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Nicolás Eyzaguirre: “El crecimiento volverá en la medida que se oriente la crisis política”

Economista cree que ha llegado el momento de que el país se entienda a otro nivel y que la salida al actual escenario no será fácil. “Necesitamos hacer cambios importantes porque ya lo de antes no funciona”, advierte.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Lunes 27 de enero de 2020 a las 04:00 hrs.
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El título del más reciente libro de Nicolás Eyzaguirre -Desigualdad: Raíces históricas y perspectivas de una crisis- pareciera ser ad hoc con la situación que vive Chile desde el 18 de octubre.

Sin embargo, el exministro de Hacienda, Educación y de la Segpres hace de inmediato un disclaimer: estuvo casi dos años investigando para esta obra y no es un ensayo ni interpretación directa del estallido social.

“De hecho, el libro entró a imprenta justo al momento del estallido social, por el 22 de octubre. Tuve tres días para incluirle y solo decir que estalló la crisis social”, señala entre risas el docente de la Universidad de Chile.

El texto narra la historia económica del país y se hace una pregunta clave: considerando que Chile es uno de los países que más ha progresado desde 1990 en el mundo, ¿por qué aún no supera la trampa del ingreso medio? ¿De dónde provienen sus problemas para seguir creciendo?

Eyzaguirre buscó las respuestas sumergiéndose en la historia política y económica de Chile y países desarrollados como Estados Unidos, Canadá, Australia o Nueva Zelanda, y encontró las primeras diferencias. Por citar algunas, al nacer dichas naciones las instituciones sentaron bases más igualitarias e inclusivas, ya que protegían el derecho de propiedad en general, no de unos por sobre otros.

Esto -argumenta el economista- a diferencia de las naciones conquistadas por los españoles, como Chile, cuyas instituciones partieron de una base oligárquica, estableciendo estructuras sociales donde unos pocos concentran el poder político y económico en desmedro de otros.

Eyzaguirre es claro en señalar que “en ningún caso” veía venir el estallido social “de esta forma y en este momento”, a pesar de que “hace mucho tiempo que me venía preguntando hacia dónde íbamos como país”.

- ¿Esa estructura de dominación colapsa el 18 de octubre?

- Era completamente ilusorio pensar que cuando el año 90 se reconquistó la democracia, eso nos había transformado en un país y una democracia moderna, desarrollada e inclusiva. Ciertamente era mucho mejor que la dictadura, pero teníamos mucho para avanzar todavía.

El cuento de que si tú creces vas a tener más ingresos y se van a redistribuir -la teoría del chorreo- es el mejor cuento del tío nunca inventado, porque eso no ocurrió nunca. Entonces, el hecho de que reconquistaras el voto no iba a significar que te operabas automáticamente de estas estructuras de segregación. Por tanto, más temprano que tarde te iban a pasar la cuenta.

- ¿El progreso económico fue insuficiente?

- Cuando se recuperó la democracia se produjo un crecimiento explosivo.Por 30 años hicimos lo que nunca pudimos durante nuestra historia. Entonces, la desigualdad seguía, de hecho disminuía un poco, pero seguía. Pero parecía que había un relato meritocrático que era creíble para una parte significativa de la población. Pero cuando este crecimiento comienza a guatear, esa promesa meritocrática se comienza a deshacer. Entonces, las desigualdades y los abusos se hacen intolerables.

Pero esto no es para flagelarnos. Esto es difícil y alegrémonos que somos los que hemos llegado más lejos dentro de América Latina. Pero tampoco creamos que esto es tirar y abrazarse, como dicen en el fútbol. Esto es muy difícil y el camino hacia adelante será difícil. No tengo todas las soluciones, pero ha llegado el momento de ser capaces de entendernos en otro nivel, necesitamos hacer cambios importantes porque ya lo de antes no funciona.

- ¿Cuánto incide en la actual crisis la decepción de las expectativas económicas?

- En 2017 Piñera vuelve a ser elegido porque tuvo esta extraordinaria suerte durante su primer gobierno de tener el superciclo de los commodities, y que en Bachelet II nos enfrentamos nuevamente con la realidad y por eso ni siquiera crecimos 2%. La derecha dijo que todo era por las reformas que hizo la Presidenta. Es cierto que la coyuntura internacional fue particularmente mala, pero eso no significaba que podíamos esperar que se arreglara todo solo, menos aun deshaciendo las reformas de la Presidenta. Eso no era cierto.

Aparte, luego vienen las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos en febrero de 2018 y la recuperación se interrumpe y, por tanto, nos enfrentamos a la cruda realidad.

Entonces, cuando es evidente que los tiempos mejores no llegan, la fragilidad estructural de nuestra desigualdad, los abusos, se hace insoportable.

- ¿Cómo se sale de esta crisis?

- El jurado está deliberando. Yo no me desespero porque si miramos la historia larga hemos llegado más lejos que el resto de América Latina. Hemos sido capaces, con mucho sufrimiento, de resolver los momentos críticos. En esta especie de maldición de la trampa de los ingresos medios, Chile intentó fórmulas en el pasado un poco dogmáticas que no resultaban y finalmente la ciudadanía logró que el país se sacara de encima esos ideologismos.

Yo en la mirada larga creo que vamos a encontrar nuestro centro pero va a ser complicado porque los cambios que tenemos que hacer no son menores, y si queremos seguir contándonos que basta con hacer un par de afinamientos para volver a la antigua normalidad, nos vamos a estar engañando. Lo anormal más bien fue el crecer con tanta facilidad. Eso no es lo que va a ocurrir en el futuro.

- ¿Vamos a pasar décadas en este debate sobre nuestra identidad?

- Cada uno va a tratar de llevar el agua a su molino. Pero si somos más calmos y miramos la experiencia de países similares a nosotros, nos damos cuenta que hay cosas evidentes.

Le doy un ejemplo: siendo ministro de Hacienda de Lagos tuve una entrevista con el ministro de Educación de Australia. Le pregunté cómo son los resultados de los jóvenes que van a la educación pública versus la educación privada. Me dijo que más o menos iguales. ¿Y el gasto por estudiante en las escuelas públicas y privadas? Más o menos iguales. Ahí dije “ya, somos otro país, buenas tardes y gracias” (risas).

Cuando el gasto por estudiante en un colegio privado pagado es cuatro veces el que disponen los estudiantes que van al 90% restante, no hay nada más que hacer. Tienes que mejorar la educación pública pero en serio. Y la nueva educación pública que se aprobó durante la Presidenta Bachelet tiene los incentivos correctos, pero tienes que ponerle recursos y hacerlo en serio. Hay que aumentar los fondos para desarrollo e investigación, ¡pero en serio!

- El ministro Briones habla de aumentar la carga tributaria en la medida que lo haga el crecimiento. ¿Lo ve posible?

- Esa idea de que tenemos que primero crecer para después distribuir es un cuento del tío. El crecimiento en Chile va a volver en la medida que se oriente la crisis política. Hoy, nuestro crecimiento es un problema político.

Entonces, si tú vas con pocos cambios y no ayudan a solucionar la crisis social, no vamos a crecer. Creo que lo que hizo el sistema político respecto del Pacto de la Paz y la Constitución fue estupendo y necesitamos hacer lo mismo para el pacto social.

- ¿Cuánto dificulta la salida a la crisis que el Presidente tenga un 6% de aprobación?

- Yo estoy de acuerdo con Lavín: creo que lo mejor que podría hacer el Presidente Piñera es que empodere a sus ministros, que él sea jefe de Estado, no jefe de Gobierno y se mantenga en un segundo plano. Y que empodere a Briones y a Zaldívar para que lleguen a acuerdo donde esté la mayoría de las opiniones. Pero si se ponen ideológicos, como la ministra Cubillos, estamos fritos.

No hay que olvidar que tenemos dos años por delante todavía, yo quiero que esto termine bien. Creo que Briones va en la dirección correcta pero a la velocidad equivocada, debería ser muchísimo más audaz. Ahora, él no se manda solo.

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