Macro

Francisco Gallego: “No hay por donde recuperar el empleo solo con subsidios”

Ante la mayor pobreza reflejada por la Casen, el académico UC y director científico J-PAL destaca la importancia de impulsar políticas públicas más coordinadas. Teme una crisis en la educación.

Por: Pamela Cuevas V. | Publicado: Lunes 12 de julio de 2021 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-
Francisco Gallego, académico de la UC y director científico J-PAL. Foto: Julio Castro
Francisco Gallego, académico de la UC y director científico J-PAL. Foto: Julio Castro

Compartir

Preocupado quedó el académico de la Facultad de Economía y Administración de la UC, Francisco Gallego, tras conocer los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen).

Pero su inquietud no tiene tanto que ver con el incremento de la pobreza por ingreso de 8,6% a 10,8%, sino que más bien porque considera que “hay cosas que están pasando ahora, en la pandemia, que no se han notado en la pobreza multidimensional”. De ahí que pone énfasis en dónde hay que concentrar los esfuerzos: mercado laboral y educación.

Imagen foto_00000003

“Lo que sucedió era lo que esperábamos de alguna manera”, dice y, por lo tanto, le llama la atención cuando en el debate público -tras una primera lectura de los datos- ve sorpresa ante las cifras.

A su juicio, estaba “claro” que iba a aumentar la desigualdad, pero lo que no era evidente es que finalmente “aumentó menos de lo que habría aumentado si no hubiese habido ayudas y beneficios sociales”.

- La pobreza aumentó, pero más lo hizo la pobreza extrema. ¿Qué tanto ayuda la Casen a dimensionar el efecto de la pandemia?

- Si uno compara con la tendencia, la pobreza general por ingreso casi no aumentó. De hecho, no es estadísticamente significativo el cambio. Entonces, la que aumentó es la pobreza extrema.

(…) Aumentó el Gini y es primera vez que lo hace tan fuerte en muchos años y, cuando hacemos doble click, sirve para entender por qué subió la pobreza extrema.

En casi todos los déciles bajaron los ingresos provenientes del trabajo -en el único que subió un poco fue en el nueve-. Pero en el uno, que es el más vulnerable, el ingreso del trabajo promedio del hogar per cápita bajo de $ 78.000 (2017) a $ 7.000. Por otro lado, los subsidios subieron de $ 93.000 a $ 110 mil per cápita en ese decil, con lo que el ingreso total del hogar (los monetarios) bajo de $ 207 mil a $ 124 mil y, por eso, es pobreza extrema.

Si miramos los siguientes deciles, los ingresos monetarios en el segundo bajaron de $ 390 mil a $ 300 mil. Entonces, ahí hay un grupo de personas que entra en la pobreza pero no es tanta, porque no cayeron tanto los ingresos.

- ¿Nunca se había visto la desigualdad que revela el índice que compara la situación del 10% más rico de la población versus el más pobre?

- Lo que pasa es que nunca habíamos tenido una situación en la cual -no sé si en el año 82, porque no tenemos datos- hay un grupo tan grande de gente del primer decil que quedó sin trabajo.

Lo interesante es cómo se aminora esa diferencia cuando introduces otras cosas. Hay otro indicador, que es el ingreso autónomo, que es el ingreso del trabajo más otras cosas. Ese no aumentó a 400, lo hizo a 200, lo que significa que detrás de todo están los ingresos del trabajo. Esto creo que es importante.

No todo está mal

Si bien el director científico del centro de investigación sobre desarrollo y pobreza de J-PAL reconoce que este año es “complicado” interpretar la pobreza multidimensional, destaca el trabajo hecho en la Casen. Menciona que por el “buen nivel de los indicadores “nos damos cuenta” de los avances y retrocesos en las carencias y “por eso estamos hablando de estos temas” lo que, a su juicio, es una gran diferencia respecto a otros países.

En las dimensiones de educación y laboral, advierte sobre el deterioro en los índice de asistencia y de ocupación que se ubicaron en 4,4% y 13,8%, respectivamente. En definitiva, se retrocedió 11 años, como consecuencia de la pandemia.

Pero no todo son malas noticias para Gallego. También alude a la mejora en escolaridad y malnutrición: “Es bueno decirlo, porque estamos avanzando”.

-¿Cuáles son los desafíos que identifica con la información que le entregan estos datos?

- Hay una tercera dimensión que no se ve acá (…) ahí aparece la deserción escolar. Pongámonos en el siguiente contexto, imaginemos que se acabara el Covid y se abren mañana los establecimientos educacionales, los profesores van a recicibir niños y niñas que estuvieron un año y medio sin educación, sobre todo en los grupos más pobres o con educación online. Hacer frente a esa caída de conocimiento y con la disparidad que van a tener, más los problemas de salud mental, eventualmente de violencia, de falta de sociabilización (...) porque vamos a tener problemas de asistencia y de rezago.

Hay un grupo de cosas que no están en la medición de ahora y que uno tiene que hacer políticas para que no aparezcan mañana, porque el shock de la pandemia deja desafíos (...) tenemos un gran problema y no es obvio que estemos haciendo políticas -porque va a costar plata-, y ese el punto, se nos esta acabando la plata -y quieren bajar el impuesto a los combustibles- y tenemos una catástrofe educativa en ciernes.

- Tenemos que recuperar el empleo, pero hay una disociación entre la magnitud del repunte en la actividad con un mercado laboral en que se están destruyendo puestos de trabajo. ¿Qué desafío hay ahí?

- Esto también se discute en otros países. Hay varias hipótesis (…) estamos en momentos muy complicados. No tenemos solo riesgo -que es lo tradicional- sino que hay incertidumbre, donde hay parámetros que no conocemos

Entonces, si en otras partes del mundo están sabiendo más (con más datos), de ahí uno puede aprender un poco.

No hay por donde recuperar el empleo solo con subsidios. El año pasado hablamos con el Gobierno al respecto, enviamos un documento (propuesta de académicos de la UC), en donde incluimos otras cosas, como empleo público, capacitación e incentivos al trabajo.

Creo que hay que pensar en tener una política coordinada, siempre pensamos en políticas sociales, laborales, de capacitación de manera separadas y hay que coordinarlas.

- ¿Cuándo cree que vamos a recuperar los indicadores de pobreza?

- No me atrevo a dar un año, ni una cifra, pero lo que sí es claro es que si no se recupera el empleo, la pobreza va a subir y la desigualdad no va a bajar.

Por definición soy medio optimista en el sentido de que si uno mueve las teclas correctas, uno puede ayudar a una recuperación rápida. Veo en otros países -independiente de que las cifras de ahora no fueron tan buenas en Estados Unidos- que quienes están haciendo políticas, están logrando que se recupere el empleo, incipientemente todavía… ojala que lo hagamos bien.

- Pero las políticas que tenemos ¿están bien?

- Para mi no es claro, porque no están coordinadas, ese es el miedo que tengo. Tienen que estar coordinadas para lograr protección, pero ayudar a la vez a que la gente tenga incentivos a trabajar y, en tercer lugar, se capacite. Y eso en el documento de Patricio Meller (comisión Meller en el primer Gobierno de Bachelet) que esta ahí desde poco más de diez años, estas cosas están escritas.

Ojalá que no nos pase como con la reforma de pensiones en donde de la Comisión Bravo -la de Marcel antes- lo que hay que hacer está escrito y nuestro sistema político-económico no es capaz de hacer nada.

Lo más leído