Política

García y el pesimismo por el débil PIB: “Las razones no son permanentes. Hay que tener la sangre fría en esta pega”

Economista sostiene que el mayor reto que enfrenta la economía local hoy es la disputa comercial entre EEUU y China, sobre todo porque no se esperaba que tomara un cariz de enfrentamiento entre naciones.

Por: S. Valdenegro y R. Lucero | Publicado: Lunes 23 de septiembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Cinco años y medio en el consejo del Banco Central, que se suman a otros once en las áreas de estudio y financiera de la entidad, parecieran dar el temple a Pablo García para transmitir tranquilidad sobre la marcha de la economía nacional. "El ciclo sigue existiendo y eso significa que hay períodos en los que uno está creciendo más que el potencial; y hay otros, en que lo hace por debajo", enfatiza el economista, a dos semanas de que presentaran ante el Congreso un Informe de Política Monetaria (IPoM) que se alineó con los recortes de proyecciones para el Producto Interno Bruto (PIB) de este y próximo ejercicio: 2,25%-2,75% y 2,75% a 3,75%, respectivamente.

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"Hoy estamos en un ciclo a la baja, de justamente crecer bajo el potencial, pero tenemos políticas macro, un diseño institucional contracíclico -basado en política monetaria con metas de inflación y flexibilidad cambiaria- que pueden hacerse cargo de esto", agrega García. Y lo hace sin desconocer que "hay todo un mapa de incertidumbre hacia adelante" -incluido los temas de migración y economía digital de aquí a dos años-, pero que quizás será de una magnitud algo menor a lo visto en promedio en los últimos 20 años.

La década de los 2000, enumera, partió con la crisis del petróleo, seguida por la burbuja de las Puntocom, la crisis en Argentina, y la caída de las Torres Gemelas en 2001, Enron, la crisis en Brasil, la invasión de Irak, el superciclo de los commodities y, finalmente, la crisis financiera y la gran recesión.

- ¿Este no es un episodio particularmente complejo para la economía chilena?

- No, por eso es bueno tener perspectiva. Tenemos 20 años de IPoM y siempre se ha hablado de riesgos y escenarios, puesto que nuestra economía al ser abierta está expuesta a diversos vaivenes. ¿Qué hacer en esas circunstancias? Reaccionar con política monetaria.

Quizás, el ciclo económico a la baja se nos adelantó algo por los temas internacionales, pero uno ve que la parte financiera está ordenada, no se ven disrupciones financieras ni en Chile ni en el mundo, y vemos algunos países emergentes con problemas, pero no una crisis en países emergentes en general.

Y, como es un fenómeno cíclico, me cuesta pensar que es algo que durará para siempre o de manera indefinida. Las razones por las cuales esta situación cíclica es más débil no son permanentes. Hay que tener sangre fría en esta pega.

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- ¿Pero les sorprendió la magnitud de la desaceleración?

- Es muy inusual que las cosas ocurran tal cual uno las pensó, la economía es una ciencia de personas y de empresas en todo el mundo, eso es inherentemente algo no mecánico.

Ahora, una cosa que uno genuinamente no esperaba era que las disputas comerciales, que eran problemas al parecer de personalidades y con una intención más bien comunicacional y de posicionamiento político, tomaran un cariz de enfrentamiento entre naciones, con acciones concretas. Ese ha sido el cambio más interesante desde 2018 hasta hoy.

Uno de los temores durante la crisis de 2008-2009 era que, como parte de las medidas que los países tomaran para salir de la crisis, se apostara por el proteccionismo. En esa época, las declaraciones del G20 eran muy claras en orden a descartar medidas de ese tipo. Eso funcionó muy bien durante diez años, pero ahora eso se ha ido poniendo en duda.

Si se implementan todas las tarifas que Trump ha anunciado, EEUU volverá a tener a niveles promedio de hace varias décadas. Se está volviendo atrás en una dirección de libre comercio que parecía estar bastante asentada.

De todas maneras, en nuestro escenario del IPoM, tenemos como implícito que esto no es algo permanente. Uno espera que por diversas razones esto lleve a una resolución, pero es algo que se va a demorar. En cierta forma, por eso tenemos crecimientos por debajo del potencial o llegando al potencial recién de aquí a fines de los próximos dos años.

- ¿Ese fue el gran cambio? Uno mira el IPoM de hace un año y fue el más optimista probablemente del último tiempo, y el de ahora es uno de los más pesimistas.

- Respecto a las perspectivas del futuro, indudablemente la principal noticia es la disputa comercial (...)

Ahora, lo que también ocurre es que el primer semestre en Chile fue decepcionante por una serie de razones. Quizá la que más pesa, desde mi punto de vista, es que el consumo -que pensábamos crecía a una tasa relativamente sólida-, está siendo más bajo. Uno dice que esto debiera ser un efecto del ciclo de las expectativas mundiales, que es uno de los canales de transmisión de la guerra comercial hacia la economía chilena y no un efecto directo de esa disputa. De nuevo, como también en otros períodos de pesimismo, hay cosas que van a durar, pero no son para siempre.

Ahora, si nosotros evaluáramos que hay una situación de disrupción del comercio más permanente, uno tendría que comenzar a revisar cuál es el crecimiento tendencial de la economía chilena, y no estamos ahí. Hoy, es un tema más bilateral, pero que está teniendo efectos reales.

- ¿El deterioro de las expectativas internas tiene que ver con el escenario externo o parte se explica por el debate local y el retraso de las reformas?

- Posiblemente, como también lo hemos discutido en otras ocasiones, las discusiones internas, cuando tienden a durar por un tiempo, empiezan a afectar el ánimo y pueden dilatar decisiones. No somos psicólogos para saber qué es lo que está detrás del ajuste en las expectativas de hogares y de empresas. Parte del debate local puede estar afectando, pero es difícil que podamos saber cuánto.

Ahora, mirando en el largo plazo, la variabilidad del crecimiento se explica fundamentalmente por lo que pasa en el mundo, pero también de una fracción no menor de lo que discutimos adentro.

- ¿Ya vimos lo peor de este ciclo de baja de crecimiento?

- Cuando uno hace proyecciones, uno habla de probabilidades.

- Pero ustedes le pusieron sesgo a la baja a su proyección de PIB de este año y 2020.

- A lo que se refiere el sesgo a la baja es a que, dado nuestro rango de crecimiento, es más probable que estemos por la parte baja de ese rango que por la parte de arriba. Y no da lo mismo donde se esté, ya que tiene implicancias distintas para la política monetaria.

- El recorte de tasas en junio nos sorprendió a todos, pero en julio usted volvió a insistir con una baja de tasas, siendo el voto disidente. ¿Qué vio usted que el resto del Consejo no?

- Todos vimos lo mismo, la visión consensuada de la institución era que en ese minuto era necesario hacer un mayor estímulo monetario. Eso quedó claro en el comunicado. Mi visión era que las diferencias respecto a lo que esperaban los analistas o el mercado no era de primer orden y, por lo tanto, dada esta certeza de que había que aumentar el estímulo monetario, había que hacerlo en ese instante. Es habitual que se busque un equilibrio entre la orientación de la política monetaria y los temas comunicacionales o de timing. En ese escenario, me pareció que correspondía bajar la tasa.

- No hubo una diferencia en el diagnóstico entonces.

- No, para nada.

- En la Fed sí hay diferencias. De nuevo bajaron la tasa dado el riesgo global, pero hacia adelante no quedó claro el rumbo. ¿Cómo influye esto en Chile? Ustedes sí dejaron abierta la puerta a más bajas.

- Aunque el nivel y dirección de los cambios en la TPM parecen similares a la de fondos federales (FFR) hay que destacar que la situación cíclica de Chile y EEUU es distinta. Mientras en nuestro caso la inflación total y subyacente se mantiene bajo la meta y el crecimiento está por debajo del potencial, en EEUU la inflación está cerca de la meta y la economía opera por sobre su potencial probablemente. Esto último puede estar vinculado a sus diferencias de diagnóstico sobre la FFR. El cambio que hizo la Fed estaba dentro de los escenarios posibles. Un tema sí a seguir analizando y viendo repercusiones es el episodio de iliquidez monetaria en EEUU la semana pasada.

- El presidente de la Fed desestimó la necesidad de tasas negativas. ¿Se puede decir lo mismo de Chile?

- No veo muy probable la necesidad de implementar políticas monetarias no convencionales en Chile.

Sequía, dólar, recesión...

Críticas a Mario Marcel por las 40 horas: "Evaluamos el tema, consideramos que era apropiado señalar la importancia de contar con antecedentes respecto de los eventuales impactos en las empresas, las personas, la economía en general, de una iniciativa con la magnitud de lo que está en discusión".
¿Impacto de la sequía? "Hasta ahora, hay efectos más puntuales en algunos sectores, pero los impactos de más largo plazo es algo que se debe evaluar".
¿Mayor precio del dólar? "El tipo de cambio real sintetiza el conjunto de cosas que están ocurriendo y está en torno al promedio de los últimos 20 años. Entonces, no vemos alguna anomalía".
¿Por qué descartan una recesión global? "Hay varias razones. La primera es que China sigue creciendo, aunque está desacelerándose. De hecho, nuestro escenario es relativamente más malo que el consenso, con un crecimiento por debajo del 6% el próximo año. EEUU está en una senda de convergencia a su crecimiento de largo plazo (1,5% y 2%). En Europa, hay algunos países con más problemas que otros, pero no todos. Ahí hay riesgos. En Jaapón, están en una situación desafiante, pero que no es de contracción inminente.
Ahora, ¿qué es lo que realmente puede generar una recesión mundial? Dados los grados de interconexión y de integración financiera que existen, para que se produzca una recesión mundial tiene que haber por ejemplo un shock financiero sistémico a nivel mundial, o un fenómeno geopolítico mayor. Uno nunca puede descartar estas cosas, pero al menos en términos de solvencia financiera es necesario notar que en el mundo se han tomado diversas de medidas de capitalización bancaria, y de mejora de la normativa financiera desde 2008".

B. Central tras evaluación de expertos: no cambiará meta de inflación ni plazo

Una evidente satisfacción dejó en el Consejo del instituto emisor la positiva evaluación que hizo de su mandato –estabilidad de precios y financiera- el panel de expertos integrado por Karnit Flug, gobernadora del B. Central de Israel en 2013-18; Donald Kohn, miembro del Comité de Estabilidad Financiera del Banco de Inglaterra y exvicepresidente de la Fed de EEUU; y los profesores Petra Geraats (U. de Cambridge); Guillermo Calvo (U. de Columbia), y Enrique Mendoza (U. de Pennsylvania).
"Si queremos ser un país avanzado, tengamos instituciones de país avanzado y tengo la convicción de que en ese camino estamos en el Banco Central", destaca García junto con subrayar que la institución ya tenía un camino recorrido en varias de las 40 dimensiones sobre las cuales hizo recomendaciones el grupo de economistas independientes. Primero, dar mayor transparencia y claridad a los escenarios de riesgos expuestos en los IPoM y en la misma comunicación del banco. Segundo, implementar mejoras que permitan capturar dimensiones relevantes de nuestra realidad, y ser más explícitos sobre el equilibrio entre juicio y modelos de proyección en las discusiones internas. Y tercero, avanzar en conjunto con la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) en establecer un trabajo permanente y coordinado, en particular ahora que se están implementando diversos aspectos de la reforma a la Ley General de Bancos.
¿Y las recomendaciones que se rechazaron? García señala que se desestimó flexibilizar el horizonte de dos años en que se basa la política monetaria. "Coyunturalmente –afirma-, es complejo decir vamos a evaluar volver a la meta en, por ejemplo, tres años, o vamos a ser más tolerantes con la desviación de la inflación respecto a la meta, porque eso significa una política monetaria más restrictiva,".
De hecho, anticipa que en diciembre el banco publicará una actualización del documento que explica el marco de metas de inflación. "La última vez que se hizo fue en 2007, y si uno lo mira no hay mucho que cambiar, hay varios detalles y mejoras que hemos hecho en los últimos doce años, pero cosas como la meta de 3% o el horizonte a dos años no la vamos a cambiar. Algunos analistas nos preguntan por qué no bajamos la meta a 2%. Bueno, eso es por ejemplo equivalente a subir la tasa de interés, no es apropiado, entre otras razones", argumenta.
Lo que quedó claro sí, dice García, a propósito de lo planteado por los expertos sobre terminar con el rango meta de inflación y sólo quedarse en 3%, es que deben reflexionar "qué significa" el piso de 2% y el techo de 4%. "El rango es una forma simple de comunicar que la inflación es volátil, pero si uno mira nuestro documento de 2007, tiene más explicaciones y un rol que pareciese ser mayor. Tenemos que evaluar bien qué rol juega ese rango, cómo encaja con la comunicación de nuestro marco de política que hemos desarrollado en el último tiempo".

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