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Informe ratifica alto pesimismo empresarial y no se descartan más ajustes en dotaciones

De acuerdo con el Informe de Percepciones de Negocios tienen elevada incertidumbre sobre el desempeño futuro de sus negocios y aparece el fantasma de una segunda ola de despidos.

Por: Pamela Cuevas V. | Publicado: Miércoles 5 de agosto de 2020 a las 11:06 hrs.
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Pesimismo es lo que se desprende del Informe de Perspectivas de Negocios (IPN) que dio a conocer esta mañana el Banco Central. Entre los empresarios consultados no hay atisbos de una mejora sustancial en el corto plazo y para el futuro el panorama se les presenta con una elevada incertidumbre.

Así lo revela la encuesta on line realizada entre el 20 y 24 de julio entre un grupo de empresas de todos los tamaños, sectores y regiones del país: “La evolución de los contagios y la extensión de las cuarentenas en varias regiones del país han profundizado sus efectos en el desempeño de las empresas, dejando heridas de diversa índole que podrían tener consecuencias relevantes en la capacidad de recuperación post pandemia”, dice el documento.

Como primera conclusión, se menciona que gran parte de los entrevistados considera que su actividad no mejorará de manera contundente en lo inmediato. Sobre la recuperación en la marcha de sus negocios estiman que comenzará de forma lenta y más tarde que lo proyectado. Es decir, piensan que solo entre el 2021 y 2022 recobrarán los niveles de producción previos a la llegada de la pandemia por covid-19. 

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En este escenario, el reporte hace énfasis en que aquellos sectores más afectados, este plazo es aún más largo.

Respecto del futuro los consultados dan cuenta de una elevada incertidumbre. Por un lado, emerge como una de las principales preocupaciones el tener que dar un paso a través en la reapertura de la actividad ante el riesgo de rebrotes del coronavirus. Esto según el informe “se destaca bastante”. 

“Esta preocupación es especialmente importante para las empresas que han visto fuertemente afectadas sus operaciones por las cuarentenas y deben invertir en adaptaciones para cumplir con las normas sanitarias una vez que puedan reabrir”, señala.

Por otro, existe intranquilidad por el resurgimiento de episodios de violencia como los ocurridos a fines del 2019, al igual que las dudas en torno al avance del proceso de discusión constitucional u otras modificaciones institucionales.

¿Segunda ola de despidos?

Respecto del mercado laboral, las perspectivas son de una recuperación del empleo más lenta que la de la actividad. En informe advierte que “algunas empresas estiman que aún deben ajustar a la baja sus dotaciones”. El argumento que entregan se basa, por una parte en que el distanciamiento social no permitirá que los negocios se desarrollen de la misma forma que antes. 

“De hecho, existe una percepción generalizada de que una parte de la pérdida de puestos de trabajo será de carácter permanente, en especial en los sectores más afectados”, asevera el IPN.

A ellos se suma en el análisis, que una fracción importante de los trabajadores que han mantenido su empleo han visto reducidos sus ingresos. Esto, ya sea por menores comisiones y bonos, por disminuciones de horas extras trabajadas o por recortes de sueldos base, entre otros. En este grupo de personas, se encuentran también quienes están acogidas a la Ley de Protección del Empleo.

En este escenario laboral, en el IPN se menciona que se detectó que “algo más de la mitad de los encuestados cree que la dotación de sus empresas no recuperará los niveles previos a la pandemia”. Uno de los factores que entregan los empresarios es la automatización, optimización y/o externalización de procesos. Todo esto se agregaría a la apertura de canales de venta no presenciales. 

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Inversión postergada y consumo débil

El grueso de los entrevistados señala la postergación o cancelación de todo tipo de inversiones, agregándose escasos proyectos nuevos. Sólo los entrevistados de los rubros menos afectados manifiestan que sus inversiones han seguido su curso.

Por ejemplo, se menciona que en el norte del país, una fracción de los grandes proyectos mineros que fueron suspendidos al inicio de la pandemia estaría pronto a retomarse, pero se estima que su desarrollo será a un ritmo más lento de lo previsto originalmente.

En cuanto a los niveles de precios, la mayoría indica que han disminuido ante la debilidad de la demanda. La excepción son los sectores que abastecen productos esenciales, como los alimentos. En este segmento se destaca que informan un aumento en sus precios. 

En este contexto, se revela que las empresas han seguido focalizadas en el control de costos como respuesta a la reducción de los ingresos, a lo que en varios casos se suma el mayor desembolso que han significado las prácticas de control sanitario.

Los bancos consultados señalan que sus operaciones en el segmento empresas corresponden principalmente a las líneas de créditos Covid-19, pero que su demanda ha disminuido en lo más reciente. 

En el segmento personas, se destaca la caída de la demanda por créditos de consumo e hipotecarios, con operaciones que siguen concentradas en reestructuraciones de deuda y postergaciones de cuotas. Ello se asocia a una menor demanda, pero también a condiciones al acceso que se han restringido por parte de la banca. 

Las empresas siguen dando cuenta de alargamientos en los plazos de pago de proveedores.

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