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Juan Sutil: “No veo con voluntad al Gobierno y menos al Congreso de cuidar al inversionista”

El empresario cree que la economía crecerá en la parte alta de las proyecciones el próximo año, pero advierte la necesidad de medidas más focalizadas para la reactivación.

Por: C. León y S. Valdenegro | Publicado: Lunes 14 de septiembre de 2020 a las 04:00 hrs.
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El sábado Juan Sutil cumplió seis meses al mando de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC). Un período que ha sido bastante poco usual. Primero, el estallido de octubre que levantó diversas demandas sociales y, posteriormente, la llegada del Covid-19, temáticas que cambiaron completamente la agenda del mundo empresarial, y al mismo tiempo, la del propio dirigente.

En este semestre, reconoce el empresario agrícola, ha debido enfrentar y abordar una serie de temas en los que no participaba, por lo cual el estudio y preparación se han convertido en compañeros clave.

En el balance, enumera con orgullo las diversas iniciativas que ha impulsado el mundo privado ante la pandemia, a través de SiEmpre por Chile. Sin embargo, sincera que hay aspectos que le generan malestar. “Quizá nunca lo he dicho, pero me aflige mucho el doble discurso, la cosa exacerbada de la noticia falsa, de los improperios, de los encasillamientos de las personas. Estas cosas me afectan, pero me motivan en seguir avanzando en aquellas cosas que uno cree son el propósito de un mejor país”.

- ¿No cree que estas acciones hayan cambiado en algo la visión de la ciudadanía sobre los empresarios?

- Tengo mis dudas, porque si bien hay un reconocimiento, quizás se acuerden de que los empresarios trajeron los ventiladores, masivamente no creo que se acuerden de todas las cosas. La fractura que tenemos como sociedad es mayor que este trabajo que hemos impulsado.

- A eso hay que agregarle la delicada situación económica, con alto desempleo. ¿Cómo ve el escenario para los próximos meses?

- En materia económica necesitamos sin duda condiciones más habilitantes. Hay acuerdos que tomó la oposición con el Gobierno en base a un fondo Covid de US$ 12 mil millones, que fue transversalmente convenido desde Claudia Sanhueza hasta Vittorio Corbo. Y ahí se han tomado medidas importantes en materia de protección al empleo, de subsidio, de apoyo a las familias con ingresos de emergencia. Hay otros aspectos más débiles con respecto a medidas pro empleo o pro inversión. Hemos tenido una rebaja en los impuestos a la pequeña y mediana empresa, importante, sustancial, y tenemos un subsidio a la depreciación.

Pero para mí, lo más importante en esta reactivación es poder mantener los pilares productivos. Y en eso soy optimista. ¿Y por qué? La matriz productiva de Chile está basada en la exportación, entonces los minerales y, en especial el cobre, están prácticamente dentro del rango normal o mejorando; la agroindustria, la industria forestal, la pesca, la industria de alimentos, la manufactura han estado funcionando bien. Entonces, los fundamentos de la economía están sólidos.

Por otro lado, Chile tiene una importancia muy relevante respecto a Asia. China este año va a crecer 1% y el próximo 7%, mientras que EEUU cae 6%, igual que Europa, pero el próximo año crece 4%. Entonces, la industria forestal, los salmones, la fruta, los minerales y los alimentos que aportamos a Asia van a demandarse.

- ¿Eso implica que el próximo año estaremos en la parte alta de las proyecciones de PIB?

- Sí. Pero hay aspectos más débiles, hay problemas en el comercio, hotelería, turismo y servicios.

Entonces, le he propuesto a la autoridad y, en especial, a los ministros, al Presidente, que es necesario incluir medidas sectoriales en aquellas áreas relevantes. Si tenemos medidas que permitan que los restoranes o que los hoteles vuelvan a funcionar, y tienen niveles de apoyo interno, como subsidios, es probable que puedan volver y hacer turismo nacional.

“La estabilidad política es muy importante”

- Usted menciona que unos de los aspectos más débiles es el tema de la inversión. ¿Cuán relevante es la estabilidad normativa?

- Las reglas del juego son importantes para toda relación, incluyendo la humana. Y eso mismo aplica para la economía. Entonces, es fundamental que haya condiciones habilitantes, reglas claras que permitan que las inversiones y, especialmente las extranjeras, puedan desarrollarse.

- Sofofa propone una herramienta como lo era el DL 600, por ejemplo. ¿Está de acuerdo?

-Sí, pero quiero explicar por qué. Esto lo hemos discutido más allá de la Sofofa. En una conversación, con representantes de empresas norteamericanas, ellos me decían usted entiende que después de la pandemia van a ser escasos los capitanes del mundo. Sí, dije yo, lo entiendo. Y también me comentaron que estaban observando el proceso político chileno.

¿Por qué cuento esto? Porque cuando se hacen inversiones de largo plazo, como una carretera, la ampliación de la 5 sur, una planta fotovoltaica, una represa, un puerto, no es lo mismo que hacer un edificio. Estas otras cosas son muy relevantes desde el punto de vista de la inversión, su magnitud y la estabilidad que el país necesita, porque quien hace una carretera después tiene que cobrar el peaje. Entonces, si está todo el mundo diciendo en el Congreso que no pueden pagar los peajes, uno dice cuidemos al inversionista.

- ¿Ve al Gobierno en esa posición?

- No lo veo. No veo con voluntad al Gobierno y menos al Congreso de cuidar al inversionista. De verdad, no lo veo. Lo he conversado con el Gobierno y con algunos diputados y senadores y no ven este riesgo. La estabilidad política es muy importante.

Voy a poner un ejemplo. Aquí se habla mucho de la Constitución, pero cuando se retomó la democracia, la Constitución no tenía nada que ver con la que promulgó el presidente Lagos. Tenían al general Pinochet en la comandancia en jefe, senadores designados y amarrados. ¿Pero qué pasó? Hubo una voluntad política de hacer un cambio en el país y se reunieron todos en lo que se llamó la Concertación y lograron reducir de 56% a 6% la pobreza, de 50 mil estudiantes de elite financiados por el Estado a más de un millón de estudiantes universitarios.

Que hubo problemas, que el CAE, que quizás debimos hacer distintas algunas cosas, seguro, pero hubo una voluntad política de hacer las cosas.

Entonces, ahora no me preocupan tanto los acuerdos que podamos llegar en materia de Constitución, creo que serán todos razonables, en proteger la institucionalidad, la democracia. Ahí no hay espacio para extremos. El problema que me preocupa es para la inversión: que las señales sean igualmente sensatas desde el punto de vista político.

-¿Cómo puede repercutir el plebiscito en el debate de las políticas necesarias para la reactivación?

- Me gustaría situarme en el día 26 de octubre -porque lo que pase antes es relativamente circunstancial- en un país que transite hacia un mejor camino, de desarrollo, donde no estén presentes los extremos, especialmente los de izquierda dura, que son los que pueden hacer retroceder al país.

Nosotros no debiéramos dejar que ese discurso, que es una minoría, sea el que se imponga. Tiene que imponerse una gran mayoría, que tenga total convicción democrática y que quiera reforzar la democracia, que queramos abrazar la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU, donde está consagrado todo.

Tenemos que pensar cómo podemos transitar hacia una economía más justa, más abierta, más inclusiva, y que, además, transite desde un sector político a otro, sin ningún drama y vaya construyendo uno sobre otro. Como ocurrió en Chile desde el 90 al 2010, más de 20 años, 30 años de cambios y desarrollos graduales.

Impuestos y un Estado más moderno

- La reactivación será costosa. ¿Es inevitable que se vuelvan a subir los impuestos?

- Si en una familia alguien pierde el trabajo y le pones otra carga, esa familia tendrá más problemas. Y en la sociedad y en la empresa pasa lo mismo.

Todos estábamos de acuerdo en que había que subir los sueldos, que el salario mínimo era poco. Sin embargo, también dije que quizás no era prudente hacerlo ahora, porque había muchas pequeñas empresas que no iban a poder soportarlo.

Entonces, a una empresa grande no le puedes poner una carga mayor, porque le estás quitando recursos que los podría poner en mayor crecimiento, en más y mejores empleos.

Es necesario ver cómo nos vamos a organizar. ¿Nos vamos a organizar a través de más eficiencia, menos despilfarro del Estado, más modernización del Estado, más impuestos o la suma de todas? Creo que será un poco la suma de todas.

Hay que ver cómo se distribuyen los fondos. Hay estudios que muestran que el Estado se farrea hasta US$ 7.000 millones al año en malos proyectos, malos programas, burocracia innecesaria.

Entonces, si es necesario poner impuestos, pongamos los que correspondan, pero también el Estado no puede ser una especie de gordo que traga, traga y traga y se come todos los lomitón y, al final, obstruye al resto.

- ¿Entonces la condición para hacer una nueva reforma tributaria es modernizar el Estado?

-Por supuesto. ¿Vamos a seguir engordando a quien se come todos los sandwich o vamos a lograr que haga gimnasia, se modernice y actúe correctamente?

Aparte, ¿qué es lo que le pega más a la empresa o a los súper ricos? Las exenciones tributarias. Tenemos que discutir temas de fondo, temas sustanciales.

- ¿El sector privado tiene que estar abierto a renunciar a algunos de esos beneficios tributarios?

- Por cierto. Midamos también cómo corregir esas distorsiones, el impuesto al capital, a la ganancia a la compra y venta de acciones. En algunos casos, no en todos, porque hay diferentes excepciones, hay que revisarlos uno a uno.

La renta presunta, por ejemplo, no es solo de los agricultores, la tienen los transportistas, los pequeños mineros, la pequeña y mediana empresa, pero yo no estoy por la renta presunta. Lo he dicho siempre públicamente.

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