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Acto de fe: inversionistas extranjeros reafirman su apuesta por Chile con el foco en el largo plazo

Ejecutivos coincidieron en que se mantendrán los capitales que llegaron desde el exterior porque confían en el país.

Por: Pamela Fierro y Pamela Cuevas | Publicado: Lunes 16 de marzo de 2020 a las 04:00 hrs.
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En las oficinas de EY se reunieron a conversar los representantes de Camchal, Juan Pablo Wilhelmy; de Britcham, Greg Holland; de Amcham, Paula Estévez; de Cichit, Juan Esteban Musalem; y la socia principal de la auditora, Macarena Navarrete. Foto: Julio Castro
En las oficinas de EY se reunieron a conversar los representantes de Camchal, Juan Pablo Wilhelmy; de Britcham, Greg Holland; de Amcham, Paula Estévez; de Cichit, Juan Esteban Musalem; y la socia principal de la auditora, Macarena Navarrete. Foto: Julio Castro

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Octubre de 2019 abrió un capítulo nuevo en la historia de Chile, uno que remeció a muchos y que bien podría haber espantado a cualquiera. Pero, al menos, no lo hizo con inversionistas provenientes de Alemania, China, Estados Unidos y Gran Bretaña, los cuales han reafirmado su apuesta por estar presentes en el país. Así quedó en evidencia en el marco de un diálogo para abordar la contingencia -ahora alterada más por los efectos del coronavirus-, que organizó EY con representantes de cuatro cámaras binacionales de los cuatro citados territorios el jueves.

Su mirada con un foco en el largo plazo parece haberse convertido en un real cortafuegos frente al remezón interno y ahora internacional, con mercados que sucumbieron los últimos días ante el riesgo de un escenario de recesión global. Central en esta mirada de más confianza en el futuro –que contrasta con el ánimo local- fue el acuerdo nacional por la paz suscrito por las fuerzas políticas a mediados de noviembre, tras el cual tendieron a perder fuerza los actos más violentos; y la consignación de que en ese marco se asegure el respeto de los tratados internacionales.

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“Sentimos que para la inversión extranjera el impacto ha sido menor de lo que uno podría esperar”, reflexiona de entrada la socia de principal de EY, Macarena Navarrete.

Aun más, le llama la atención que a la fecha los disturbios sociales y el surgimiento del Covid-19 –ahora declarado pandemia- no hayan causado un daño mayor a la economía chilena.

Se hace eco de este diagnóstico el gerente general de la Cámara de Comercio chileno-británica (Britcham), Greg Holland, quien habla de la “tormenta perfecta” que implican para Chile los problemas sociales, el coronavirus y un precio del cobre que ha bajado hasta niveles de 2013-2014 (en US$ 2,7- US$ 2,8), con todo lo que ello implica. “Desde dentro se ve muy mal, pero desde fuera todo el mundo tiene problemas. Todos tienen problemas con la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Si ven Australia, tienen incendios terribles que es un problema en el corto plazo más serio que el nuestro”, afirma.

Enfático, agrega que las industrias ya establecidas con grandes inversiones en minería, energía y salud no saldrán del país y, por el contrario, más bien seguirán tratando de crecer.

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Más complejo sí ve el atraer nuevos capitales y a emprendedores. “Los inversionistas invierten en el largo plazo, invierten en Irán, en Irak, en África, países que son mucho más terribles, entonces, en sus decisiones de en qué país van a poner el dinero, Chile sigue siendo un lugar muy bueno para el futuro. Su único problema es que es muy pequeño”, advierte.

Confianza y legitimidad

Desde Amcham, la gerente general, Paula Estévez, relata que las fichas de sus socios están en Chile y sus instituciones bajo una lógica de largo plazo. “Lo que más les preocupó al comienzo fue la violencia, que encendió una alarma, y luego vieron con muy buenos ojos el acuerdo, la salida democrática”, subraya.

Su punto es que los empresarios “sienten que es una época de incertidumbre, pero global, no sólo acá y que esas aguas se navegan en conjunto”.

La semana pasada AmCham conoció los resultados de una encuesta realizada a sus socios, quienes identificaron que confianza y legitimidad es por lejos el desafío de Chile, incluso por encima del crecimiento económico.

Un lugar seguro

El vicepresidente de Cámara Chileno-Alemana (Camchal), Juan Pablo Wilhelmy, comparte la sensación de Navarrete en el sentido de que a nivel local el sector privado es más pesimista. “Los empresarios alemanes que invierten en Chile siguen mirando al país con muy buenos ojos, con una mayor atención. Piden informes económicos de manera más periódica, pero no han perdido la confianza en que el país puede seguir prosperando y que es un lugar seguro para efectuar inversiones”.

Al igual que los privados estadounidenses, los germanos valoran que el conflicto interno se solucione por la vía institucional. “El acuerdo del 15 de noviembre fue como un punto de inflexión, hay un prisma de confianza en el país”, asevera.

Quien lidera la Cámara Chileno-China de Comercio, Industria y Turismo (Cichit), Juan Esteban Musalem, explica que ningún inversionista del gigante asiático se ha ido. “Ellos invierten en el largo plazo (...) No tienen incorporada la rentabilidad sobre patrimonio como nosotros, ellos miran la inversión como establecimiento estratégico”.

Y entrega otro dato: a los chinos les gusta comprar barato, por lo que estima que si los activos en Chile bajan, el país puede ser aún más atractivo para los capitales del gigante asiático. “Los chinos fueron los primeros que llegaron a África, han invertido miles de millones de dólares allá, en Siria, en Irak, en todo el Medio Oriente, entonces, lo que pase en Chile les da lo mismo”.

Dicotomía de visiones

Pero, ¿por qué se da esta diferencia entre la mirada externa y la local sobre los acontecimientos en el país?

Holland no tarda en responder y saca risas: “Es muy chileno, es parte de la cultura”.

El ejecutivo recuerda que en 2013-2014 invitaron a representantes de bancos de inversión de EEUU y de Europa para conocer su opinión sobre el futuro de Chile, y la evaluación -al ser de más largo plazo- fue positiva, lo que contrastó con el pesimismo local.

Estévez también destaca que no hay una percepción de corrupción y, aunque las instituciones puedan estar cuestionadas, siguen funcionando.

También recalca que se valoró que el acuerdo de la mesa técnica constitucional haya incorporado un artículo de respeto a los tratados comerciales firmados por el país. “Eso produjo un cambio muy importante, ¡qué bueno que en Chile como número uno, antes de discutir la Constitución se esté poniendo el respeto a los TLC! Eso da un clima de tranquilidad”, asegura.

En el marco del diálogo, Macarena Navarrete realza el hecho de que los inversionistas extranjeros presentes en el país son grandes, están diversificados y diseminados en el mundo.

Por lo demás, el mundo está cambiando y en todas las latitudes surgen revueltas exigiendo cambios. “Cuando uno lee eso se da cuenta lo poco interesantes que somos y que, en realidad, lo que está pasando acá ha ocurrido en muchos lados y no hemos puesto suficiente atención”, dice.

Para Wilhelmy, el foco distinto fue la violencia, y afirma que para los alemanes lo ocurrido en Chile no es tan terrible, porque una de los aspectos que les inquietaba era la desigualdad. “Desde ese punto de vista, para la Embajada, que esto haya sucedido y se esté trabajando en eso y se avance hacia una solución, es positivo”, complementa.

Los tiempos de una nueva Constitución

Como la mirada de China es a largo plazo, el eventual cambio en la Constitución no es un tema que les quite el sueño.

“La gran mayoría de las empresas chinas son privadas, pero el Estado tiene una influencia muy grande. Entonces, no se trata que aquí el derecho de propiedad desaparezca…ellos se sienten parte integrante de algo muy poderoso que los va a proteger el día de mañana”, expone Musalem.

Holland recuerda que la Common Law de Gran Bretaña data del año 850 y hasta hoy continúan perfeccionándola. Su preocupación en el caso chileno es el tiempo que tome terminar el proceso. “Si en dos o tres años no llegamos a un acuerdo bueno, va a generar más incertidumbre, más problemas en la calles y eso puede llevar a menos progreso para arreglar los problemas profundos como la desigualdad”, recalca.


En Amcham ha habido interés en el proceso constitucional, y han pedido generar espacios de discusión a través de talleres. “Es importante que se considere en la discusión cuáles han sido los principios que han hecho de Chile un país atractivo para la inversión extranjera”, expresa Estévez.

Los socios de Camchal no tienen desconfianza en el resultado final, pero sí hay incertidumbre sobre el procedimiento. “Les preocupa cómo sigue esto. Nadie está pensando en que se pueda abolir el derecho de propiedad privada o que se vaya a poner el país de cabeza”, enfatiza Wilhelmy.

Más claridad tributaria en el país

  • Tras la última reforma tributaria, el balance, según Macarena Navarrete es más dulce que agraz para la inversión extranjera directa. Dentro de lo positivo destacó:
  • Definición de conceptos que hasta ahora sólo se encontraban en doctrina, y que proveen claridad a la hora de invertir (ejemplo, concepto de establecimiento permanente; definición única de entidades relacionadas; entre otros).
  • Fortalecimiento de los derechos del contribuyente y mayores controles a la discrecionalidad administrativa del SII, junto con mayor certeza procesal.
  • Perfeccionamiento de la norma que define los gastos tributarios, lo que se espera permita flexibilizar la hasta ahora rígida jurisprudencia administrativa y judicial que exigía una correlación estricta y causal entre gasto e ingreso.
  • Mejoramiento de la norma que permite deducir como gasto tributario los pagos relativos a responsabilidad social empresarial (bajo ciertos límites). Igualmente, se perfecciona la norma general de donaciones permitiendo a empresas con pérdida tributaria (como suele ser el caso de los grandes proyectos en sus etapas iniciales) efectuar donaciones aparejadas a beneficios tributarios.
  • Incorporación de beneficios transitorios en materia de depreciación.
  • Los inversionistas extranjeros residentes en países con los que Chile ha celebrado un Convenio de Doble Tributación tendrán derecho a reconocer como crédito el 100% del impuesto corporativo pagado en Chile contra los dividendos que perciban, resultando en una tasa final de 35% (en comparación a 44,45% aplicable a países sin convenio y a inversionistas chilenos).

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