Política

Bancos centrales: instituciones bajo presiones políticas

No fue hasta bien entrado el siglo XX, con la creación del Bundesbank alemán (1957) y el acta de 1998 del Banco de Inglaterra, que la autonomía se estableció como un parámetro”.

Por: | Publicado: Lunes 14 de septiembre de 2020 a las 04:00 hrs.
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Foto: Rodolfo Jara
Foto: Rodolfo Jara

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Desde su creación, los bancos centrales han sido vistos como respuestas a situaciones de crisis. Ya en el siglo XVII se crearon las primeras instituciones que buscaban centralizar el manejo monetario, o ayudar a las monarquías de turno a financiar sus guerras. La Reserva Federal (Fed), hoy el banco central más grande e influyente, se fundó en 1913, en respuesta a olas de pánico que golpearon al sistema financiero. Algo similar pasó en otros países, que a principios del siglo XX entendieron que era necesario instaurar un ente centralizado que estabilizara el sistema monetario. En Colombia, México, Perú y Chile, el diseño del primer banco central tuvo la influencia de Edwin Kemmerer, quien participó también del diseño de la Fed.

Pero no fue hasta bien entrado el siglo XX, con la creación del Bundesbank alemán (1957) y el acta de 1998 del Banco de Inglaterra, que la autonomía se estableció como un parámetro. Previo a eso, tal como fue el caso en Chile, las autoridades del Banco Central eran elegidas por el gobierno de turno, y el Estado tenía en el emisor también una fuente de financiamiento.

Inflación y tasas

Gran cantidad de estudios han probado en las últimas décadas una relación entre la falta de independencia de los bancos centrales y un alza de la inflación. Un gobierno con poder sobre el banco central se ve tentado a resolver su déficit fiscal con la impresión de más moneda, en lugar de reducir el gasto público o enfrentar los costos de endeudamiento. La tasa de interés se puede volver también un instrumento político, evitando subirla en años electorales, aunque esto luego lleve a un alza de la inflación.

Bajo la misma premisa, la existencia de un banco central independiente del poder político ofrece al mercado la garantía de un manejo técnico del sistema monetario, y con ello mayores certezas sobre los indicadores macroeconómicos para tomar decisiones de inversión.

Sin embargo, la crisis financiera (2008-2009) y la recesión provocada por la pandemia han creado presiones sobre el rol de los bancos centrales. “La gran amenaza a la independencia proviene de la expansión de las actividades y responsabilidades que los bancos centrales han asumido, de manera aparentemente permanente, en los años posteriores a la crisis financiera: la compra de activos, la expansión regulatoria, un conjunto mucho más amplio de objetivos y un matrimonio entre la política regulatoria y la macroeconómica”, afirma en su blog el economista John Cochrane, Senior Fellow en Hoover Institution.

Desde la gran crisis de 2008, la Fed, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra, por mencionar solo a los más influyentes, han adoptado entre sus tareas permanentes la compra de activos, influyendo en su precio, y ya no solo en las tasas de interés.

Además, en un regreso a viejas prácticas, se suman presiones para que se financie al fisco y a privados (programas de compra de bonos), y que se haga del empleo una prioridad por sobre la inflación, comprometiendo bajísimas tasas de interés por un largo período.

La Fed ya ha avanzado en esa dirección. Lo mismo el BoJ. La presión es diaria para el BCE y el BoE.

También presión fiscal

Pero también hay otra vía de presión creciente, y es fiscal. En un estudio publicado el año pasado por el Centro de Investigación de Política Económica (CEPR), los investigadores Jean Barthélemy, Eric Mengus, Guillaume Plantin determinaron que el bajo costo de endeudamiento público también supone una amenaza para la independencia de los emisores.

Las tasas de interés en mínimos, y en muchos casos negativas en términos reales, reduce el costo y aumenta el atractivo del endeudamiento público. “En el siglo pasado, los límites de las políticas fiscales se consideraron importantes por múltiples razones, entre las que destaca la independencia del banco central… La política fiscal y, en particular, la deuda pública se consideraron amenazas importantes para esa independencia”.

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