Política

Hora de reflexiones entre los gremios del sector empresarial

Por: Carolina León | Publicado: Lunes 28 de octubre de 2019 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Ya transcurrida más de una semana del estallido social en el país, Diario Financiero invitó a distintos dirigentes empresariales a reflexionar desde su ámbito sobre los acontecimientos que han tenido a la ciudadanía como protagonistas y han captado la atención de los representantes del mundo de los negocios.

Haciéndose eco de este espacio, la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CNC) -que el viernes realizó una jornada de reflexión-, la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) y la Cámara Chilena de la Construcción (CchC) expusieron sus distintos puntos de vista sobre los eventos y la agenda que buscan impulsar en pos de aportar a un escenario donde se recupere la tranquilidad y se avance en medidas que contribuyan al bienestar de la población. 

 Imagen foto_00000005

 A subir las cortinas

Si bien estamos viviendo la peor crisis de los últimos tiempos, estamos a la vez esperanzados en que este punto de inflexión nos llevará a crecer como sociedad y lograr un nuevo y necesario trato social. Estamos conscientes de que un cambio de paradigma como este supone que todos cedamos en nuestras posiciones y actuemos generosamente, sin embargo, nos preocupa que, de mantenerse la violencia, los costos sean demasiado altos para los sectores más vulnerables: en la última semana hemos sufrido ataques, incendios y saqueos brutales, llevando incluso a que en varias comunas periféricas ya no tengamos supermercados habilitados.
Respecto del comercio, los servicios y el turismo, lo que nos preocupa no son sólo los daños materiales, sino que los cientos de pequeños comerciantes que han perdido su capital de trabajo, fruto de años de esfuerzo. Especialmente nos preocupa la imposibilidad de cumplir con el insustituible rol de abastecer a la población de productos de básica necesidad. Es por esto que insistimos a la autoridad en la urgencia de restablecer el orden público. Es la única manera de que podamos volver a funcionar con normalidad y garantizar la seguridad de todos nuestros trabajadores que, a pesar de todo lo ocurrido en los últimos días, han acudido a sus labores con un temple que conmueve. Es lo mínimo que podemos hacer ante este nivel de compromiso.
Recuperar la normalidad no debe ser un fin en sí mismo, sino que un medio -esencial- para que comencemos el trabajo de fondo que demanda la ciudadanía. Una de las principales causas del descontento actual es el permanente diálogo de sordos al interior de la elite política y económica, siempre bajo la consigna que unos u otros somos los que realmente entendemos lo que la sociedad necesita. Pues bien, a la luz de los últimos acontecimientos, es evidente que estábamos todos equivocados. Por esto, tenemos que sentarnos a conversar para cimentar en conjunto, sin prejuicios ni dogmas, las bases de este nuevo trato social, basado en la dignidad y la justicia.
En este sentido, en nuestro rol de dirigentes empresariales, hemos iniciado un proceso de reflexión con nuestras cámaras de comercio, servicios y turismo a lo largo de todo Chile, con la finalidad de contribuir a este diálogo. Se trata de una oportunidad única, por lo que  invitamos a todos los grupos y actores de la sociedad civil, así como a las empresas a iniciar y promover un diálogo abierto y a comprometerse activamente en esta labor. No hay espacio para otro camino.

 Imagen foto_00000007

Agricultores comprometidos

En estas horas de profunda preocupación y perplejidad, que lamentablemente vive nuestro país, los agricultores de Chile, proveedores de los alimentos para nuestros compatriotas, no podemos quedar indiferentes ante tanta destrucción, vandalismo y atentados contra los habitantes de nuestro querido país.
Es hora de exigir y apoyar la institucionalidad que hemos construido entre todos, con mucho esfuerzo y patriotismo. Exigir a los dirigentes políticos, dejar de lado miradas pequeñas y de corto plazo, poniendo por delante voluntades profundas de encuentro y reconstrucción que, a su vez, orienten a todos los chilenos de buen corazón.
Vivimos una urgencia que se debe intentar resolver como tal, es decir, con sentido de urgencia. Debemos desde ya y entre todos, sentar las bases para discusiones profundas que empaticen y avancen en soluciones concretas para todos nuestros compatriotas. Las propuestas del Presidente de la República, Sebastián Piñera, luego de reunirse con distintos actores del quehacer nacional, van en el camino correcto. Las apoyaremos.
Los agricultores, aún en las dificultades del grave déficit hídrico que enfrentamos, debemos estar día a día trabajando en hacer lo que sabemos: producir alimentos para todos, dar oportunidades y trabajo para muchos, y generar una efectiva descentralización de nuestro país. Nuestra responsabilidad en el mundo rural es ineludible, por lo que hago un llamado para que, con calma y altura de mira, generemos instancias de diálogo y orientación, con nuestros colaboradores, con las personas que viven en nuestras comunas, y en especial, con las autoridades comunales y regionales que nos gobiernan.
Chile, con sus luces y sombras, con esfuerzo, diálogo y convicción, lo hemos construido entre todos. Hemos avanzado y ahora debemos apurar el tranco. A este camino, deben subirse todos, con un firme respeto a la institucionalidad y confianza en nuestras autoridades. Tenemos que poner lo mejor de nuestra parte para que lleguemos a la época de "la cosecha", con una producción abundante, sana, sustentable y que alimente a todos.
Los agricultores de Chile, ya lo hemos demostrado, pero hoy es necesario redoblar nuestros esfuerzos y trabajo. Desde la SNA, ya nos hemos puesto a disposición de la autoridad para colaborar en lo que sea necesario.

 Imagen foto_00000006

Que salga algo bueno

Los hechos recientes que hemos vivido no solo nos han conmovido, sino que también nos obligan a reflexionar sobre lo que juntos hemos construido. Y más importante aún, sobre lo que todavía nos falta por construir para que nuestro país siga siendo la casa común donde todos, sin excepciones, nos sintamos acogidos y donde, con nuestras legítimas diferencias, podamos convivir en paz.
Para ello, el primer paso es que volvamos a encontrarnos y, luego, que conversemos. Que conversemos de lo que sentimos y de lo que pensamos, de lo que nos duele y de lo que nos ilusiona.
Y eso es precisamente lo que hemos promovido entre nuestros socios y otras empresas que se han hecho parte de este llamado: que nos sentemos a conversar con nuestros trabajadores, en un diálogo que ha sido tan franco como aportador.
Ellos nos han dicho, por ejemplo, que sienten una mezcla de rabia y tristeza por los saqueos y las muertes ocurridas en las mismas comunas donde viven, y que han experimentado una profunda inseguridad por dejar sus casas en las mañanas y no saber cómo van a estar sus familias durante el resto del día. Claramente, se les nota preocupados.
Asimismo, manifiestan que hay temas en los que el país tiene mucho que avanzar. Como que mejoren las jubilaciones o que no se repita el caso contado por un trabajador, cuyo padre fue citado a hacerse un examen médico al año de haber fallecido.
Todas historias y temores mencionados sin resentimiento, sino como un aporte muy personal a lo que hoy se discute.
Porque al final eso es lo que ha primado en estas conversaciones: el deseo de aportar y que de la situación actual "salga algo bueno".
Ahora bien, que ello ocurra va a depender de cada uno de nosotros. De seguir buscando espacios de encuentro, de dialogar tanto como sea necesario y de construir respuestas entre todos.
Una de ellas, para la cual no se necesita cambiar ninguna ley, es que mejoremos las relaciones al interior de las empresas y lugares de trabajo. Partiendo por esto podemos hacer una gran diferencia.

Lo más leído