Repetto: “Las mujeres tenemos el deber de invitar a otra a participar”

10 de marzo de 2018. Asume el nuevo gobierno, y el primer mensaje del nuevo ministro de Hacienda a la prensa fue denunciar que el déficit estructural informado por el Consejo Fiscal Asesor había sido de 2,1% al cierre de 2017, y no de 1,7% como se dijo a inicios de año.

La polémica puso a sus integrantes en el centro del huracán, y quien fuera su presidenta, Andrea Repetto, no rehuyó las críticas y las enfrentó con firmeza.

Desde ese episodio, la figura de la académica, doctorada en el Massachusetts Intitute of Technology (MIT) ha marcado el debate, y así lo hicieron sentir 14 de los 104 de sus pares encuestados por Diario Financiero, quienes le reconocen un rol de influencia en la actualidad.

Aquí responde desde el lado humano, pero no pierde oportunidad para defender los puntos que ha puesto encima de la mesa.

- ¿Qué sensaciones le genera esta segunda posición como economista más influyente del año?

- Me alegra que otros economistas consideren que mis opiniones y mis aportes al debate sean útiles.

- ¿Por qué cree que se genera ese reconocimiento?

- He estado presente en algunos debates que han sido importantes, en la política fiscal, la reforma tributaria, en pensiones. Son temas que están discutiéndose hoy.

- ¿Influyó la polémica que hubo con el gobierno a inicios de año?

- Estuve en una posición bien especial cuando estuve en los últimos años en el Consejo Fiscal. Tengo la impresión de que Hacienda ha estado comunicando de una forma que tiende a distorsionar la realidad y creo que ha sido importante aportar con algunos puntos.

- ¿No le teme a la confrontación?

- No sé si fue confrontación, es un debate. Pero sí, por supuesto, creo que es importante. La transparencia en las finanzas públicas y una comunicación clara es crucial para el funcionamiento de la macroeconomía, y quienes participamos de ese proceso y lo seguimos, tenemos el deber de estar en este debate.

- Igualmente está participando en varias instancias de colaboración con el gobierno, pero también en la presidencia de la Fundación para la superación de la Pobreza, ¿cómo ve estos roles?

- El trabajo en comisiones, aparte del legislativo, suele ser útil. La labor con el Ministerio del Trabajo se ha centrado en reformas laborales que se necesitan, algunas de ellas son más claras y otras menos, pero tienen costos políticos y económicos; ha sido un trabajo interesante. Hemos visto las nuevas formas de contratar, o las nuevas formas ofrecer trabajo a través de plataformas digitales.

Mi trabajo en Compromiso País también está ligado a esta área. Estoy en el grupo que está concentrado en resolver el problema del desempleo, de las personas de menores ingresos.

- ¿Cómo ve al país? ¿Qué cosas más urgentes empujaría?

- Esto lo contesto con mi sombrero de presidenta de la Fundación. Uno de los trabajos importantes en los que ha avanzado Chile ha sido justamente la reducción de la pobreza desde los años 90. Sin embargo, la forma que ha tomado la pobreza en el país ha cambiado, porque ya no solamente son las carencias materiales, han aparecido otras, hay una desigualdad en el trato de las personas diariamente, que les dificulta insertarse socialmente de manera exitosa. Eso, más la

desigualdad -que viene de la mano- es de los desafíos más importantes que tiene el país para adelante.

- ¿Cree que al país le hace falta una ministra de Hacienda?

- Yo sí creo que las mujeres debiéramos participar más e influir más en economía. Somos pocas acá en Chile y otras partes del mundo. Crecemos con pocos modelos a seguir. Hay muy pocas que enseñan: tuve dos profesoras entre el pregrado, el máster y el doctorado.

Hay una encuesta hecha a economistas en Europa y en Estados Unidos, en que se les pregunta cuán de acuerdo están en la forma en que pensamos los economistas, qué tan relevante son las regulaciones, que rol debiera tener el Estado, etc. Y si bien, entre hombres y mujeres no aparecen diferencias en la forma en que pensamos la economía desde la técnica, las mujeres sí le damos un rol más importante a la regulación, a la protección social, y si hubiese más mujeres en economía, esos temas serían más relevantes en el debate público.

- ¿Siente que tiene una responsabilidad al representar a las pocas mujeres?

- Creo que las mujeres, en general, en todas nuestras áreas -y si hemos avanzado profesionalmente-, tenemos el deber de invitar a otra, de mostrarle que se puede y que hay espacios para participar y también poder influir.

- ¿Quién es para usted el economista más influyente?

- Es muy difícil esa pregunta. A quién más admiro es a Peter Diamond, profesor del MIT y Premio Nobel de Economía. Tuve la suerte de ser parte del grupo de finanzas públicas en que estaba y trabajé con él. Ha sido una de las personas que ha sentado muchas de las bases de cómo pensamos en economía hoy, en previsión social, que es uno de los ámbitos más evidentes, pero también en cómo pensar el mercado accionario, en cómo perfeccionar los mercados laborales. Él ha hecho desarrollos fundamentales en economía, y cuando una empieza a pensar en temas, muchas veces termina buscando a Diamond, para pensar el problema desde el principio.