Política

Pauline Kantor, la exministra del Deporte se rearma con foco en directorios e impulso de políticas públicas

Su salida del gabinete en medio de la crisis social sorprendió a todos, porque su cartera estaba bien evaluada. Pero la periodista y exesquiadora prefiere dar vuelta la página. "Los tiempos no están para andar pensando en uno, sino en el país".

Por: Renato García y Paula Vargas | Publicado: Lunes 25 de noviembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Hacía pocos días que Pauline Kantor había dejado el Ministerio del Deporte. Recorría distraída los pasillos de una tienda, afectada todavía por su sorpresiva salida, pero sobre todo, por las violentas imágenes que habían sacudido al país. De pronto notó que alguien la seguía. La persona se acercó y le dijo abruptamente: "Usted no me conoce, pero la vi entrar y necesitaba darle un abrazo porque me parece muy injusto lo que le hicieron". Un trabajador que sacaba artículos de una bodega presenció la escena y entonces la reconoció. "Ah, usted es la ministra que no había que sacar", exclamó. Y fueron muchos los que reaccionaron así. En medio de la ola de descontento, eran previsibles los cambios en carteras como Hacienda, Economía y Trabajo, que estaban en el centro de las críticas, pero el nombramiento en el Ministerio del Deporte no parecía responder a ninguna lógica.

Kantor reconoce que el impacto fue grande: "Me pasé la primera semana después de mi salida acostándome a las 3 o 4 de la mañana contestando los mensajes que me llegaban. Recibí muchos mensajes muy bonitos, de gente como Tomás González, Bárbara Riveros, Iván Zamorano, de mucho agradecimiento por mi compromiso. Sentí que se valoró el trabajo realizado".

Cuando el Presidente le notificó su decisión, Kantor no le recriminó nada. "Le agradecí la oportunidad que me había dado de ser ministra porque uno tiene la posibilidad real de generar políticas que cambian vidas y somos muy pocos los que hemos tenido esa suerte".

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Política de trincheras

Aunque reconoce que no anticipó el violento estallido social, admite que las causas del descontento estaban a la vista. "Muchos teníamos claras las razones porque las últimas cuatro campañas presidenciales habían sido todas en función de las demandas en salud, educación y pensiones. Eran temas que estaban ahí".

¿Qué faltó entonces? Para ella, lo primero fue entender el sentido de urgencia con que se necesitaba reaccionar. "En el último tiempo había surgido lo peor de la política, una política de trinchera, muy ideologizada que dejó de mirar el bien del país. Cada uno se atrincheró en sus puntos de vista, en su modelo, sin pensar que acá había personas. Todas esas cosas se fueron acumulando y a las clases política y empresarial les faltó verlo".

Como periodista, Kantor reconoce que hubo fallas en la estrategia comunicacional del gobierno.

"Evidentemente hubo frases desafortunadas. Falta de conexión. Son introspecciones profundas que cada uno debe hacer y como autoridad entender el país en el que uno vive. Uno no vive en el metro cuadrado de su casa, sino en un país con mucha desigualdad. No se puede comparar la cantidad de áreas verdes que tenemos en el sector oriente con las del sector poniente. Eso, da rabia. Yo lo veía como ministra porque tenía que buscar plazas para hacer talleres y muchas veces me quedaba hasta tarde pensando cómo arborizar más, cómo hacer que estos lugares fueran más habitables".

Pero Kantor también valora el cambio de rumbo que han dado las autoridades tras el 18 de octubre. "Se ha ido avanzando. El gobierno y una parte de la oposición han entendido, y cosas que se decían que eran imposibles, ahora son posibles. El Presidente ha tenido un cambio importante. Ha interiorizado mucho más lo que ha estado sucediendo, porque en su diagnóstico las problemáticas estaban bien identificadas. El tema era la urgencia y los cambios que había que hacer para llegar a esas soluciones, la capacidad de ceder, porque acá todos teníamos que ceder. Yo creo firmemente que en la vida uno tiene derecho a cambiar. Eso es lo que le pasó al Presidente. Aunque quizás partió mirando esto como un tema de orden y de seguridad, hoy tiene una mirada muy distinta".

Sin embargo, la exministra dice estar preocupada, y ve con angustia cómo se extiende la violencia en las calles. "Me preocupa que veo que a pesar de todo lo que se ha avanzado vemos que en las calles sigue la violencia, que hay anarquismo. Entonces siento que esa violencia ya no está asociada a las demandas sociales".

Aunque reconoce que una parte de la oposición está contribuyendo a la búsqueda de acuerdos, apunta sus dardos contra los sectores más radicales. "En este país la izquierda más dura no tolera que la derecha gobierne. Hay una odiosidad enorme de parte de la izquierda más extrema que no está dispuesta a entrar en esta nueva colaboración, que exige la renuncia del Presidente, que quiere un carnaval de acusaciones constitucionales y no está mirando el bien común. Es un discurso que debería recibir una condena mucho mayor".

Pero no todo es malo. Desde su nueva realidad, con más tiempo para ella y su familia, ha podido ser testigo de algunos de los aspectos más positivos de este proceso, y destaca lo que ha significado para la gente los diálogos ciudadanos. "La gente por primera vez encuentra el espacio que nunca tuvo para conversar. Eso demuestra la necesidad que había de compartir experiencias, de saber que lo que te dolía a ti también le dolía al vecino, o poder compartir lo que a ti te alegraba".

Dice que el conflicto social le ha permitido reflexionar junto a su marido y sus cinco hijos. "Se nos ha dado la posibilidad de tener muy buenas conversaciones". Recuerda que en los primeros días del conflicto social uno de sus hijos tomó la bicicleta y salió a recorrer la ciudad para ser testigo directo de lo que estaba ocurriendo. Otro participó junto a unas 100 personas en un cabildo. "Le costó mucho que lo escucharan porque le decían que era muy joven y no tenía experiencia, pero humildemente les pidió que lo oyeran, porque quería contarles cómo estaba viviendo él todo este proceso y que, pese a ser de un sector privilegiado, sentía que había cosas que tienen que cambiar. Al final fue muy bueno porque lo escucharon y él se quedó con la idea de que sus palabras sí fueron un aporte".

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Directorios y política

Pauline Kantor tiene varios proyectos en carpeta. Lo primero es aprovechar toda la experiencia que adquirió en el servicio público para explorar el mundo de los directorios. Está consciente de que en el contexto actual, los directores no enfrentan una tarea fácil, pero cree que es una posición desde la cual ahora habrá mucho que aportar. "Con la agenda social actual, y con la mirada comunicacional que uno trae, ahí existe hoy una necesidad, porque a partir de ahora todo tendrá que incorporar un enfoque comunicacional, en el sentido de cómo trasmitirle las cosas a la gente", explica.

En el pasado ya se había desempeñado como directora en Dimacofi, empresa ligada a su familia, y en directorios de federaciones y clubes.

Pero el germen de la política caló hondo en la exministra, que ahora quiere involucrarse más en ese mundo. Aunque no milita en ningún partido, tiene más cercanía con Evópoli y se siente orgullosa de ser de centro.No le interesa un cargo de elección popular sino que como independiente aportando en todo lo que es la elaboración de políticas públicas y estrategias.

Pero también está la veta académica y las ganas de volver a hacer clases. "Estoy dándole vueltas a cuál podría ser mi aporte para formar alumnos, mezclando el tema de la agenda pública, la agenda social y las comunicaciones", aunque también le atrae la línea de la investigación, algo que hizo cuando estaba recién egresada y a lo que siempre quiso dedicar más tiempo. "Uno de los temas que me gustaría abordar es el impacto que tienen los medios en la generación de políticas públicas".

Por último, aunque no menos importante, está su pasión por el deporte, donde quiere hacer algo más en la línea "pro bono". Una temática donde espera contribuir es en el empoderamiento de las mujeres a través del deporte y cómo eso permea al resto de la sociedad.También ve un gran espacio para seguir colaborando con el sector privado en el financiamiento de deportistas. Dice que el aporte del sector privado es muy bajo, en parte porque muchas veces las empresas son vistas solo como una caja de efectivo y no se las incluye en las instancias de planificación. "Cuando cada empresa aporta en forma individual es muy distinto a sentar a todos los actores en una misma mesa para buscar una causa. De ese modo se logran avances mucho más profundos".

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