Macro

Próximo gobierno debutará con el desafío de atenuar el déficit fiscal que anticipa el mercado

Mayor crecimiento y austeridad fiscal, con una fuerte contención del gasto, serán las claves para llegar a esa meta sin depender de una mejora en el precio del cobre.

Por: Denisse vásquez H. | Publicado: Martes 2 de enero de 2018 a las 04:00 hrs.
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Uno de los principales retos que tendrá el próximo gobierno en materia económica será el manejo de las arcas fiscales, ya que recibirá un escenario con un déficit efectivo que se prevé llegue a 2,7% del PIB en 2017, una deuda pública cercana a 25% del PIB y una expansión del gasto que no debería superar el 4%.

De hecho, el LatinFocus de diciembre proyecta que en los próximos cuatro años los gastos del gobierno seguirán superando los ingresos, cálculo que -si se concreta- implicará que el país sumará una década de déficit fiscal en 2022.

El saldo negativo en las arcas públicas se inició en 2013 con un déficit de 0,6%, al tiempo que el gasto crecía 4% y la deuda pública era de apenas 12,7% del PIB. En los años siguientes la negativa combinación de un bajo crecimiento, una caída en el precio del cobre, un mayor incremento del gasto público -de 7,6% en 2015- y un acelerado aumento de la deuda, terminó debilitando las cuentas fiscales, a tal punto que llevó a S&P y Fitch Ratings a aplicar el primer recorte en la clasificación de la deuda soberana en 25 años.

La pregunta es qué tan complicado será revertir esta situación y lograr que el manejo del gobierno del presidente electo, Sebastián Piñera, logre encaminar la situación fiscal hacia un punto más saludable.

“Piñera se comprometió a controlar el déficit fiscal y estabilizar la creciente carga de la deuda. Sin embargo, aún no está claro cómo se logrará esto”, indicó Fitch Ratings.

Cifras podrían mejorar

Los agentes coinciden en que solo hay mayor claridad para el escenario fiscal de 2018 y que los resultados de los años siguientes dependerán mucho de la definición de la política fiscal del próximo gobierno. En esa línea, algunos destacan que las proyecciones de LatinFocus se realizaron antes de la segunda vuelta, por lo que no integran en un 100% la estrategia de conducción fiscal de la administración de Piñera.

El economista principal de BBVA, Hermann González, cree que el déficit en 2018 se acercará más al 2% que al 2,4% que considera el LatinFocus, ya que el techo del gasto está definido por la Ley de Presupuestos y hay una visión generalizada de que el precio del cobre será mayor a lo previsto.

El director del Observatorio Fiscal, Guillermo Pattillo, destaca las medidas anunciadas por el Presidente electo que van en el camino de una mejor gestión fiscal, como dotar de una nueva estructura a la Dipres, crear una Oficina de Competitividad, Inversión y Productividad que incluya una unidad de impacto regulatorio, y establecer una Agencia de la Evaluación de las Políticas Públicas, entre otros.

Con la aplicación de estas medidas, dice, y la “fuerte voluntad” de lograr el equilibrio efectivo del Fisco con prontitud, “el déficit efectivo del gobierno central se reducirá mucho más rápido que lo asumido por LatinFocus”.

El factor crecimiento

El precio del cobre es determinante para las arcas fiscales chilenas, pero es una variable que no puede ser controlada de manera interna, a diferencia del crecimiento del PIB y la contención del gasto público.

Para González, uno de los mayores retos para la próxima administración será generar las condiciones apropiadas para recuperar el crecimiento -la principal fuente de ingresos fiscales-, lo que a su juicio implicará simplificar el sistema tributario, destrabar proyectos de inversión y generar un escenario de certidumbre y confianza que facilite la iniciativa privada, a lo que se debería sumar el desafío de recortar gastos y contener presiones de gastos adicionales.

“Solo con una combinación de mayor crecimiento económico y austeridad fiscal, será posible avanzar en la reducción del déficit”, recalca, y agrega que por ningún motivo el próximo gobierno debe expandir el gasto más allá de lo que es compatible con el objetivo de consolidación fiscal estructural, “si el objetivo es si el objetivo es continuar reduciendo el déficit”.

Para Felipe Jaque, economista jefe de Grupo Security, el mayor desafío será manejar la presión de las demandas sociales, ya que los beneficios de contener el gasto público para ir cerrando el déficit estructural “podrían diluirse” si los recursos que permiten ir cerrando más rápido esa brecha “terminan siendo utilizados para satisfacer estas demandas”.

En opinión de Pattillo, lo más importante será reducir los gastos redundantes e inútiles en el Estado, aumentando la eficiencia y calidad de la gestión pública, objetivo en el cual se enfocará la próxima adminitración, asegura. “Lo que viene es un salto cualitativo muy importante en la forma en que se gestionan los recursos del Estado, y la completa convicción que no se logrará aumentar el bienestar general extrayéndole más recursos a la sociedad para financiar más gasto público”, sostiene.

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