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Serrano y reforma laboral: “Es normal que la implementación vaya requiriendo ajustes”

Ex titular de Trabajo advierte que grupos negociadores “son un problema” y dice que la situación de Chile vista desde el organismo no es tan exacerbada como se ve en el país.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Lunes 24 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
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La agenda de Claudia Serrano ha sido intensa desde que en marzo de 2014 asumió la representación de Chile ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). 

Por estos días, la ex ministra del Trabajo del primer gobierno de la presidenta Bachelet trabaja en una de las iniciativas estrella del organismo: el programa OCDE para América Latina y el Caribe, instancia de trabajo donde Chile tendrá un rol principal de apoyo técnico.

La iniciativa tiene tres áreas: productividad, inclusión social y gobernanza e institucionalidad.

“Hay un plan de trabajo que vamos a sancionar en diciembre, pero desde ya considerará una reunión a nivel ministerial en Santiago sobre productividad, que se realizará el 5 de diciembre y que será presidida por la presidenta Bachelet y el ministro Céspedes”, señala Serrano, quien a su vez aborda la situación política y económica del país desde la perspectiva del organismo internacional.

- ¿Cómo ven en la OCDE la situación política y económica de Chile?

- La situación general no ha variado mayormente respecto al informe económico que se publicó a fines del año pasado. La OCDE le hizo una importante recomendación a Chile de transitar hacia una economía más integrada a las cadenas globales de valor, más productiva y con más foco en innovación. El informe celebra los logros de Chile en materia de reducción de la pobreza e incipientes logros en reducción de la desigualdad, y mira con esperanza las reformas educacional y tributaria. También celebra la agenda de productividad. 

Respecto a crecimiento económico, la OCDE ha ajustado levemente a la baja la proyección pero siempre dentro de rangos que no son muy disímiles respecto a los que se manejan en Chile, del orden del 1,5 y 2%. No quiero ser complaciente, pero mirado desde acá la economía chilena tiene un comportamiento saludable y las perspectivas son positivas. La OCDE ha destacado la resiliencia de la economía chilena frente a la situación externa de bajos precios del cobre y la desaceleración de China. Y las principales recomendaciones más que ir en el área macro, fiscal o monetaria, van por el lado de la productividad e inclusión  social y materias redistributivas que no están resueltas en el país.

- Entonces, con las reformas Chile avanza hacia lo que le ha recomendado la OCDE.

- Prácticamente todas las reformas que están en proceso están vinculadas a recomendaciones recibidas de la OCDE. En reforma laboral, una de las recomendaciones era mejorar la capacidad de negociación de los sindicatos y darle más fuerza a los derechos colectivos de los trabajadores. La reforma laboral apuntó a eso. Es cierto que no todas las recomendaciones que nos han hecho han sido implementadas hasta ahora, pero esa es la agenda que tenemos por delante, una mejora de carácter continuo.

- ¿Se ha exacerbado mucho el debate sobre el estado de la economía en Chile?

- El ministro Valdés ha intentado luchar contra el pesimismo y planteó esta frase de los “efectos primaverales”.

Yo no quiero aplicar adjetivos calificativos, pero quiero decir bien objetivamente que la mirada sobre la economía chilena de parte de los equipos de la OCDE es de confianza y estímulo, nunca de alerta, ni de cuidado. En ningún caso. 

Es verdad que en Chile de repente se siente más sufrido todo, a veces miramos todo muy como isla y no miramos el contexto, que es mucho más complejo afuera que en Chile. Toda la discusión que hay hoy sobre globalización, sobre si la apertura de mercados trajo el progreso que esperábamos, no está en Chile. Y en Europa está haciendo daño. Tenemos algunos acuerdos básicos profundos que nos permiten seguir mirando el futuro con mucha confianza.

- ¿Falta salirnos del bosque y mirar las cosas más en perspectiva?

- Sin duda. Lo que nos ha entrampado en este momento es que hay una fuerte impaciencia, y la impaciencia no es buena consejera en procesos que toman un tiempo cuajar y un tiempo en perfeccionarse también. Entonces, la sensación de que de manera inminente yo quiero lo que merezco y pedí y reivindiqué ahora en la calle y al tiro, es muy mala consejera, encrispa a la gente y genera un ánimo muy poco sensato, muy exasperado. Y eso no conduce a nada.

Yo siento ese temperamento en Chile. Estuve hace dos semanas y sentí que quizá los aires primaverales o los propios logros que empiezan a verse, llevaron a un estado de ánimo mucho más constructivo y menos exasperado.

- ¿Falta a la clase política asumir que no se puede exigir todo lo que demanda la calle?

- Yo no quiero darle consejos a la clase política, pero le puedo decir lo que recomienda la OCDE: hacer reformas es el ABC de esta organización. Las reformas son un proceso constante de mejoras en políticas públicas que promuevan el bienestar económico y que los frutos del crecimiento sean bien distribuidos. Esta es una actitud permanente y, por lo tanto, poner una agenda extremadamente urgente en un momento quizá impide ver el conjunto y el sentido de país que está inspirando el proceso en curso. En eso la OCDE no se equivoca: se requiere mucho temple político y mucha capacidad técnica para avanzar de manera sostenida.

-¿Cómo ve el debate que se ha generado por realizar una ley adecuatoria para la reforma laboral? La reforma no dejó contento a nadie.

- Dicen que es una buena señal cuando no deja a nadie contento.

- ¿Se va a requerir una ley adecuatoria como pasó con la reforma tributaria?

- No estoy en el detalle de esa discusión como para decir si se necesita una ley corta o de ajuste, lo que sí puedo decir es que no me sorprende que esas cosas sucedan porque los procesos en estas materias no se resuelven de una manera y para siempre, y es normal que la implementación o los futuros desafíos vayan requiriendo nuevos ajustes. Cada vez que uno resuelve algo, enfrenta una nueva realidad y esa nueva realidad puede implicar nuevos ajustes, no me sorprende.

- ¿Considera suficiente la reforma?

- Yo celebro lo que se logró, pero lamento lo que no se logró: los grupos negociadores en mi opinión personal siguen siendo un problema, pero eso es parte de la agenda que está llevando Chile. Sobre esta materia en particular, no hay una recomendación en específico de la OCDE. Pero si uno compara la capacidad que tienen las organizaciones sindicales en los países OCDE, las atribuciones que tienen y los logros que obtienen, nosotros estamos muy lejos. Aunque quedamos un poco más cerca con esta ley.

 

elecciones municipales: "Es un papelón lo que pasó con el padrón electoral"

 

- ¿Cómo vio el error que se generó en el padrón electoral? ¿Es un papelón que una democracia OCDE tenga gente que no sepa dónde va a votar en una elección?


- Suceden papelones de estas y otras magnitudes, ningún país está exento de chascarros. Pero que es un papelón, sí, lo es. Pero que la OCDE esté opinando sobre esta situación en Chile, no; la OCDE no está en este momento atenta a ese caso y dando una opinión particular.


- Ya se cumplieron seis años desde que Chile llegó a la OCDE. ¿Ha valido la pena? En la mayoría de los rankings más importantes, como en educación e igualdad, el país se ubica siempre en la parte más baja.


- Encuentro extremadamente positivo el ingreso del país a la OCDE. Primero, en términos de los resultados y los promedios es verdad que en muchos indicadores estamos abajo, no necesariamente el más abajo. Pero lo importante es que en estos seis años nos hemos acercado significativamente al promedio, en todos los rankings hemos progresado y, en algunos casos, nuestros indicadores no están muy lejos del promedio.


- ¿En cuáles, por ejemplo? A la gente le queda mucho en la retina los malos resultados en educación y desigualdad.


- Por ejemplo, la esperanza de vida de los chilenos es muy similar a la esperanza de la OCDE. La fertilidad de las mujeres es muy similar a la OCDE. El nivel de alcoholismo en Chile es inferior al promedio de muchos países OCDE. Nuestra tasa de desempleo no tiene nada que envidiarle a los países OCDE, aunque si escudriñamos en calidad de empleo posiblemente nos encontremos con más de algún disgusto. Pero decir que somos perdedores...  no siempre. Hay algunas cosas en las que nuestras buenas prácticas, como por ejemplo nuestro sistema de compras públicas, son admiradas por todo el elenco de países OCDE. Nuestro presupuesto público por funciones también es muy admirado. La regla fiscal chilena es un ejemplo. 

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