Migrantes empujan crecimiento potencial, pero hay factores de riesgo en el horizonte

El incremento que ha tenido la población inmigrante llevó al Banco Central a revisar sus cálculos de PIB potencial y tendencial, pues la intensidad de este fenómeno no estaba incorporada en las estimaciones de población previas, y ello tiene consecuencias relevantes en la proyección del factor trabajo, y, a través de este, en la capacidad de crecimiento de la economía.

Sobre la base de las actualizaciones de población efectuadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que incorpora un significativo aumento de los extranjeros y que debiera mantenerse de manera importante en los próximos años, el ente rector elevó su estimación de PIB tendencial (crecimiento de mediano plazo) para los próximos 10 años a entre 3,25% y 3,75%, lo que implicó un aumento de 0,25 puntos porcentuales con respecto a lo estimado en 2017, cuando no se consignó la magnitud de ese hecho.

Mientras que para el PIB potencial -nivel de PIB coherente con una inflación estable-, estimó que promediará 3,4% en el período 2019-2021.

De acuerdo con las últimas estimaciones y proyecciones de población publicadas por el INE, entre fines del 2014 y fines del 2018 la proporción migrante en el país pasó desde casi 490 mil personas a más de un millón 250 mil. Esto implicó un aumento de la población y la fuerza laboral, cercanos a 4,3% y 6,4%, respectivamente.

Por otra parte, hay inmigrantes con un alto nivel de competencias que no está trabajando en lo que debería de acuerdo a sus capacidades. En el último año y medio la inmigración (470 mil personas aproximadamente) ha sido dominada por ciudadanos venezolanos (43%), cuya escolaridad promedio (15,6 años) supera a la del chileno promedio (11 años).

Si bien el Banco Central destaca de los inmigrantes su impacto en el aumento de la fuerza laboral y las características de esta población, advierte que la economía debe pasar por un proceso de ajuste mientras el brusco aumento de la oferta de trabajo es completamente absorbido, de forma que los nuevos trabajadores se ubiquen en puestos acordes con sus competencias.

Según el ente emisor, la experiencia internacional no es concluyente respecto de la extensión de esta transición, pues las características de los procesos migratorios han sido muy distintas.

"Es de esperar que a medida que se acomoda el flujo inmigratorio, se observe un paulatino incremento de la acumulación de capital y de la productividad", señala el BC.

Con todo el ente emisor estima que para el período 2019-2028 la contribución del trabajo al crecimiento tendencial será de 0,9%, versus el 0,7% que daban las proyecciones disponibles al 2017.

En cuanto al incremento del stock de capital, el BC indica que en los próximos 10 años su contribución al crecimiento tendencial sería de 1,7%, similar a lo estimado en 2017 para el decenio 2017-2026. "La respuesta de la inversión al mayor crecimiento del factor trabajo asociado a la inmigración, que hace más rentable el capital, contribuye con una décima a ese crecimiento.

Mientras que el crecimiento de la productividad total de factores del PIB no minero está en torno al 1% para los siguientes 10 años. Dicha cifra está en línea con un promedio histórico algo más alto, que se deriva de la última actualización de cuentas nacionales y la moderación de los efectos de la inmigración en la senda de la productividad.

No obstante, precisa el BC, también existe un grado importante de incertidumbre a la luz del bajo dinamismo mostrado por esta variable en los últimos años.