Macro

Nicolás Eyzaguirre: La propuesta tributaria de Piñera pone en entredicho que Chile alcance el desarrollo

Secretario de Estado hace frente a las críticas del exmandatario y plantea que el país no logrará salir de la trampa del ingreso medio sin una mayor carga impositiva.

Por: S. Valdenegro y Rossana Lucero | Publicado: Lunes 13 de noviembre de 2017 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Nicolás Eyzaguirre no lo duda. El tercer ministro de Hacienda de la administración Bachelet se declara “orgulloso” e, incluso, “muy orgulloso”, de lo hecho por el país en materia económica durante los últimos 30 años.

“Lo hemos hecho mejor que cualquier país latinoamericano, mejor que los países de Europa Central y del Este”, enfatiza el economista de la Universidad de Chile, con postgrado en Harvard, al recordar el salto del PIB per cápita desde los US$ 2.500 a las cercanías de los US$ 30 mil en las recientes tres décadas.

“Como país estamos posiblemente en el mejor período de la historia”, refuerza quien fuera también titular de Educación y de la secretaría general de la Presidencia (Segpres) en el actual gobierno.

¿Autocomplaciente? Eyzaguirre reniega de este tipo de conceptos. Más bien, aprecia el aprendizaje que hubo en el país para sobreponerse a los conflictos propios de una sociedad de ingresos medios muy desigual que ha caracterizado a nuestra historia.

El ministro valora que Chile haya evolucionado hacia un Banco Central autónomo para evitar el financiamiento inorgánico, lo que resultó en una inflación controlada; se ordenó la gestión fiscal bajo la lógica de ahorrar en tiempos de bonanza y gastar sobre la base de los ingresos permanentes, reflejada en instituciones como la regla fiscal, implementada en la primera gestión de Eyzaguirre en Teatinos 120; y se entendió que al ser una economía pequeña, la única forma de desarrollo era promover las exportaciones y ser una economía abierta.

- ¿La desigualdad es el principal pendiente en Chile para alcanzar el desarrollo?

- La pugna distributiva es muy difícil de solucionar. La prueba está en que Chile ha reducido la pobreza, pero aún tenemos un problema de clases medias bajas en una alta situación de vulnerabilidad.

Para mí, hay que trabajar en dos líneas: proveer igualdad de oportunidades para que el lugar de nacimiento no conspire contra las posibilidades de desarrollar tus propios proyectos; y generar una red de protección sólida, porque cuando se depende mucho del bolsillo propio para la salud, la educación y las pensiones, cualquier evento puede situar a esa familia nuevamente en el extremo de la vulnerabilidad.

Esas tensiones existen y las va a tener cualquier gobierno. Uno observa que los países que han logrado salir de la trampa del ingreso medio son todos aquellos que en su génesis eran más igualitarios, como el caso de los nórdicos y algunos asiáticos. En general, los más desiguales -como Argentina y Venezuela- no lo han logrado.

- En este punto usted suena más autoflagelante.

- El crecimiento económico más políticas sociales focalizadas son muy eficientes para combatir la pobreza, pero hacen bien poco por este grupo enorme de clase media, media baja. No llegan ahí.

Entonces, la pregunta es cómo logras eso. Eso no es trivial y ahí está la clásica discusión en que la centroderecha dice que con el crecimiento se logrará tener suficientes recursos para apalancar a ese grupo, la teoría del chorreo. Tiendo a creer que eso no es así.

Si se observa a los países que sí generaron una red de protección, a los mismos niveles de desarrollo que nosotros tenían una carga tributaria mayor y una oferta de bienes públicos de calidad mejor. Eso no fue un obstáculo para que esos países se desarrollaran. Pero esa es una clásica discusión, cuánto la presión tributaria perturba el crecimiento. Ustedes entenderán de qué lado estoy yo en ese sentido, pero respeto que otros que piensen distinto.

- ¿Cuánto dialogan las reformas del gobierno con este diagnóstico de la fatiga social?

- Mucho.

- Pero hay un candidato de la oposición, como Sebastián Piñera, que propone revisar esas reformas.

- Violeta Parra tenía una bonita frase: Sin pasarse ni quedarse medio a medio de la raya. Yo no estoy en ninguna de las posiciones extremas: no creo en la teoría del chorreo, de que el crecimiento simplemente generará toda la recaudación para hacerte cargo de la clase media vulnerable; pero tampoco creo que se pueden introducir muchas regulaciones o muchos impuestos y no asfixiar el crecimiento.

Hay que ir gradualmente y este gobierno lo ha intentado. Pero obviamente cuando se generan aspiraciones de derechos sociales, contener el que no te pases de la raya no es tarea fácil.

Ahora, por el otro lado y -le va a pasar a la oposición si gana- cuando invitas a la gente a un sueño muy de futuro solo a punta de crecimiento, la probabilidad de tener enfrentamientos sociales es aguda. Las dos estrategias tienen su lado flaco.

- Piñera toma el concepto de la red clase media protegida. ¿No hay un cierto nivel de acuerdo en este diagnóstico suyo?

- Sería incoherente si no reconociera que más allá de la retórica, hay una cierta convergencia. Y no solo en los temas que conversamos previamente como la autonomía del Banco Central o la regla fiscal, sino que también en que el crecimiento con protección e igualdad de oportunidades son una triada que tiene que equilibrarse, no que el crecimiento lo es todo y el resto llega espontáneamente, o que es todo protección. Por lo tanto, no hay tantas diferencias.

Por eso, me parece tan absurdo lo que dijo el presidente de la Bolsa sobre el colapso bursátil que habría si no ganara Piñera. La verdad es que Chile ha tenido los mejores crecimientos económicos de su historia con un gobierno de centroizquierda.

- Pero hay diferencias…

- Sí y no menores. De lo que le he escuchado a la candidatura de Piñera, las cosas no son disruptivas respecto a lo planteado en este gobierno, por ejemplo hemos sembrado el país de salas cuna gratuitas y es bueno que lo continúe; el Escritorio Empresa, la reducción en los costos de transacciones, la exportación de servicios. Cosas que se han hecho en este gobierno y que son progresos.

Pero donde se marca la diferencia es en la propuesta tributaria. En eso creo que él está muy equivocado.

Cuando se quieren ganar elecciones, uno dice que quiere satisfacer todos los anhelos de las personas respecto de más protección social, mayor igualdad de oportunidades. Estoy de acuerdo con ello, pero ¿cómo se va a financiar eso? Es refácil decir que se van a recortar gastos en ministerios y que se va a recortar grasa por aquí y por allá. Quiero ver eso.

En Enade presenté datos duros del gasto fiscal excluyendo el pago de pensiones en todos los países de la OCDE, y claramente somos el que menos gasto fiscal tiene como proporción del PIB. Entonces, la pregunta es: ¿están todos los otros países equivocados y es posible tener igualdad de oportunidades y protección social gastando mucho menos que todos los demás? No se puede.

Se pueden hacer maniobras ornamentales, como quitar viáticos por acá o sacar un programa por allá, pero en lo grueso una red de protección social y el fomento a la igualdad de oportunidades para un país de ingreso medio supone una presión tributaria relativamente más alta. Ahí siento que hay una inconsistencia: se promete todo lo que a la gente le gusta, pero no se dice claramente cómo se va a financiar.

- Piñera lo acusó en el debate de Anatel de ser el responsable del aumento de la deuda pública y que no puede darle lecciones de responsabilidad fiscal.

- Durante la Presidencia de Ricardo Lagos me tocó diseñar e implementar la regla de balance estructural. Esa regla se ha respetado desde ahí en adelante y ha sido una de las bases para que Chile tenga un acceso a los mercados internacionales tan fluido como el que tiene hoy.

Pero consistente con esa regla, cuando hay momentos cíclicos bajos el país debe endeudarse para evitar que se profundice la debilidad económica. Pero obviamente, debe pagar esas deudas cuando la situación está mejor.

Si ustedes revisan cuáles fueron los resultados fiscales durante los últimos años de la gestión del Presidente Lagos y los primeros de la Presidenta Bachelet, los superávit que se acumularon fueron cuantiosos y la reducción de la deuda pública, equivalente. Por tanto, lo que ahora toca -conforme al ciclo se empiece a recuperar-, es comenzar a reducir los déficit y ojalá reducir también el nivel de deuda. Eso le va a tocar al próximo gobierno y rebajar los impuestos no apunta en el sentido correcto.

- ¿El crecimiento no da entonces?

- Es fundamental, no nos equivoquemos. Pero cuando Chile tiene, respecto a los países OCDE, el gasto sobre el Producto más bajo de todos, si el crecimiento por sí mismo fuera suficiente, significa que nosotros hemos descubierto una nueva regla económica: con esa fracción más baja sí podemos dar igualdad de oportunidades y crear una red de protección social. Y todos los otros países están botando la plata. ¡Por favor!

- ¿Algunas de las propuestas de Piñera, a su juicio, ponen en entredicho que Chile alcance el desarrollo?

- En ese sentido, en el tema tributario, sí, la propuesta pone en entredicho que Chile alcance el desarrollo.

Es la misma discusión que hay en Estados Unidos, Trump propone una rebaja en los impuestos a las empresas. El jefe del Consejo Nacional Económico era de la idea de que al bajar los impuestos a las empresas, aumenta tanto la inversión y la productividad que eso produce un salto en crecimiento que más que compensa la baja en la tasa tributaria. Eso, que es más antiguo que el hilo negro, las más de las veces no produce eso, sino que produce mayor concentración de la riqueza y un déficit fiscal que tiene que compensarse por algún lado. Generalmente, en contra de las políticas sociales.

Entonces, si tienes una economía con una carga tributaria asfixiante, en el que las empresas se están yendo a otros países porque la tasa de impuesto al capital es demasiado alta, no me cabe duda que reducir los impuestos es lo apropiado, pero esto no es lineal. Puede haber niveles que son asfixiantes, pero nosotros estamos muy lejos de estar en la parte asfixiante, ¡muy relejos! No creo que eso sea una buena política económica.

Ahora, esto tampoco es redistribuir y redistribuir porque con eso reduzco la tensión social y somos todos felices. No. Hay que procurar ser moderado en esto para no asfixiar el crecimiento, pero la dirección -si bien gradual- señala claramente que para poder hacerte cargo de estos enormes grupos de la población que son vulnerables y que suscriban el modelo de desarrollo, hay que tener una red de protección social y brindar igualdad de oportunidades de manera más generosa. Por eso lo que ha hecho la Presidenta en materia del acceso a una educación de calidad, en materia de pensiones.

- ¿Usted cree que de verdad podemos ser un país desarrollado?

- Esto no es cosa de un día. Estamos hablando de la tensión distributiva, pero hay otros desafíos muy grandes, que es hacia dónde irá nuestro modelo de desarrollo, cómo seguiremos creciendo, cuáles van a ser los engranajes de las nuevas oportunidades de crecimiento. Ese es todo un tema. 

Su reflexión política:"Es central que los partidos sean más fuertes"

 

- Hace algunas semanas, en Enade usted habló de que se necesita una profunda reflexión política en el país...


- Sí. Cuando uno mira los países desarrollados, tienen instituciones más sólidas, con un mayor peso y contrapeso para evitar la corrupción y que el exceso de intereses particulares se sobreponga al interés general. Tienen una estructura productiva más diversificada, que no es tan dependiente de algunos pocos sectores, y un capital humano generalmente de mejor calidad. Y a nosotros, como país, nos falta todavía para llegar allá. Pero aquí no hay recetas mágicas.


Mi experiencia como Segpres me permitió acercarme mucho a la reflexión sobre el régimen político y creo que hoy en Chile la dificultad para construir acuerdos es muy alta. Y no quiero hacer una crítica personal a los parlamentarios, pero debemos reconocer que las reglas del juego hacen que para "sobrevivir" en el sistema político, los parlamentarios terminen siendo, en muchos casos, gestores de intereses particulares. Y pueden ser intereses muy válidos, por cierto, pero qué pasa con el bien común, quién mira el bien común.


Claro, es necesaria una mayor fortaleza tributaria para producir igualdad de oportunidades y protección social, pero cuando tienes muchos intereses particulares, esas mayores presiones tributarias muchas veces son "apropiadas" por grupos particulares, y eso no ayuda en nada.


- ¿Cómo contrarrestar eso?


- Hace mucho se debate sobre un régimen semipresidencial o parlamentario. Y aunque esta discusión no se ha visto en esta campaña electoral, la creo esencial porque hay una crisis global y nacional de la política. A diferencia de lo que fueron los primeros años tras la vuelta de la democracia, hoy los presidentes no tienen altos niveles de popularidad; entonces, cada parlamentario representa su feudo, ser díscolo no tiene un alto costo. La combinación de un Presidente no demasiado popular con parlamentarios crecientemente enfocados en intereses particulares, producen partidos débiles. Pero insisto, no es nada contra los parlamentarios, es la forma en la que ellos tienen que funcionar para sobrevivir como tales. Para mí, es central que los partidos políticos sean más fuertes, programáticos, capaces de agregar demandas sociales y de procesar adecuadamente las iniciativas legislativas para responder a ellas.


- ¿Por eso se ha depreciado tanto el concepto de la democracia de los acuerdos?

- En parte es eso y en parte es que la pugna distributiva tiende a sobreideologizar el debate. Ese es el gran riesgo, ya que se tienden a "vender pomadas". Entonces, unos dicen que todo va a ser derechos, y otros que todo va a ser crecimiento, pero ambos tienen problemas.

Lo más leído