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Matías Braun: ”No esperamos una gran crisis, pero así y todo tenemos que prepararnos”

Economista anticipa “tres meses complicados” para los mercados y que el Fisco deberá redoblar esfuerzos en contener gasto.

Por: Sebastián Valdenegro Toro | Publicado: Lunes 18 de enero de 2016 a las 04:00 hrs.
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El 2016 no comenzó con noticias muy positivas en materia económica. El cobre se cotiza por debajo de los US$ 2 la libra, las bolsas a nivel global se han desplomado antes las dudas por el crecimiento en China, y la mayor incertidumbre en el mundo ha disparado el dólar sobre los $ 730.

Todos factores que tienen preocupado a Matías Braun, pero sólo en el corto plazo.

El director de Estrategia de Credicorp Capital señala que el comportamiento de los mercados en el último tiene más características de “pánico de corto plazo” que de una inminente crisis financiera global, como fue en 2008.

Sin embargo, su mensaje de optimismo es matizado, en el sentido de que el país debe “trabajar mucho” para estar igualmente preparado ante un escenario externo más adverso, como fue hace casi ocho años.

- ¿Hay una inminente crisis global tras las últimas cifras de China?

- No, una crisis a nivel global no debiera darse. Hay temas permanentes y más transitorios. Lo permanente está relacionado con el cambio en la estructura de la economía china, y lo transitorio con una depreciación del yuan que tuvo un efecto negativo en todo lo relacionado con el sector transable chino. Se estaba dando un cambio en la estructura de la economía, pero de una forma negativa, en que un sector se está desacelerando demasiado fuerte y el otro no estaba compensando.

Lo que está pasando es que los datos del sector externo continúan siendo negativos y el mercado, en definitiva, piensa que la depreciación del yuan debe ser mayor para balancear la economía.

Este pánico o sentimiento negativo que está afectando las bolsas, al yuan, al cobre y al dólar es sólo un sentimiento, viene y va, en definitiva habrá dos o tres meses bien complicados, pero de ahí en adelante los activos de riesgo van a tender a recuperarse.

- ¿Todo este pánico debiera ser transitorio?

- Es un tema de sentimiento, que va y viene en un ciclo de pocos meses.

- Hay muchas similitudes con la crisis de 2008...

- Difícil. Hoy la economía global está bastante más desapalancada. Es muy difícil que suceda una gran crisis internacional, pero efectivamente están sucediendo cosas. Hasta ahora son cosas netamente de sentimiento. Esto debiera empezar a contenerse.

- ¿Qué tan preparado está Chile en caso de que se deteriore aún más el escenario externo?

- La respuesta tradicional de los analistas es más bien positiva, es siempre “estamos preparados para enfrentar estas crisis”. Pero bueno, la verdad es que cuando vienen crisis, nunca uno está 100% preparado. No sólo Chile no está suficientemente preparado, sino que el resto de los países tampoco.

En definitiva, no hay que ser especialmente optimista, a pesar de que uno cree que esta no será una crisis como la del 2008 y que el cobre no seguirá cayendo. A pesar de creer eso, uno nunca tiene la suficiente preparación. No esperamos una gran crisis, pero así y todo tenemos que prepararnos. No podemos tener un esquema en que empecemos a quemar las balas, mantener déficit fiscales más altos. Hay que protegerse lo más posible.

- ¿Cómo hemos ido gastando las balas en materia fiscal?

- Para prepararse en materia fiscal, hay que establecer que no se puede gastar más de lo que debiéramos, a pesar de que 2016 será un año electoral y que las presiones de gasto serán fuertes. Chile no debe hacerlo, tenemos que seguir preparándonos.

- Pero a pesar del menor gasto, el déficit fiscal volverá a ser alto y la deuda pública continuará incrementándose.

- Hacienda no se ha gastado todas las balas, básicamente porque tendremos una recaudación fiscal un poco mayor a la esperada por la reforma tributaria.

Hasta el momento los gastos se han contenido, pero lo importante es lo que pase de aquí en adelante. ¡Tiene que contenerse el gasto! Hasta el momento, por lo menos las presiones no son tan grandes y por lo menos hay buenas perspectivas de que estaremos mejor preparados. Hay que ir viéndolo en el tiempo y es una cuestión bastante política, en un año electoral que va a ser crítico.

- ¿Lo deja tranquilo lo que ha hecho el Ministerio de Hacienda en materia fiscal?

- Estamos en mejor pie de lo que estábamos antes, con el anterior gabinete. Las perspectivas hoy son claramente mejores, se está haciendo un trabajo mejor en términos de la contención de las presiones políticas. Eso es una buena noticia.

Ahora, de aquí en adelante ese trabajo se tiene que redoblar porque esas presiones comenzarán a ser importantes .

- ¿O sea, el ministro Valdés debe prepararse para un segundo aire?

- Claro. Es bien difícil hacer un caso de que creceremos más de 2% con lo que está pasando en el exterior, con las condiciones de financiamiento y el precio de los commodities. Sería difícil argumentar que creceremos más de 2%.

- ¿Cuánto nos ayudará la baja del petróleo? ¿Alcanza a compensar el desplome del cobre?

- Estamos mejorando nuestros términos de intercambio. Con las caídas dramáticas que ha mostrado el precio del petróleo, estamos algo mejor. En poco tiempo el petróleo bajó de US$ 100 a US$ 30, ¡es un shock muy fuerte!

Pero si el shock fuera sólo petróleo, habría un aporte importante en términos de PIB, pero hay otro componente a la baja que es el cobre y tienden a compensarse. Quedamos algo mejor, pero esto no dará vuelta la balanza en términos de crecimiento.

- ¿El cobre se mantendrá por debajo de US$ 2 la libra de manera consistente hacia adelante?

- No, que haya bajado de US$ 2 es parte del sentimiento negativo que hemos visto en los últimos días. Esperamos que el cobre se ubique entre US$ 2,10 y US$ 2,15 al cierre de este año.

El impacto de los últimos escándalos

- ¿Qué preocupa más a nivel interno: las reformas o los últimos escándalos en el sector privado?

- Últimamente se ha ido recuperando la confianza en que las reformas no serían tan negativas, se recuperó la confianza por el proyecto de simplificación de la reforma tributaria, pero ha ido cayendo la confianza en el sector privado.

Ahora, Chile siempre tuvo estos problemas, Chile es un país pequeño, entonces en definitiva no hay muchos actores en cada industria y, por lo tanto, la posibilidad de arreglos anticompetitivos está siempre ahí. Y el grado de cumplimiento de la institucionalidad chilena no era de lo más avanzado en el pasado. No sólo las reglas eran más laxas, pero además las reglas nunca se fueron haciendo cumplir de la manera en que vemos hoy.

En definitiva, las instituciones siempre han sido bastante más débiles de lo que creíamos.

Claramente desde afuera nos ven con ojos más positivos de lo que nos estamos viendo adentro porque estamos imbuidos en estas sorpresas que nos han causado estos eventos.

 

"Era difícil mantener credibilidad con una inflación por muchos meses sobre la meta"

- Con el dólar en $ 730, algunas voces en el mercado comenzaron a hablar de intervención del Banco Central.


- En definitiva, no podemos decir que la depreciación del peso ha ido más allá de lo que debiese. Por fundamentos, el peso debería estar algo más apreciado y, por lo tanto, vamos a intervenir en el mercado cambiario. Eso no debiera suceder, eso simplemente sería quemar un cartucho antes de tiempo y estar menos preparados.


Si bien creo que el peso está sobredepreciado, eso no quita que tenemos que prepararnos. Tenemos que dejar algunas balas libres para alguna eventualidad. Vemos el dólar este año ligeramente bajo $ 700.


- ¿Cómo ha visto el manejo de la política monetaria?


- Ha estado complicado el Banco Central. Aunque yo espere que la inflación se va a moderar más rápido de lo que espera el mercado, la inflación tampoco puede estar fuera de la meta consistentemente. Yo puedo tener esa creencia y la política óptima puede ser no subir la tasa tan rápidamente porque la inflación se controlará. O sea, no seguir a la Fed.


A lo mejor esa es la política óptima, pero dado que yo como Banco Central debo convencer a la gente y mantener mi credibilidad, esa quizá no sea la política más óptima y tal vez lo que deba hacerse es subir algo más la tasa para mandar la señal de que estoy comprometido con la meta de inflación y ganar ese tiempo en que la inflación se demorará en caer. Vemos un IPC a diciembre entre 3% y 3,5%.


- ¿El Central debiera ganar tiempo asumiendo que el retorno a la meta no será tan rápido como cree?


- Claro. Una cosa es prepararse y no quemar los cartuchos, y lo otro es ganar tiempo en términos de credibilidad porque al final una subida de un cuarto de punto en la tasa no hace una especial diferencia. Al final, es solo un tema de señales.


- ¿Por cuál visión se inclina usted?


- El Banco Central ha ganado algo de tiempo. De aquí en adelante, no necesitará subir agresivamente la tasa. La TPM debiera experimentar dos alzas durante este año.


Efectivamente, creo que el Central ha convencido al mercado y ha mantenido su credibilidad con las últimas alzas y con los mensajes que está enviando.


- ¿Se jugaba la credibilidad en las últimas reuniones?


- Se estuvo jugando su credibilidad hasta que empezó el proceso de alza de tasas. Era difícil mantener esa credibilidad con una inflación que llevaba muchos meses por sobre la meta.


El Central logró anclar las expectativas, logró retomar esa credibilidad, por lo tanto no tiene que ser tan agresivo de aquí en adelante, dado que la inflación probablemente caerá más rápido de lo que la gente cree.

- Ha pasado casi un mes del IPoM. ¿Sigue vigente el rango de PIB de 2%-3% este año?


- En el próximo IPoM debiera recortarse el rango. Vemos un crecimiento entre 2% y 2,2% este año.

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