Política

Las incógnitas que abre en el Senado el reordenamiento de fuerzas para el período 2022-2026

Aunque tradicionalmente ha sido la Cámara más moderada, la llegada del PC y el Partido Republicano podría radicalizar las posturas.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Lunes 22 de noviembre de 2021 a las 17:52 hrs.
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Foto: Agencia Uno
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Mucho se ha sostenido que para quien sea que gane la segunda vuelta será difícil gobernar. Este desalentador pronóstico es lo único claro respecto del balotaje.

Una muestra de aquello es la conformación de la Cámara Alta, donde las fuerzas de centroizquierda y centroderecha quedaron prácticamente empatadas.

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La gran sorpresa es que vuelve el Partido Comunista a esta corporación, que desde el regreso a la democracia no había logrado ubicar a ningún representante de sus filas en ella; y, al otro extremo, el Partido Republicano consiguió un escaño, por lo que se podría prever que el Senado estará más polarizado que en la actualidad.

Finalmente, tras esta elección, la Cámara Alta estará compuesta por 50 representantes, como lo establece la reforma que puso fin al sistema binomial en 2015. Para ello en esta elección sólo se eligieron senadores en nueve regiones (27), mientras que se mantienen los 23 de otras siete (Arica, Tarapacá, Atacama, Valparaíso, Maule, La Araucanía y Aysén).

De este modo, la configuración del nuevo Senado por partidos favorece por lejos a Renovación Nacional, que se consolidó como la primera fuerza en la Cámara Alta con 12 escaños.

Le siguen la UDI (9), el PS (7), el PPD (6), la DC (5), Evópoli (3), el PC y el FRVS (2 cada uno), el Partido Republicano (1) y dos independientes fuera de pacto.

Tensión por los extremos

La gran diferencia con el Senado actual -en que oficialistas suman 19 senadores y la oposición, 24- es que a partir de marzo de 2022, de ser necesario dependiendo de quien se imponga en la segunda vuelta presidencial, los pactos de Chile Podemos Más (24) y el Frente Social Cristiano (1) se aglutinarían en una sola fuerza de centroderecha; mientras que Nuevo Pacto Social (18), Apruebo Dignidad (5) e independientes fuera de pacto 2, podrán hacerle el peso desde la centroizquierda.

Ello, porque pese a que los dos independientes llegaron a la Cámara Alta sin apoyos políticos son más proclives a la actual oposición. De hecho, en la Cámara de Diputados, Karim Bianchi ha sido un duro opositor al actual gobierno; mientras que la debutante en las lides políticas, Fabiola Campillai, en los albores de su candidatura era apoyada por la Lista del Pueblo, de la que luego se alejó.

Esta formación hace prever que el Senado, que tiene tradición de ser más moderado que la Cámara, podría polarizarse con la llegada de figuras como Rojo Edwards del Partido Republicano, por un lado, y el regreso del Partido Comunista a esta corporación, con Claudia Pascual y Daniel Núñez, por el otro.

Factor DC

La postura de la mayoría de los senadores no es un misterio, lo que sí abre una duda frente a esta conformación es cómo se comportará la DC, que sigue siendo, entre los partidos que tradicionalmente han estado representados en el Senado, la que cuenta con el menor número de senadores.

Por un lado, está la posibilidad de que genere un ambiente incómodo al optar por ser oposición, llegue quien llegue a La Moneda, considerando que entre sus socios del Nuevo Pacto Social, en mayor o menor grado se han abierto a apoyar a Boric. De hecho, el PS ni siquiera esperó a que su candidata presidencial reconociera la derrota para salir a ofrecer el respaldo al abanderado de Apruebo Dignidad para el balotaje. Señal que la DC está demorando.

La decisión del falangismo se definirá en la Junta Nacional del partido, cuya fecha se resolverá recién esta tarde en un Consejo Nacional que se realizará a las 17:30 horas.

Si la colectividad liderada por Carmen Frei ratifica la postura de no sumarse a la candidatura de Gabriel Boric podría dividir el Senado en tres y aunque sería la facción más pequeña, sus votos serían significativos en los proyectos de quórums mayoritarios, como por ejemplo en las reformas que requieren 2/3 para ser aprobadas.

Lo que está claro es que con la decisión de quedarse en el bando opositor, el mayor daño lo podrían infligir a la coalición de centroizquierda, que requiere de sus votos para mantener el eventual empate con la centroderecha y en un posible gobierno de Boric haría impracticable muchas de las propuestas del candidato.

Lo que está por verse es qué alma de la DC se impone en la Junta Nacional, si es que se hace antes del 19 de diciembre, porque la burocracia parece estar imponiéndose.

Necesidad de acuerdos

Por otra parte, si se mira el vaso medio lleno, el empate de fuerzas podría obligar a buscar acuerdos en un Senado altamente tensionado. En cambio, si se ve por el lado negativo, esta conformación de fuerzas podría impedir el avance de reformas que ya no han logrado ver la luz en gobiernos anteriores. El caso más paradigmático es la reforma de pensiones, principal compromiso de campaña de la administración del presidente Sebastián Piñera, considerando que Boric también ha hecho propuestas en esta materia.

Así las cosas el nuevo Senado, que podría ser el último si la Convención Constitucional dice algo al respecto, se parecerá bastante más a la Cámara de Diputados.

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