Política

Analistas internacionales están atentos a la señal del Presidente electo con el nombramiento del ministro de Hacienda

Esperan que la composición del gabinete sea equilibrado entre tecnócratas y burócratas que adopten decisiones pragmáticas aterrizando las prioridades reformistas del nuevo gobierno.

Por: M. Arteaga, V. Vera y P. Cuevas | Publicado: Martes 21 de diciembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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Un escenario de bajo crecimiento en 2022 y 2023, que según proyecta el Banco Central estará entre 2,5% y 1,5% y entre 1% y 0%, respectivamente con períodos recesivos de por medio, es a lo que se enfrentará Gabriel Boric, luego que asuma la presidencia el 11 de marzo.

En este contexto, cada señal que emita sobre el nombramiento de su gabinete y la fijación de prioridades es seguida con atención por los analistas internacionales. Ayer los mercados de activos locales reflejaron altos niveles de incertidumbre a la espera de definiciones sobre los énfasis que dio en su primer discurso del domingo.

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Aquí la reforma de pensiones y avanzar en reducir la desigualdad que se sustentó en un desarrollo económico que catalogó de tener "pies de barros", quedó en la retina de los bancos de inversión.

"El nuevo gobierno enfrentará tiempos económicos turbulentos tanto internos y externos", señala Alfredo Coutiño, de Moody's Analytics, en donde detecta que el principal riesgo es la "rampante" inflación que está empujando a la política monetaria a "entrar en terreno restrictivo" con posibles consecuencias sobre el crecimiento económico.

Esto, a su juicio, representará "un gran desafío" para el equipo económico que asuma en marzo, ya que no solo deberá implementar "políticas correctas" para hacer frente a las turbulencias, sino que también tendrá que actuar con una "reducción significativa del poder contracíclico de sus políticas fiscal y monetario".

En este marco, desde UBS esperan señales "más concretas" sobre la composición de su gabinete, específicamente saber a quién elige como ministro de Hacienda: "Un nombramiento clave para evaluar la política económica del nuevo gobierno".

En la misma dirección Nikhil Sanghani, economista para América Latina de Capital Economics, apuntó ayer a que Roberto Zahler, expresidente del Banco Central y miembro del Consejo asesor de expertos que ayudó a moderar el programa para la segunda vuelta, sería una señal de que "Boric tiene la intención de seguir políticas económicas pragmáticas".

JPMorgan también puso el acento en que el mercado necesitará señales rápidas de moderación real", en donde lo que espera es que se definan prioridades sobre la agenda con que llegarán al Congreso. Esto, según el análisis del banco de inversiones, permitiría prever "negociaciones de manera rápida y eficiente". Aquí, se repite que una pronta definición del ministro de Hacienda "ayudaría a navegar hasta el 11 de marzo con menos volatilidad del mercado".

Samuel Carrasco, de Credicorp Capital, interpreta que la elección de un gabinete balanceado entre tecnócratas y burócratas ratificaría que la moderación que asumió Boric para ganar la segunda vuelta "es cierta, lo cual sería bien recibido por el mercado".

La presión por la consolidación fiscal

Con un telón de fondo de polarización política y social "significativa" Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs, identifica que satisfacer las demandas y las altas expectativas de una manera fiscalmente responsable, preservando los incentivos adecuados para la inversión y generando un crecimiento razonable, son los principales desafíos a los que se enfrenta tanto el nuevo Gobierno como el Congreso.

Coutiño, por su parte, advierte que siendo un Gobierno con un enfoque importante sobre el bienestar social, es posible prever que tienda a apoyar nuevos estímulos para las clases trabajadoras y las familias. ¿El problema? es el costo que tendría asumir que, aclara, no solo sería de potenciales desequilibrios fiscales sino que incluso de mayor vulnerabilidad de la economía frente a choques externos: "Chile ya conoce el gran costo económico y social que tiene la irresponsabilidad fiscal", dice.

Carrasco espera que para enfrentar el "evidente menor dinamismo económico junto con un ajuste en el gasto fiscal sustancial" utilice la llave de la "focalización de recursos para la población más vulnerable durante el próximo año" junto a medidas que incentiven la contratación formal. Esos, a su juicio, "deberían ser el foco de atención" de las iniciativas que emprenda en lo inmediato.

Respecto del encuadre de las finanzas fiscales, agrega que ya está instalada la idea en el mercado de que -independientemente del resultado de la elección- la trayectoria de la deuda bruta del país continuará con una tendencia al alza en el mediano plazo.

Una tesis que comparte Coutiño "dado que el Gobierno enfrenta una restricción fiscal importante, el financiamiento de los programas sociales tendrá que venir de un endeudamiento público, por lo cual la probabilidad de aumento de la deuda, existe".

La incógnita para Carrasco es si se estabilizará en torno al 45% o más bien por sobre el 50%: "Lo anterior dependerá en gran medida de las definiciones del próximo gobierno, la moderación del programa económico y el resultado de la Convención Constitucional".

A ello Coutiño, recuerda el ingrediente de "mayor vulnerabilidad por efecto de desequilibrio fiscal y deuda" plausible en un entorno de bajo crecimiento económico. Eso, dice, es algo que introduciría desconfianza en los mercados.

Desde UBS recalcan que tener noticias sobre quién se hará cargo de las finanzas ayudaría a ponderar el compromiso de la nueva administración con la responsabilidad fiscal.

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