Macro

Línea de Crédito Flexible: ¿En qué consiste el inédito fondo que solicitó el Banco Central al FMI?

La medida se creó en 2009 y la han utilizado solo tres países. A diferencia de los programas tradicionales, este crédito es visto como un “sello de calidad” ante los mercados financieros internacionales.

Por: Montserrat Toledo | Publicado: Martes 12 de mayo de 2020 a las 20:42 hrs.
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Sorpresa generó el anuncio de que el Banco Central solicitó una Línea de Crédito Flexible al Fondo Monetario Internacional por US$ 23.800 millones para asegurar liquidez ante la pandemia del coronavirus, la cual sería aprobada por el organismo internacional durante las próximas semanas.

Pero también, el movimiento generó una serie de dudas respecto a este desconocido mecanismo: ¿Qué es? ¿En qué se diferencia de los programas tradicionales? ¿Quiénes pueden acceder? ¿Cuánto es el máximo que se puede solicitar? 

En una minuta explicativa que data de hoy, la entidad liderada por Mario Marcel aclaró que dichas líneas de crédito son de carácter preventivo y fueron diseñadas para "permitir que países con buenos fundamentos macroeconómicos pudieran asegurar recursos suficientes para enfrentar eventuales tensiones externas de gran magnitud".

"Estas líneas complementan las fuentes propias de liquidez externa provenientes de las reservas internacionales, los fondos soberanos y las líneas acordadas entre bancos centrales, dando confianza a los mercados financieros respecto de la capacidad del país para enfrentar dichos escenarios", acota el texto.

¿Quiénes pueden acceder a estos créditos? Según el mismo FMI, los elementos cruciales al momento de evaluar a los postulantes son que el país cuente con variables económicas fundamentales y marcos institucionales de política económica muy sólidos; esté aplicando y tiene un historial sostenido de aplicación de políticas muy sólidas y mantiene su compromiso de seguir aplicando estas políticas en el futuro.

Adicionalmente se consideran factores como que el solicitante cuente con una posición externa sostenible, una cuenta de capital en la que predominen los flujos privados, un historial de acceso soberano estable a los mercados internacionales de capital en condiciones favorables, y finanzas públicas sólidas incluida una situación sostenible de la deuda pública, entre otros factores.

Esto, según estimaciones no oficiales del Banco Central, restringe a menos de 15 las economías emergentes que podrían convertirse en potenciales beneficiarios.

Por lo mismo, aunque la medida se creó en 2009, hasta el momento solo tres países la han solicitado y han calificado: Colombia, México y Polonia. Si bien ninguno de ellos ha necesitado desembolsar recursos, México y Colombia la mantienen hasta ahora, pero Polonia la cerró a fines de 2017. Perú presentó una solicitud hace menos de una semana, pero su aprobación formal del directorio ejecutivo del FMI aún está pendiente.

El tamaño del préstamo se analiza caso a caso y se puede solicitar por uno o dos años con renovación -en la medida en que se siga cumpliendo con los criterios de calificación-. En esta oportunidad, Chile solicitó acceso a US$ 23,8 mil millones, lo que equivale al 1000% de la cuota nacional ante el organismo, aproximadamente la mitad de las reservas internacionales de Banco Central y en torno a 8% del Producto Interno Bruto chileno.

¿En qué se diferencian los programas tradicionales y la LCF?

Mientras que los primeros se entregan a países con graves problemas de balanza de pagos, la línea solicitada por el Central es todo lo contrario. Los programas tradicionales se basan en la "condicionalidad", por lo que se les exigen una serie de condiciones iniciales, así como la aplicación de acciones y el logro de metas durante su vigencia, además de revisiones regulares, de las cuales dependen los desembolsos.

"La FCL no impone acciones previas al país que la contrata ni condicionalidades ex post en caso de que se realicen desembolsos. Basta con que el país cumpla con los criterios de calificación", explica la minuta.

En conclusión, la línea de crédito precautoria "se puede entender como instrumento destinado a países en situaciones diametralmente opuestas a las de los que requieren programas tradicionales. Tanto es así, que un país que califica para un Stand-by-Agreement (SBA) por definición no puede calificar para una FCL. De este modo, la FCL no acarrea el estigma que podría asociarse a países que acuden por ayuda financiera al FMI. Por el contrario, la FCL es un 'sello de calidad' ante los mercados financieros internacionales".

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