Política

La nueva vida de Pablo Longueira

En su primera entrevista en siete años, el ex senador UDI cuenta que está viviendo en Villarrica, donde se dedica a su emprendimiento familiar con el que busca ser “uno de los mayores productores de árboles nativos del país”.

Por: Revista Capital | Publicado: Miércoles 10 de junio de 2020 a las 09:18 hrs.
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Pablo Longueira llegó de EE.UU. en febrero. En el verano viajó una semana junto a su mujer, Cecilia Brinkmann, y venía con la idea de dar inicio a las operaciones de una empresa familiar que empezó a dibujar hace tres años. “Regresamos cuando aún no había cuarentenas, pero nos autoimpusimos una, para no contagiar a nadie, por si traíamos el virus. Nos vinimos a Villarrica con dos hijos que estaban en Estados Unidos y aquí sigo. Desde acá veo todo, me llevo entre videoconferencias y trabajos en la Arboleda Dutchman Villarrica, que estamos construyendo con mi señora”.

El emprendimiento del que habla –y en el que su mujer tiene un rol protagónico– consiste en “la representación de la mejor maquinaria para sacar, transportar y replantar árboles de gran tamaño”. Para ello negociaron la representación de Dutchman Industries Inc. y la firma de compostaje europea Ritorna Medio Ambiente para Chile.

El ex parlamentario UDI –y hombre clave de la transición– se dejó crecer una densa y cana barba. Dice que está feliz con su vida sureña, la cual transcurre entre los bosques y su cabaña en el lago. Confiesa que “me cuido al máximo. Veo a muy pocas personas y siempre con distancia, no me saco la mascarilla y me lavo las manos con alcohol gel cada vez que me subo al auto. Me comporto como ingeniero frente al cuidado sanitario”.

Desde la pantalla se le ve de buen ánimo. Pero admite que está muy apenado por los efectos de la pandemia, sobre todo por la situación de los sectores más vulnerables. “Conozco en profundidad esa realidad y sé el terrible impacto que se está produciendo en el mundo popular”. Cuenta, además, que en plena pandemia nació su décima nieta, Jacinta, y que tampoco han estado ajenos como familia a los dolores de la enfermedad: “Uno de mis siete hijos dio positivo para covid, por ahora sin síntomas graves. La vida es así, con luces y sombras”.

Insiste en que está completamente alejado de la política. Que no la extraña. Y que por eso, la última vez que dio una entrevista fue hace siete años. De hecho, su más reciente aparición pública se registró durante el verano, cuando declaró como testigo en la defensa del ex senador Jaime Orpis (UDI), en el marco del caso Corpesca. “Estimé un deber moral dar testimonio en el juicio de Jaime. Podrá haber cometido muchos errores para financiar su campaña a senador, pero de ahí a ser acusado de cohecho, me parece tremendamente injusto. Jamás lo ha cometido. Todos sabemos de su honorabilidad y austeridad de vida, aunque muchos no lo dicen en público, sí lo hacen en privado. Junto a Ana Luisa, su gran vocación y pasión fue y es la Corporación La Esperanza, que crearon para atender a los más pobres dentro de los pobres: los jóvenes drogadictos”.

-En esa oportunidad usted dijo que en Chile abundaban los hipócritas.

-Si volaran, en Chile no veríamos el sol.
Longueira también ha enfrentado una delicada situación judicial: en 2017 fue formalizado por delito tributario y cohecho en el caso SQM (del primero ya fue sobreseído). Y está a la espera del juicio oral en la segunda arista.

-Respecto a su situación judicial, ¿en qué etapa está?

-Estoy esperando hace más de un año, después de innumerables postergaciones, tener el juicio oral. No acepté ni aceptaré ningún acuerdo con la Fiscalía, porque jamás he cometido los delitos de los que me acusan. Por no aceptar al acuerdo, a través de mi abogado (Alejandro Espinoza) –que era cambiar el cohecho, que según ellos no existía, por tráfico de influencias y negociación incompatible, delitos que por cierto también, jamás cometí–, tres días después allanaron a las 7 de la madrugada, en forma simultánea, mi casa, mi oficina y la de mi secretaria. Soy, por lejos, el chileno más investigado, abrieron mis cuentas bancarias, las de mis colaboradores, las de las fundaciones, todos mis correos, el privado, el de senador y el de ministro.

Me revisaron todas mis asignaciones del Senado, solo por mencionar algunas. ¿Qué encontraron? Nada, porque no había nada que encontrar, porque soy inocente.
El ex precandidato presidencial sostiene que “en mis más de 30 años de servicio público, me autoimpuse normas éticas muy superiores a las leyes. Nunca he tomado un solo peso que no sea mío. No puedo tener la conciencia más tranquila y lo que he sufrido es una persecución increíble, que duró más de cuatro años. En todo ese período filtraron ilegalmente a los medios lo que se les antojó. Ahora llega el tiempo de la justicia. Aunque sé que el daño que me han hecho es irreparable, espero limpiar mi honra, por mi familia y por el bien del partido que fundamos junto a Jaime (Guzmán)”.

“El gobierno ha tenido más aciertos que errores”

-¿Cómo ha visto al gobierno en el manejo de la pandemia?

-Creo que ha tenido un manejo relativamente bueno. El rol del Jaime Mañalich ha sido notable. Qué afortunado es el país de tener en esta pandemia a este tremendo ministro. Qué duro ha sido conducir esta crisis sanitaria en un país donde hay 17 millones de expertos en coronavirus. Es admirable su fuerza y el coraje. Es muy triste ver cómo algunos, con tal de figurar, no trepidan en criticar por criticar. Ningún gobierno, tampoco este, dejará de recibir los aportes de todos, si ello se hace con buena intención. Veo que el gobierno ha tenido más aciertos que errores.

Lee toda la entrevista, aquí.

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