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Ministra de Agricultura: “En La Araucanía ha habido restituciones de tierra y la temperatura no baja”

La agrónoma lleva tres meses en su cargo y entra de lleno al que ha sido catalogado como el principal problema que enfrenta el país. “Hay comunidades mapuche que tienen hambre”, dice.

Por: Rocío Montes | Publicado: Lunes 12 de abril de 2021 a las 04:00 hrs.
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María Emilia Undurraga Ministra de agricultura. Foto: Julio Castro
María Emilia Undurraga Ministra de agricultura. Foto: Julio Castro

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En todos estos años de violencia en La Araucanía -muchos, porque comenzó en 1997–, los ministros de Agricultura de distintos gobiernos nunca han liderado ni tenido un papel demasiado protagónico en el conflicto, aunque justamente están en el centro del problema: la tierra. Quizás porque se le considera una cartera sectorial, no política. Pero la ministra actual, María Emilia Undurraga (1975), militante de Evópoli, apenas lleva tres meses en el cargo y ha entrado de lleno en un asunto al que generalmente se le hace el quite. Primero, con una carta a El Mercurio, donde hace justo una semana hizo un diagnóstico crudo, luego de un viaje a la zona que conoce bien: "La tensión es brutal". Luego, en esta entrevista vía Zoom, donde explica su diagnóstico, posibles soluciones y muestra las ganas que tiene de avanzar en los 11 meses que le quedan en el cargo.

- Usted en su carta habla de "el problema".

- Ha tenido harta repercusión la carta y es lo que quería: instalar el tema en esferas distintas. Vamos muchas veces sesgando la problemática únicamente a la violencia, pero se nos olvida que tenemos "un problema" muy diverso, con distintas aristas, que requiere de un trabajo coordinado y territorial de una gran envergadura.

- ¿Cómo calificaría "el problema"?

- El problema en La Araucanía no es solo político, ni solo social ni solo de seguridad. Es la complejidad. No se va a resolver solo con política, programas sociales ni menos con planes que ataquen solo la violencia. Nos hemos llenado de diagnósticos de personas que ven en este conflicto un espacio de protagonismo y quieren imponer sus posturas y definiciones.

- ¿Hay terrorismo?

- Reconozco que hay terrorismo, pero no haría una vinculación directa entre el terrorismo y los pueblos indígenas.

- Usted conoce la zona por su trabajo en Indap y en Odepa. ¿Cuál es la temperatura del conflicto?

- En este viaje vi algo que no me había tocado en las otras visitas: personas que no querían sentarse a conversar. Es complejo. Observé que, desde un diálogo muy local, en una comunidad específica, se levantan demandas muy globales. En este contexto, si no encontramos puntos de encuentro que nos permitan remediar –hay mucho que remediar, pero también construir para el futuro- no podremos encontrar un camino. Y, desde este ministerio, estamos dispuestos a dar ese paso desde nuestras competencias. Hay una pobreza profunda: más del 50% de la población rural en La Araucanía vive en situación de pobreza. Estamos hablando de un problema de dignidad humana. La realidad del día a día de las familias se escapa de las etiquetas que se le ponen desde fuera.

- ¿Es posible una solución sin entrar al problema de fondo: la restitución de las tierras?

- El tema de tierras hay que tocarlo nuevamente con decisión, estoy de acuerdo. Pero el conflicto en La Araucanía no pasa solo por la restitución de tierras, creo que es más amplio que eso. Hay problemas de viviendas, de caminos, de aguas, de cómo producimos... La tierra es fundamental para el pueblo mapuche, pero hay distintas formas de vincularse con la tierra. Hay comunidades que tienen tierras, pero siguen sin estar desarrollados y necesitan apoyos.

- ¿Pero hay que conversar sobre la restitución?

- Volver a conversar sobre las tierras no es un blanco o negro. Tenemos que ver para cada comunidad cuál es su situación. Y hay que sentar a todos los actores para ello, porque no es un "sí" o un "no". De repente uno asigna un solo camino para la gran diversidad de caminos a los que pueden optar las comunidades.

- ¿Qué pasa con los agricultores? ¿Hay disposición a negociar las tierras?

- He visto que hay disposición, no solamente a negociar la tierra. No es un tema de "yo te doy la tierra y me voy", porque el territorio va a ser compartido siempre. Tenemos un 70% del mundo rural en La Araucanía que no pertenece a pueblos indígenas. Es una realidad más mestiza que la que queremos ver en Santiago. En La Araucanía ha habido restituciones de tierra y la temperatura no baja.

- ¿Por qué?

- Porque esa restitución de tierras, que alguna vez pensamos que iba a ser la solución, no lo fue para esa comunidad.

- ¿Y las forestales?

- Hemos conversado con las forestales y están conversando. Llevan algunos años en disposición al diálogo. Y muchos agricultores en distintas partes de la región, también. Pero qué importante es que esos diálogos queden en los territorios, que no hagamos noticia. Cuando se usa la política para logros personales estamos haciendo un daño a un conflicto que necesita resolverse en todas sus partes. Yo revisaría las promesas que han hecho los candidatos en la Araucanía: alcaldes, diputados, senadores, gobiernos. Eso una vergüenza. He visto incluso documentos donde se prometen traspasos de tierras firmados tiempo antes de salir de un gobierno. No es algo puntual, sino que ha sido la forma. Y se ha complejizado este problema, porque el diálogo necesita confianza.

- ¿No cree que la falta de confianza y de ímpetu también es una característica de esta Administración? Se debutó con un llamado a un gran acuerdo, el trabajo del ministro Alfredo Moreno se frustró con el caso Catrillanca y ahora se llama a otro acuerdo a menos de un año del fin...

- Somos todos parte de esto. Y es el gobierno, el sector judicial, legislativo y es cada uno de nosotros: los que viven en la región y los que vivimos acá. Sin diálogo va a ser difícil avanzar.

- ¿Este Gobierno podrá hacer algo en 11 meses?

- Confío mucho en las personas. Este conflicto no es para lucirse y no se puede perder ni un día en generar puntos de encuentro. No es un conflicto que se vaya a resolver pronto, pero tenemos que ir caminando. Las soluciones históricamente se han instalado en puntos donde a algunas comunidades no les hace sentido. Cuando ponemos nuestro esfuerzo en un diálogo político para el reconocimiento de los pueblos indígenas -que considero muy importante-, perdemos de la mirada que hay comunidades mapuches que tienen hambre.

- Usted es Evópoli, un partido que ha sido "mano dura" en la región, partiendo por su líder, Felipe Kast.

- Entiendo lo complejo que es la violencia. Reconozco una complementariedad con lo que ellos están trabajando. Se requieren líneas de acción y, desde mi papel, hoy, quiero contribuir al diálogo.

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