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Comerciantes de Quilicura le temen a la noche

La comuna ha sido testigo de diversos desmanes que han afectado a pequeñas y grandes empresas. Las ventas se han reducido hasta un 90% producto de la escasa presencia de transeúntes en las calles.

Por: Mateo Navas G. | Publicado: Viernes 29 de noviembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Durante la tarde del jueves se produjo un incendio cercano al centro de Quilicura.
Durante la tarde del jueves se produjo un incendio cercano al centro de Quilicura.

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Los comerciantes de Quilicura ya no quieren que se ponga el sol. Apenas comienza a caer la oscuridad aparecen los incendios, saqueos y desmanes. A diferencia de otros sectores de la capital, que han conseguido alcanzar algún atisbo de cotidianidad, en esta comuna del sector norponiente de la Región Metropolitana cada día parece peor.

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Si bien, al comienzo del estallido social los locatarios solo observaban cómo frente a sus negocios se desarrollaban marchas o protestas, hoy las planchas de madera o acero cubriendo puertas, ventanas y vitrinas son la norma.

Tiendas, peluquerías, almacenes y negocios familiares buscan proteger a clientes, empleados, mercaderías y sus activos de la violencia. También muchos trabajan con las cortinas a medio abrir. El mayor miedo, coinciden los locatarios, es llegar una mañana y encontrar el trabajo de toda una vida destruido, saqueado o quemado.

Las llamas que el jueves pasado afectaron al Mall Arauco Quilicura se han convertido en el corolario de los desmanes en esta comuna. Cientos de personas presenciaron el incendio que sobrevino a los saqueos. Al interior del centro comercial decenas de tiendas fueron destruidas. Hasta ahora, permanece cerrado.

“Hemos estado viendo si poner más seguridad o levantar las rejas. Pero son turbas tan grandes que, independientemente de lo que uno ponga, igual lo van a romper... Entraron al mall, que tenía seguridad… lo reventaron”, se lamenta Fernando Doussang, dueño de un restaurante de sushi, ubicado en Manuel Antonio Matta.

Esa calle, junto a las céntricas avenidas José Francisco Vergara, Bernardo O’Higgins y Lo Marcoleta han sido las más afectadas por la ola de violencia. Pero la pesadumbre es general. La mayoría de los supermercados están cerrados o destruídos y los dos que siguen abiertos, lo están porque los vecinos se han organizado para protegerlos de la noche, según testimonios recabados por este diario.

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Después de una semana, diversas compañías de bomberos siguen controlando los destrozos que se produjeron en el Mall Arauco Quilicura.

Un 25% de lo normal

Otra de las razones que explican el mal momento es la escasa presencia de gente en las calles durante el día. A diferencia de antes, cuando el centro de Quilicura se llenaba de gente, hoy, la zona se ve vacía. Quienes transitan lo hacen rápidamente. Los vecinos caminan sin detenerse ni mirar hacia los locales.

Según los dueños de los negocios, este escaso flujo está relacionado con el miedo a las manifestaciones violentas y reclaman por la ausencia de policías en la zona. Una demanda que en todo caso se escucha en toda esta comuna. “No he vendido nada. Los fines de semana, que antes eran mejores, ahora están muy malos. Yo abro casi por amor al arte, ya que no puedo dejar de venir”, confiesa Marta Antinao, dueña de un negocio de comida y abarrotes ubicado frente a un supermercado Tottus recientemente saqueado y vandalizado.

“Solo un 25%”. Como si fuera un mantra, la frase se repite negocio por negocio: todos están vendiendo casi un cuarto de lo habitual. No importa el rubro. La mayoría de los comerciantes reconocen que la actividad venía bajando, pero que tras el estallido social, la caída ha sido mayor.

César Cassmo, residente de la comuna, dice que los negocios pequeños empezaron a sufrir bajas en sus ventas desde antes del estallido social producto de las obras en avenida Matta. Sostiene que estos trabajos afectaron los negocios que están ubicados en esa calle, pero que la violencia terminó por profundizar estos problemas.

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5.285 microempresas

“Tengo muchas pérdidas. Tengo mucha inversión perdida porque no se han dado las medidas de seguridad para poder trabajar. Yo no voy a arriesgar a mi gente a exponerse a que les pase algo. Voy a cumplir 40 días sin trabajar”, se lamenta Rubén Alcaeno, dueño de un puesto de comida rápida ubicado cerca de la plaza central.

Cifras del Servicio de Impuestos Internos (SII) indican que en Quilicura hay 5.285 microempresas. En cuanto a las pequeñas y medianas son 2.069. La mayoría no tiene mayores pretensiones que conseguir su estabilidad en el tiempo y recuperar los flujos de ventas. No tienen caja suficiente para aguantar mucho tiempo vendiendo tan poco y teniendo que hacer frente a múltiples pagos. “Tengo deudas bancarias, tengo que mantener mi casa, hay que pagar cuentas, hay que comer también. Todo se pone cuesta arriba cuando ya no hay dónde comprar, dónde cargar combustible ni dónde poder trabajar”, sentencia Alcaeno.

Y todo eso en una comuna, que según las cifras del Ministerio de Desarrollo Social tiene un 18,45% de pobreza multidimensional y más de 210 mil habitantes.

Varios negocios pequeños han tenido que cerrar temporalmente y enfrentarse a la dura interrogante de si bajar las cortinas para siempre. Comercializar tan poco -algunos dicen que solo un décimo de su capacidad de venta- ha puesto en jaque sus proyectos. Tener una PYME nunca había sido tan difícil. Ver llegar la noche, nunca fue más angustiante.

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