IIF proyecta contracción del crecimiento en Chile en el cuarto trimestre y una modesta expansión para 2020

El Institute of International Finance (IIF) proyecta una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile para el cuarto trimestre de este año, lo que significa que el crecimiento esperado en 2019 sería de 1,9%.

Según un informe emitido por la entidad, sectores importantes de la economía como la minería y la agricultura no se han visto afectadas por el momento actual del país, por lo que se recuperarían el próximo año tras recientes muestras de debilidad.

Pese a ello, el organismo contempla que el crecimiento para el 2020 será de un "modesto" 2,2%, "asumiendo que la estabilidad social es sostenida". Pero, dice el documento del IIF, el proceso para redactar una nueva Constitución "será una tarea difícil para la democracia chilena".

Comparaciones en momentos de crisis

Por otro lado, el Institute of International Finance evaluó las implicancias en el crecimiento de la presente situación del país, en medio de protestas y manifestaciones, con otros episodios destacados por la tensión social en los mercados emergentes y considerando aspectos de la idiosincrasia propia de estos países, como el desarrollo de la política, la exposición a shocks externos y factores estructurales.

Según el informe, la experiencia de los mercados emergentes señala que la inestabilidad social -que de acuerdo al IIF en el caso de Chile ha sido exacerbada por el bajo rendimiento económico-, pueden erosionar la actividad.

"A pesar de que proyectamos una debilidad en el crecimiento de Chile, el amplio espacio político así como otros factores deben moderar la pérdida de productividad", dice el estudio.
"Mientras que una reforma constitucional puede ayudar a mejorar el sistema político, el riesgo de un deterioro de la política macroeconómica del país puede ser significante y puede tener consecuencias duraderas", agrega el texto.

A su vez, el informe indica que en muchas ocasiones los mercados emergentes han enfrentado largas y persistentes pérdidas de producción. El documento ejemplifica con lo ocurrido en Chile a partir en 1973, Paraguay en el 1999 o Perú en el 2000. Pese a ello, dicen desde el IIF, "esos episodios exhiben una significante perdida de heterogeneidad, lo que sugiere que, más allá de los impactos negativos que se generan por protestas, paros o disrupciones de los negocios, los efectos negativos pueden ser más persistentes cierto tipo de eventos como cambios bruscos de régimen político, crisis sociales extremas, los que pueden llevar a una profunda incertidumbre política".

"En Chile, el acuerdo por la reforma constitucional ha provisto un camino para resolver la crisis", acota el documento.