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Repetto insta a reparar “problemas” de focalización de los programas sociales

Académica dice que hay personas en un mismo tramo del Registro Social de Hogares con beneficios y sin ellos, lo que cree hay que corregir para evitar una sensación de injusticia.

Por: Pamela Cuevas V. | Publicado: Miércoles 6 de enero de 2021 a las 04:00 hrs.
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Con un 2020 marcado por una crisis económica ocasionada por la pandemia -lo que dejará una huella inevitable en la población de menos recursos-, la académica de la UAI y presidenta de la Fundación Superación de la Pobreza, Andrea Repetto, apunta a la necesidad de avanzar en subsanar los errores que hay en la focalización de los programas sociales.

¿El objetivo? Evitar la “sensación de injusticia” que percibe existe en el país, que se hizo evidente en octubre de 2019 y que ahora se combina con estimaciones que apuntan a que la pobreza se elevará desde el 8,6% que evidenció la Casen de 2017 al 15,5% que preliminarmente anticipó la Cepal.

Hoy la economista que es parte de la mesa técnica convocada por el Ministerio de Desarrollo Social (MDS) para revisar el indicador de caracterización socieconómica que mide el grado de vulnerabilidad en el Registro Social de Hogares (RSH), pone en la mira las recomendaciones que antes hizo en torno al diseño de los programas sociales como parte de otro grupo de expertos que elaboró el informe de cohesión social encargado por el Gobierno tras el estallido del conflicto social en octubre de 2019.

“Cuando pasamos de la ficha de protección social al RSH -que tiene muchos beneficios y no estoy sugiriendo que haya sido un error- quedaron cosas que pueden repararse”, advierte.

Una de ellas, es la discriminación que hacen algunos programas dentro de un mismo tramo de vulnerabilidad, lo que difiere con la idea original de agrupar hogares de similares cacterísticas.

“Es bien razonable tener un tramo del 40%, porque es gente muy parecida entre sí, esa fue la idea original, pero aún así hay programas que focalizan adentro del 40%”, lo que tiene su correlato en una sensación de injusticia.

Repetto sostiene que “la gente no sabe en qué parte del tramo está. Entonces, hay personas dentro del tramo que supuestamente son iguales; unos con derechos y otro sin derecho. Eso es una cosa que hay que reparar”, asevera.

Como ejemplo de ello precisa que el subsidio a la discapacidad mental llega al 20%, el bono por logro escolar llega al 30% y la subvención escolar preferencial llega al 33%.

¿La alternativa? En los dos primeros “lo razonable”, a su juicio, es que el beneficio sea para el 40% de una vez. En cambio, para la subvención escolar preferencial -cuya opción de extenderlo implica un encarecimiento mayor del programa- señala que se puede focalizar en base a la escuela, es decir “que en algunos casos superemos la idea de las familias” para asignar los beneficios del Estado.

Gradualidad en los beneficios

El “corte abrupto” cuando se define a quienes acceden a un programa focalizando en las bandas de vulnerabilidad (que en el RSH tiene siete tramos que va desde el de menores de ingresos 40% hasta el 100%) es el otro problema que detecta, ya que origina una “invitación” a cambiar el comportamiento para ser elegibles en un programa. Esto, enfatiza, es “algo que los economistas venimos hablando hace mucho tiempo”.

La también directora de Espacio Público explica que más allá de las “anécdotas” que apuntan a que las personas optan por mantenerse en la informalidad -de lo que aclara, no hay evidencia y están principalmente vinculadas con el empleo en casa particular- existen maneras de adecuar la información que se entrega, en este caso, al MDS.

Una de ellas es subdividir a la familia al momento del autoreporte. Si bien aquí la evidencia “no es precisa”, advierte que es un aspecto que monitorea el ministerio.

“Si uno mira el tamaño de las familias en la Casen, es más grande que el tamaño de las familias en el RSH. Hay alguna evidencia y hay sospechas, nuevamente, de que los beneficios muy grandes que hacen mucha diferencia en las familias sobre la capacidad para financiar sus vidas, como por ejemplo la gratuidad (en la educación superior), es una mayor invitación a hacer esto”.

Ante ello, Repetto propone que el criterio que se aplique para definir el monto que se asignará a cada individuo sea proporcional en base a los niveles de vulnerabilidad: “La idea de graduar, es que el beneficio no lo quitas de manera abrupta a las familias, lo suavizas y pueden tener una parte del beneficio sin tener que cambiar su comportamiento”, explica.

“Aquí hay una conversación amplia que tener y creo que sería útil, en el fondo, tener evidencia de que estas cosas pasan. Pero más allá de la evidencia, está el problema de la justicia: familias que son prácticamente idénticas unas se quedan adentro y otras se quedan afuera. Eso no hace mucho sentido en términos de cohesión social”, señala.

En esta línea, la economista,comenta que el MDS está interesado en pensar en toda esta problemática, “por eso nos llamó a esta comisión de la caracterización socioeconómica. Ha llegado la hora de revisarla”. Eso sí, precisa, que la temática principal del trabajo no es la focalización, pero “interactúa con ella, entonces es un tema medio inevitable” que ha surgido en esta revisión del indicador.

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