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Montes: “Esperamos un Presupuesto 2017 pro inversión y no veo muy convencido de eso a Hacienda”

El senador dice que el balance estructural está “sobrevalorado” y que se debe evaluar el uso de los fondos soberanos.

Por: Narayan V. Caviedes | Publicado: Lunes 26 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Para el senador socialista, Carlos Montes, hay un factor que puede ser clave, determinante, en el Presupuesto 2017. Una especie de “llave maestra” para reactivar la economía, que avanza casi inexorablemente hacia un cuarto año con crecimiento cercano al 2%. Se trata de un plan de inversiones, algo que suena sencillo, pero que al parecer, según el legislador, no estará presente con la suficiente fuerza en el erario del próximo año.

Y no es la única incertidumbre. Montes advierte que los parlamentarios de la Nueva Mayoría desconocen el plan de reasignaciones elaborado por el Ministerio de Hacienda. “Los criterios tampoco están”, agrega, sumándose a una queja transversal al interior del bloque: el debate prelegislativo promovido por Rodrigo Valdés fue “casi nulo o inexistente”.

“No se trata de un Plan Marshall”, ironiza Montes, aludiendo al programa promovido por EEUU para dinamizar la economía europea luego de la II Guerra Mundial y frenar el avance de la URSS. “Pero sí un plan significativo, para generar actividad económica y crear empleo”, explica. Evitar un aumento de la desocupación, a juicio del presidente del comité de senadores del PS, será fundamental por varias consideraciones.

- ¿Qué espera del Presupuesto 2017?

- Espero que sea un presupuesto de crecimiento cercano al 3% y enfocado en inversión, donde lo característico sea un Estado que levanta todo un plan, para asegurar actividad en la economía y donde los compromisos en educación y salud se mantienen.

- Y según lo conversado con Hacienda, ¿cree que eso se concretará?

- Veo a un Ministerio de Hacienda que no está muy convencido de un presupuesto pro inversión, que tiende a no valorar suficientemente el impacto que la inversión pública tiene en la inversión privada y en la actividad económica, y eso es parte del debate. Se ha levantado la idea que el multiplicador de la inversión es bajo y nosotros concluimos que no es así, por lo tanto hay que empujar la inversión pública. Por ejemplo, hay inversión en vivienda donde hemos insistido que hay que aumentar la capacidad, porque es generador de empleo. 25 mil viviendas crean 68 mil puestos de trabajo. En segundo lugar, hay que ver qué está fallando en las concesiones, por qué avanzan tan lento. Hay otras cosas donde necesitamos más celeridad y audacia. Necesitamos tener algunos contratos con capitales extranjeros dispuestos a invertir donde tenemos proyectos bien avanzados.

Espero que se elabore un plan, un listado de obras públicas y público-privadas, porque el Estado tiene que facilitar que los privados puedan invertir donde exista bloqueo, respetando claramente las normas ambientales y laborales. ¿Viene eso en el presupuesto? No lo sabemos. Hasta ahora no. ¿Todo tiene que estar en el presupuesto? No, hay cosas que pueden promoverse por fuera. Pero no es lo mismo que un ministro llegue al Congreso y diga ‘no sólo estamos avanzando hacia el equilibrio estructural, sino que tenemos un tremendo plan de inversiones, que lo hacemos bajo ciertas coordenadas’.

La inversión y la actividad generan impuestos, y por lo tanto, permiten enfrentar el déficit. Es decir, no es sólo por el lado del gasto, también por el de los ingresos. Y en eso estamos con un debate.

- ¿Cómo evalúa el debate instalado por Hacienda, limitado a las reasignaciones en el Presupuesto?

- Esto no es primera vez, es casi siempre igual. En esta etapa, muy raras veces Hacienda ha oído, en lo específico o general, a los partidos y los parlamentarios, y esta vez no ha sido la excepción. Lo que hizo Hacienda es una presentación, indicando que hay posibilidades limitadas de crecer, y por lo tanto, hay que hacer ciertas reasignaciones. Y presentaron una lista de posibles programas en lo que sería posible reasignar, pero eso obviamente que no se puede hacer en muchos ministerios. Pero no conocemos el plan de reasignaciones. Le hemos dicho reiteradamente a Hacienda que esto requiere de conversación con los distintos actores, en particular con los parlamentarios. No hay una lógica política clara de cómo se van a orientar los recursos de las reasignaciones. Qué, para qué y cuánto. Eso no lo conocemos y no hemos recibido noticias al respecto.

- ¿Se equivocó Valdés al enfrentar este debate de esa forma, considerando que ha sufrido varios traspié en el Congreso? Sólo recordar la reforma laboral y el aumento del salario mínimo.

- Sí, sobre todo cuando los parlamentarios están en la actitud de buscar un entendimiento. Hemos asumido que hay un momento difícil de la economía, que se va a crecer menos de lo que se esperaba, que hay un acuerdo -que algunos no compartimos, pero lo respetamos- del ritmo de avance hacia el equilibrio fiscal. Todo eso está y, en el marco de eso, es que estamos buscando alternativas de crecimiento. En eso, si el ministro pretende simplemente imponer una reasignación sin darle sentido de inversión y sin tomar en cuenta sus efectos en distintas cosas, no habrá acuerdo.

- Y en consideración de los menores ingresos, ¿es recomendable recurrir a los fondos soberanos?

- Eso está bien ligado a las tasas de interés, porque si lo que están recibiendo los fondos soberanos es muy bajo en interés, más vale utilizar esos recursos que estar pidiendo créditos o usando déficit fiscal, por ende endeudándose de otra manera. Hemos insistido que eso hay que evaluarlo.

- ¿Se está sobrevalorando la regla de balance estructural?

- Los factores que tienden a limitar el tipo de impulso de la inversión pública a la inversión privada y la actividad económica, son decir ‘nos va a complicar el riesgo país’, ‘las clasificadoras de riesgo nos van a bajar’. Y uno se pregunta quiénes manejan eso y con qué criterio. Uno se pregunta: ¿alguien después de la crisis del 30’ estaría hablando del equilibrio estructural? No estamos en la crisis del 30’, eso es claro, pero tampoco estamos en una situación normal de la economía internacional. Creemos que en eso hay que tener una capacidad conceptual y política que asuma los problemas de los chilenos. Las clasificaciones tienen que ver con las tasas de interés a las que las grandes empresas piden créditos afuera, no tiene que ver con las pymes y la economía en su conjunto. Tiene que ver con la imagen de la economía como campo de atracción de inversiones. No es que no valoremos eso, pero tampoco lo sobrevaloramos. Hay un elemento básico, que es compatibilizar objetivos. Nadie propone un Plan Marshall, no. Estamos planteando que exista un plan de inversiones significativo.

- Se ha dicho que el gobierno puede aprovechar el debate presupuestario para dar una muestra de gobernabilidad, pero eso se ve difuso.

- Quedan pocos días. Pero, hasta el momento, no hemos tenido ese diálogo, no nos ha dicho ‘en educación vamos a hacer esto’. Eso no lo conocemos. ¿Lo conocen los ministerios? No tengo certeza. Obviamente, que se tienen que construir acuerdos políticos al menos de criterios, y los criterios tampoco están claro.

Pensiones y pobreza

- ¿Cómo se puede abordar el debate de pensiones cuando los recursos son limitados?

- El margen de capacidad de recursos para destinar a las pensiones es bastante bajo. Es tiempo de redefinir el sistema y ver cómo mejoramos las pensiones. Es un dilema si nosotros destinamos a mejorar las pensiones sólo un poco o que la política pública, por ejemplo, se haga cargo de la canasta básica de medicamentos para los adultos mayores. También está la idea del pasaje liberado en el transporte para los mayores, o la cuarta edad como una posibilidad de un impacto en pensiones entre 10% y 20%. Hay que pensar las mejores medidas. Una parte es la pensión, pero aumentar en $ 5.000 las pensiones básicas es muy poco.

- ¿La moderación en la reducción de la pobreza que evidenció la encuesta Casen 2015 tiene que activar medidas en el presupuesto 2017?

- Primero, me resulta molesto ver a quienes celebran o atacan los mejoramientos, porque siguen existiendo dos millones de personas en situación de pobreza. Sobre las cifras de la Casen 2015, hay un mejoramiento porque se han aumentado ciertos subsidios, hay financiamiento en educación con nuevos programas y eso tiene una expresión en los resultados. Obviamente que si aumenta el desempleo esto se va a revertir, entonces, no se pueden sacar cuentas para festejar.

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