interés: "No vemos mayores bajas más allá de 2,5%"

 

- ¿Cómo se puede interpretar el mensaje de la reunión monetaria de abril?

- Se bajó la tasa a 2,75% y se puso todavía un sesgo que indica que probablemente el próximo movimiento sería a la baja, pero dependiendo de los datos. Es un mensaje de sesgo más suave que el del comunicado anterior. En el escenario base tenemos una proyección de inflación que va por debajo del 3% hasta fin de año y que incluso sigue un poco más allá. En ese contexto, eventualmente podría requerirse una baja adicional.

- ¿El 2,5% podría considerarse un piso?

- Es muy difícil hablar de un piso, lo que diría es que no vemos mayores bajas más allá de 2,5% dentro del actual escenario, pero si éste cambia, para mejor o peor, la política monetaria puede requerir ajustes.

Hay que tener claro que cuando se están bajando las tasas, todo el mundo está feliz, nadie reclama. A los exportadores les ayuda a tener un tipo de cambio más alto; el sistema financiero ve la posibilidad de que se expanda el tamaño de su negocio. Pero subir las tasas es más difícil, porque todos los que aplaudían empiezan a quejarse. En todo caso eso no ha sido nunca un obstáculo para aplicar las medidas que corresponden. Nuestro escenario es que la economía comienza a crecer a tasas más parecidas al PIB potencial hacia fines de este año y comienzos del próximo. En ese contexto, es importante tomar en consideración el mensaje completo: lo que decimos es que en plazos más largos las tasas van a comenzar a subir. Entonces, bajar tasas para subirlas tres o cuatro meses después es complicado. Es el tipo de cosas que hay que ir evaluando con bastante cuidado.

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