Uno de los principales objetivos que ha manifestado el nuevo gobierno en materia económica es generar un “shock” de inversión, luego de que el indicador se contrajera los cuatro años de la administración de Michelle Bachelet. Esto, a su vez, generaría efectos multiplicadores en otros componentes, como el empleo, que ha venido recuperándose en los últimos trimestres

Y si bien las expectativas de consumidores y empresarios –a la fecha- le han jugado a favor al objetivo de las nuevas autoridades, con incrementos históricos de confianza, aún el escenario se vería un poco cuesta arriba.

El último catastro de la Corporación de Bienes de Capital (CBC) anticipa que la demanda de mano de obra para los proyectos de inversión con cronograma definido ya alcanzó su punto más alto en el primer trimestre del año pasado, específicamente en febrero, con 112 mil personas empleadas provenientes de 786 iniciativas en construcción simultánea.

La corporación considera los proyectos de inversión públicos y privados con un calendario de ejecución establecido para el quinquenio 2017-2021, para siete sectores económicos: minería, obras públicas, inmobiliario, energía, forestal, puertos e industria.

El catastro total, construido al último trimestre del ejercicio 2017, contempla un total de 920 iniciativas para el período, con montos estimados superiores a los US$ 48.000 millones.

La contraparte de la alta actividad en cuanto a demanda de trabajadores especializados para los proyectos de inversión, es que a medida que avanza el quinquenio las necesidades de mano de obra se reducen de manera drástica.

En concreto, de acuerdo al reporte de la CBC, el requerimiento pasará de alrededor de 90 mil plazas a marzo de este año, a menos de 20 mil para fines del 2021, que es el fin del horizonte de proyección. Esto se explicaría por la maduración del ciclo de construcción de los proyectos, los cuales una vez finalizados no son renovados por nuevas iniciativas que ingresen al sistema (ver gráficos).

El panorama de las obras por sector

Prácticamente, según el registro, todos los rubros económicos alcanzan su nivel más alto de demanda por trabajadores especializados entre 2017 y 2018, para luego mostrar un descenso pronunciado hacia finales del horizonte del quinquenio.

Minería, inmobiliario y obras públicas son los rubros de mayor peso a nivel de empleo para la construcción de los proyectos, representando 89 mil de los 112 mil personas empleadas en la parte más alta del ciclo.

En minería, el peak en demanda se alcanzaría en agosto de este año con 17 mil plazas, las que se reducirían a menos de 4 mil a cuatro años plazo.

En el rubro inmobiliario, el punto más alto del ciclo de empleo en proyectos de inversión se materializó en junio del 2017, con 36 mil personas. Mientras que caerá a menos de 10 mil para fines del 2021.

El sector obras públicas, por su parte, gozó de su peak en requerimiento de trabajadores en febrero del año pasado, con 37 mil plazas, las que se reducirán paulatinamente a menos de 5 mil en el lapso proyectado por la corporación.

A nivel regional, la mayoría de los proyectos se ubican en la Metropolitana, con 270, seguido de Antofagasta con 94, Biobío con 73, Valparaíso con 58 y Los Lagos con 54 iniciativas.

Al desagregar por nivel educacional, la distribución de la mano de obra consistiría en un 9,5% de profesionales y 42,4% de técnicos. Mientras que el restante 48,1% sería considerado como no calificado.

Economía ve margen para generar al menos 140 mil nuevos trabajos con proyectos

Por Denisse Vásquez H.

La Oficina de Grandes Proyectos, dependiente del Ministerio de Economía y que se lanzará de manera oficial este mes, tiene como objetivo principal identificar las trabas que enfrenta la inversión en el país, por lo cual tendrá un papel preponderante en la generación de nuevo empleo.

Esto, porque según cálculos de la cartera, con el catastro de US$ 70 mil millones que maneja actualmente se generarían unos 140 mil nuevos puestos de trabajo directo. Es por eso que cuando cada proyecto ingrese a la oficina, su análisis incluirá el número de empleos que podría generar y de qué calidad, cómo lo plantea el ministro de Economía, José Ramón Valente.

La autoridad detalla que, por ejemplo, en el caso de los proyectos mineros, por cada US$ 1.000 millones se generan mil puestos, y en el caso del área industrial son muchos más: unos 2.500 puestos por cada US$ 1.000 millones. Y el número se multiplica varias veces al incluir los trabajos indirectos asociados a los servicios requeridos por cada faena, por ejemplo en alimentación, traslado u hospedaje.

"En los empleos indirectos no hay una medición exacta, pero dependiendo del tipo de proyectos van entre 3 y 10 veces", expresó el ministro la semana pasada en su primera presentación ante la comisión de Economía del Senado, destacando la importancia de este empleo indirecto ya que mayoritariamente "tiene un componente mucho más intensivo en mujeres y pymes".

"Hay una conexión directa y hay una preocupación muy clara, respecto a que entendemos que este impulso a la inversión tiene que ir de la mano -y lo vamos a estar monitoreando- de mejorar la calidad del empleo", sostuvo.

Meta en inversión

El principal objetivo del ministerio de Economía es acelerar la inversión, luego de los cuatro años de caídas que resgistró en el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.

La meta de Valente y su equipo es que la inversión vuelva a representar cerca del 25% del PIB (el 2017 cerró en 21,6% del PIB), para lo cual se requiere que ésta se expanda entre 6% a 7% promedio durante el gobierno. La cifra es más ambiciosa que las proyecciones que tiene el Banco Central, de 3,6% para este año; 4,4% para 2018 y 4% para el ejercicio siguiente.
"Vamos a ver cuánto nos demoramos en que suba ese ritmo, esperamos que sea más rápido que tarde y vamos trabajar para que eso se logre", dijo la autoridad.