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Marcel y mayor PIB 2018: “Nuestras proyecciones no son producto del optimismo”

Economista defiende la mejora en las estimaciones para este año, pero advierte que el país requiere reformas para sostener tasas de expansión más altas a futuro.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Lunes 10 de septiembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Desde Londres, Inglaterra

Mario Marcel conoce bien el Reino Unido. Tras titularse en la Universidad de Chile, el economista realizó un postgrado en la Universidad de Cambridge, casa de estudios cercana a la capital inglesa.

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El Chile Day 2018 acaba de finalizar y tras dos frenéticas jornadas, el presidente del Banco Central recibe en el lobby de su hotel a Diario Financiero al más puro estilo británico: con una taza de té con leche, pasadas las 4 de la tarde.

No solo el emblemático evento en Londres copó su agenda. El miércoles, el instituto emisor presentó el Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre, en el que incluyó una mejora en la proyección de crecimiento para este año, situando el techo en 4,5%. Algunos analistas hablaron de una estimación optimista, la que Marcel defiende en virtud de que las cifras de actividad han sorprendido al alza en lo que va del año. Eso sí, no desconoce los desafíos de la economía chilena hacia adelante.

- Parte del mercado tildó de optimista el IPoM. ¿Qué ven ustedes que ellos no?

- Respecto a las proyecciones del mercado, no hay una diferencia tan grande. Nosotros damos un rango, los analistas tradicionalmente hacen una estimación puntual. Gran parte de esas estimaciones están dentro del rango que hemos dado.

En las proyecciones que actualmente se hacen muchas veces se refleja una preocupación por lo que pasa en la economía mundial. Esa preocupación la compartimos, pero la reflejamos en los escenarios de riesgo, no en el escenario base, porque tiene que ver con cosas que aún no han ocurrido.

Por ejemplo, en el escenario comercial consideramos las medidas de protección arancelaria que ya se han implementado, que abarcan no más del 5% de las importaciones de Estados Unidos. También incluimos menor actividad en Argentina, una desaceleración en Brasil y un crecimiento algo más bajo en China. Para los términos de intercambio pasamos de una leve mejora a una caída de 1,2%.

Pero aquello que aún no ocurre, pero tiene posibilidades de hacerlo con un impacto sobre la economía chilena, eso lo incluimos en nuestro escenario de riesgos. Como Banco Central, tenemos que tener claridad metodológica porque no podemos conducir la política monetaria sobre la base de preocupaciones o sentimientos, sino sobre la base de proyecciones lo mejor fundamentadas posible.

- ¿Qué tiene que pasar para que crezcamos un 4,5% este año?

- El rango entre 4% y 4,5% es bastante consistente con un segundo semestre con un crecimiento más bajo. El primer semestre el promedio de crecimiento fue 4,8%. El rango para todo el año es en consecuencia consistente con un crecimiento en el segundo semestre entre 3,1% y 4,2%. El Imacec de julio vino con un crecimiento del sector no minero del 3,8%.

Entonces, nuestra proyección ya considera en primer lugar un menor ritmo de crecimiento en la comparación en 12 meses y también supone una desaceleración del crecimiento trimestre a trimestre.

Lo que tiene que pasar, entonces, es que la economía vaya entrando en una fase más normalizada del ciclo, donde ya no domina tanto la comparación con momentos de mayor debilidad, especialmente respecto de agregados que habían venido cayendo, como la inversión.

- ¿Cuál es su mensaje? ¿Tampoco hay que marearse por el 4,5%?

- El énfasis que damos es que la economía chilena ha ido entrando en una etapa de crecimiento más sólido y diversificado, y eso va haciendo menos necesario el impulso monetario que hasta ahora ha tenido. Por otro lado, dado que va reduciéndose la brecha de actividad, irá aumentando la presión sobre los precios y tenemos que ser capaces de actuar oportunamente frente a eso.

Ahora, actuar oportunamente no significa precipitarse, significa ir interpretando los datos que van surgiendo, tenemos tiempo para hacerlo y calibrar adecuadamente las decisiones de política monetaria.

- ¿Eso no significa que sea tan inminente el alza de la tasa? El mercado apuesta a fines de año o inicios del próximo.

- La señal que dio el Consejo es que, de mantenerse el actual escenario, comenzaría a retirar el estímulo monetario en los próximos meses. Ahora, en qué reunión de política monetaria en particular es algo que iremos evaluando en cada caso.

- ¿Se ve un boom de inversión en el horizonte?

- Nosotros somos prudentes en la proyección para la inversión. Para este año tenemos un crecimiento del 5%, que es menor que lo que tuvimos en la primera parte del año. Para los años siguientes tenemos un aumento algo menor, siempre por encima del PIB, pero no mucho más.

En esa cifra se va reflejando el crecimiento que ha tenido la inversión en maquinaria de equipos, cuyas importaciones siguen expandiéndose a tasas de dos dígitos, pero todavía hay un desafío importante en términos de generar proyectos de mayor envergadura. Más aún, a medida que vayamos avanzando probablemente parte de este crecimiento en la inversión en maquinarias y equipos va a ir desacelerándose, ya sea por efecto de la apreciación del dólar o porque se van satisfaciendo las necesidades de reposición.

Con eso, la necesidad de que se desarrollen proyectos de expansión de capacidad pasa a ser bien importante.

- ¿El sector privado tiene más que decir en este sentido entonces?

- Por supuesto, hay muchas cosas que serían positivas para la economía que aún no han ocurrido.

- ¿La reforma tributaria es una de esas cosas positivas?

- Yo prefiero no entrar en los detalles del proyecto, que debería tener un análisis en profundidad en el Congreso. Más bien rescato la preocupación por generar mejores condiciones para la inversión, lo que incluye un conjunto más amplio de iniciativas, tales como simplificar los procesos de evaluación y aprobación de inversiones. Esa preocupación por la inversión es una señal positiva.

- ¿Por qué el optimismo para este año no contagió a las proyecciones de 2019 y 2020?

- Nuestras proyecciones no son producto del optimismo, sino que son producto de lo que estamos observando en la economía. Nuestra estimación para 2018 es mayor porque la economía ha estado más dinámica, pero por otro lado sabemos que la segunda mitad del año va a tener un crecimiento menos acelerado que la primera mitad. El 2019 mantenemos el rango de crecimiento (3,25%-4,25%) y es mayor que el que teníamos anteriormente para 2018. En el 2020 bajamos un cuarto de punto porque al crecer la economía más rápido, también se van cerrando las brechas de actividad. Entonces, el límite que impone el crecimiento tendencial se manifiesta más pronto.

- ¿No son sostenibles hacia adelante las cifras que vemos hoy?

- Lo que está ocurriendo es que estamos cerrando la brecha de actividad. Mientras esa brecha se cierra, la actividad efectiva puede crecer más rápido que el Producto potencial. Una vez que la brecha se haya cerrado, el Producto potencial empieza a ser una limitación. Una vez que lleguemos a un crecimiento potencial similar al tendencial, ahí tenemos limitaciones estructurales en la economía chilena.

IPC: "Es probable un salto en septiembre"

- ¿Se ven presiones muy importantes de precios hacia adelante? Si bien el IPC de agosto fue bajo, hacia adelante la economía crecerá más y el alza del dólar aportará algo más de inflación.
- La inflación está evolucionando acorde con las expectativas. Tuvimos un IPC para agosto de 0,2% y la inflación en doce meses está en 2,6%, el IPC subyacente está en 1,9%. Eso quiere decir que la inflación se va a ir ajustando con gradualidad.
Probablemente, vamos a tener un salto en septiembre, porque el año pasado hubo comportamientos de precios totalmente anómalos. Entonces, no tenemos que asustarnos con cambios en el dato de septiembre. Nosotros tendemos a seguir la inflación subyacente.

"Noto una conexión más fuerte de los empresarios chilenos con el país real".

- ¿Ve un ánimo distinto en el sector empresarial respecto al Chile Day del año pasado?
- Noto dos cosas: primero, del lado de los empresarios chilenos, una conexión más fuerte con el país real, ellos plantean preocupaciones e interés en cosas que normalmente no han estado en la agenda empresarial. Eso me parece algo bien positivo, ya que genera mayor apertura a buscar soluciones a problemas de larga data o que genera el propio desarrollo.
Por el lado de los inversionistas y analistas extranjeros, veo mucho interés de conocer cómo funciona la economía chilena por parte de algunos y un conocimiento bastante profundo de otros. Los analistas e inversionistas que siguen a Chile con regularidad entienden bastante bien las características de la economía chilena y sus diferencias con otras economías emergentes. Esa distinción en este momento es muy importante.
- Algunos analistas estimaron que no fue tan negativa la visión del banco en el IPoM respecto al escenario externo.
- Al contrario, creo que este IPoM tiene la intención de mostrar una mayor preocupación por el escenario externo. La manera en que eso se manifiesta en el IPoM es en dos dimensiones: definir mejor cuáles son los riesgos que enfrentamos -y este IPoM avanza más que sus predecesores en entender cómo esto afecta la economía chilena-, pero también explicar cuáles son los canales de trasmisión de esta turbulencia externa en la economía chilena.
Como el tipo de cambio flexible y la política monetaria tienen espacio para absorber los shocks externos, quizás eso da una sensación más positiva, pero así es como se ha respondido a muchos episodios de turbulencia de los últimos años.
Ahora, la guerra comercial es una situación que nos tiene que preocupar y tiene que motivarnos a avanzar en algunos temas que están todavía en discusión. Creo que le da una fundamentación adicional a la trayectoria de consolidación fiscal que ha definido el gobierno y a la aprobación de la nueva Ley de Bancos. Todas esas son cosas que ayudan en el ciclo. Tenemos mecanismos de defensa importantes y todavía los podemos fortalecer algo más.
Por lo tanto, más que tranquilo uno debería estar motivado a seguir avanzando en esta agenda. La coyuntura externa debería darnos un sentido de urgencia para esa agenda mayor que la que habríamos tenido en otro escenario.
- ¿No es riesgoso pensar en subir la tasa con un escenario externo tan complejo?
- El Consejo señala claramente que el retiro del impulso monetario se materializará en la medida que se mantenga el actual escenario. Si cambia significativamente, por supuesto tendremos que reevaluar la velocidad y trayectoria de la política monetaria. Sin embargo, lo que no podemos hacer es quedarnos esperando a que se disipen todos los nubarrones externos, porque eso puede tomar bastante tiempo y en el intertanto se nos puede escapar la inflación. Uno de los temas que los mercados están evaluando con mucha atención en países emergentes es la independencia de sus bancos centrales y su capacidad para mantener la inflación bajo control.
-¿Es la guerra comercial el principal factor que podría cambiar el escenario?
-No necesariamente, también hay riesgos de volatilidad financiera e incertidumbre respecto a los países emergentes. Nuestro balance de riesgos está claramente sesgado a la baja para el sector externo por varios escenarios posibles.

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