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Fontaine cifra costo de gratuidad en educación técnico-profesional: unos US$ 380 millones al año

Consejero de LyD cuestiona la reactivación y apunta a Eyzaguirre: “Es más un político que un economista haciendo un análisis serio”.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Jueves 7 de diciembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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A diez días de la segunda vuelta, Juan Andrés Fontaine mira con cierta inquietud el tono que ha adquirido la carrera presidencial. “Afortunadamente, el período de campaña es corto”, dice aliviado desde su rol como uno de los coordinadores del programa económico del comando de Sebastián Piñera.

Una tribuna desde donde destaca que la derecha llega a este proceso con una concepción “distinta” del Estado subsidiario, reflejándolo en propuestas como la Red Clase Media Protegida y el Seguro para Enfermedades de Alto Costo, entre otras medidas. “No solo nos preocuparemos de los grupos más vulnerables, sino también de la clase media que está en riesgo de caer nuevamente en la pobreza”, dice.

De ahí también el apoyo a la gratuidad para los Centros de Formación Técnica (CFT) y los Institutos Profesionales (IP), cuyo costo -revela- se estima en hasta US$ 380 millones anuales. Esto, asumiendo que las instituciones cumplen ciertas condiciones para adherir a la gratuidad, como la acreditación y ausencia de fines de lucro.

Esta cifra se suma a los US$ 14 mil millones de costo del programa total para los cuatro años, ya anunciados por Piñera.

“El compromiso está condicionado a que estén disponibles los recursos fiscales provenientes de un mayor crecimiento económico. Estando los recursos, es prioritario abordar ese desafío”, acota el exministro de Economía.

Una tarea nada fácil si se considera que el Banco Central ratificó en su último Informe de Política Monetaria (IPoM) la fragilidad de la recuperación de la actividad, a pesar de mantener entre 2,5% y 3,5 el rango de PIB para 2018.

Para el también consejero de Libertad y Desarrollo (LyD) el hecho de que el IPoM asuma que el crecimiento será solo 1,4% de este año -menos que el 1,6% de 2016- “es un balde de agua fría para las expectativas de brotes verdes y de llegada de la primavera que venían anunciándose a lo largo del año”.

Y ante lo que llama “júbilo” del gobierno ante las cifras -a la que se une el Imacec de 2,9% en octubre-, advierte: “Tan abajo hemos llegado en Chile que nos felicitamos de tener una economía tan dinámica con resultados como este. Inexplicablemente este Imacec fue recibido con aplausos de parte de Hacienda”.

Desde su óptica, el “argumento de que la economía chilena simplemente estaba sufriendo la mala suerte de un shock externo negativo se desvanece este año. Aquí hay múltiples indicaciones de que la economía, si es que está en un proceso de reactivación, tiene un ritmo de actividad tremendamente somnoliento”.

"El 1,4% de crecimiento ocurre en un contexto en que la economía mundial acelera su crecimiento desde 3,2% a 3,7%. Esto significa que la economía mundial está de alta ya de la crisis. Pese a eso, nuestra economía se desaceleró, a pesar de que inclusive los términos de intercambio han mejorado un 11% por la baja del petróleo y el alza del cobre. Y que la aceleración se da no solo en el mundo desarrollado, sino también en los emergentes y en América Latina", recalca, asumiendo -eso sí- que una economía como la chilena "sufre" cada vez que hay un shock de precios del cobre. Aunque para él, dicho factor no explica toda la historia de lo ocurrido con la actividad desde 2014.

- Pero el ministro Eyzaguirre habló de “posverdades” de la oposición que se caían “a pedazos” a la luz de las últimas cifras…

-Yo tengo mucho aprecio por el ministro Eyzaguirre como economista y valoro mucho su gestión como ministro de Hacienda de Ricardo Lagos. Pero desde que asumió en el Ministerio de Educación en este gobierno, en sus actuaciones públicas es más un político llevando agua a su propio molino, que un economista haciendo un análisis serio.

Cualquier análisis desapasionado no puede dejar de reparar que en el Chile de los últimos cuatro años se han entremezclado factores externos negativos, con un factor interno que tiene que ver con las señales de política económica emanadas de un programa que no ponía el crecimiento como prioritario. En las declaraciones públicas de Eyzaguirre, suele primar la conveniencia política por sobre el criterio técnico.

- En 2013 Felipe Larraín dijo que la inversión estaba cayendo por las propuestas de la Nueva Mayoría.

- Me parece inapropiado que las autoridades económicas se dejen llevar por los vientos electorales en sus declaraciones. Independiente del lado que provengan.

- ¿Cuánto afectan a las expectativas una campaña tan crispada? Por un lado Piñera aludió a irregularidades en el conteo de votos, mientras que Guillier apuntó a “meterle la mano al bolsillo” a los ricos.

-Afortunadamente el período de campaña para la segunda vuelta es corto. No creo que alcance a suscitar demasiadas consecuencias. Estamos en la fase final de una campaña muy reñida y cabe esperar que surjan declaraciones que crean un clima de confrontación y de populismo.

Esto obviamente no es bueno para la economía. Hay inquietud en los agentes económicos, es cuestión de mirar la caída de la bolsa. Pero espero que a partir del lunes 18 reine un clima más constructivo.

- ¿Frases como la de Guillier pueden condicionar la recuperación? Hay una posibilidad no menor de que sea Presidente...

- Creo que el senador Guillier y la Nueva Mayoría tropiezan con la misma piedra que en 2014: ignorar el efecto que las señales que dan las autoridades económicas desencadenan en los agentes, al afectar sus expectativas. Ese lenguaje genera un ambiente antiempresarial. Y ese ambiente antiempresarial no lo pagan los empresarios, que mueven rápidamente sus capitales al exterior, sino que lo paga el chileno medio.

Me preocuparía mucho que este estilo sea el que impere hacia adelante en la Nueva Mayoría, ya sea esté en la oposición o en el gobierno.


"El senador Ossandón tiene razón: Hay argumentos para revisar la Ley de Pesca"

- ¿Está de acuerdo con modificar la Ley de Pesca? Le tocó trabajarla en su paso por Economía.

- El senador Manuel José Ossandón tiene razón en plantear que hay argumentos para revisar la Ley de Pesca tras toda la polémica que se ha generado por el lobby durante su tramitación.

Ahora, yo estoy seguro que de esa revisión va a surgir el que es una buena ley en los aspectos más sustantivos de ella. Así por ejemplo lo determinó la FAO, encargada de revisar esa ley por este gobierno, y concluyó que tiene muchos méritos en cuanto a su capacidad de apuntar hacia una mayor preservación del recurso.

La ley avanzó en la sustentabilidad de los recursos, pero no avanzó suficientemente en establecer un mecanismo competitivo de adjudicación de las licencias transables de pesca. Estableció una licitación que llega solo al 15% de la fracción industrial. Eso podría ser perfectamente revisado.

- ¿Cuál será el foco en materia de emprendimiento y competencia?

- Creemos que la competencia y la transparencia son claves para retomar el crecimiento económico. Tenemos una batería de medidas pro competencia, como reducir el precio de los remedios, y cambios a notarios y conservadores y el cabotaje en los puertos.

- En caso de llegar al gobierno, ¿tiene claro el nivel de lobby que habrá para no avanzar en estos cambios?

- Queremos impulsar con fuerzas estas medidas y enfrentarnos al lobby si es necesario, con el apoyo del Congreso. Las razones por las que no avanzamos en estos temas en el gobierno pasado fue el fuerte lobby que hubo en el Parlamento.

- ¿Cuál será el foco en materia de emprendimiento?

- Queremos darle espacio a los emprendedores y a las PYME para que se desarrollen. Hemos llegado a la conclusión de que el principal obstáculo para ello es su dificultad financiera por el retraso en el pago por sus servicios. El presidente Piñera ha precisado la importancia en el programa de establecer mecanismos de pronto pago para las PYME. Hay que lograr que el Estado se acoja a estos mecanismos, ya que a nivel general es un muy mal pagador. Además, queremos abordar los atrasos en los pagos a proveedores de parte de las grandes empresas. Hay que reducir la burocracia empresarial en el registro de los proveedores. Nuestro llamado es a que el propio sector empresarial busque la manera de autorregularse y avanzar en condiciones más transparentes en este manejo.

Creemos que es necesario establecer por ley el plazo de pago de la factura. Este será acordado libremente, pero en caso de no especificarse el plazo será de 30 días. Si no hay pago transcurrido ese plazo, el atraso devengará intereses penales pagados por el deudor de la factura.

- ¿Cómo se va a controlar que no haya abusos de las grandes empresas?

- Esa modificación legal ayudará a difundir en todo el sector empresarial que la práctica de pago es a un plazo predeterminado. Hay que mantener flexibilidad obviamente, pero queremos ser claros que esto permitirá que la factura tendrá mayor certeza y tendrá un mayor atractivo financiero.

Adicionalmente, estableceremos que los compradores que muestren atrasos en sus pagos a proveedores tendrán un menor puntaje en las licitaciones del Estado a través de ChileCompra, a modo de castigo.

También, crearemos un Servicio Nacional del Proveedor como unidad dentro del Ministerio de Economía para monitorear el cumplimiento de estos plazos y dinfundir información sobre los buenos y malos pagadores.

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