Política

Ricardo Cifuentes (DC): “Junto con mayor distribución, tiene que haber énfasis en cuidar y potenciar el crecimiento económico”

En este contexto, el diputado electo dice confiar en que “la responsabilidad fiscal se refleje en la reforma tributaria que envíe el gobierno” al Congreso.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Lunes 7 de marzo de 2022 a las 13:53 hrs.
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Es profesor de Estado, pero tiene una larga trayectoria en el servicio público: fue subsecretario de Desarrollo Regional; intendente de la Región de Coquimbo y director de Televisión Nacional de Chile; Ricardo Cifuentes Lillo (59), es militante DC y en su cuarta postulación a un cargo de elección popular resultó electo para integrar la Cámara de Diputados en representación del distrito 5 (Andacollo, Canela, Combarbalá, Coquimbo, Illapel, La Higuera, La Serena, Los Vilos,
Monte Patria, Ovalle, Paihuano, Punitaqui, Río Hurtado, Salamanca y Vicuña).

Cifuentes está convencido que la composición de la Cámara de Diputados para el próximo período "representa mejor al Chile actual", aunque admite que también implicará un desafío, pues habrá que dialogar más intensamente para llegar a acuerdos. Por otro lado, la bancada de la DC a la que pertenece ya acordó que el diputado será quien la lidere el próximo año, 2023.

-¿Qué lo llevó a postular a la Cámara esta vez?
-Chile tiene un gran desafío en los próximos años y los que tenemos alguna experiencia queremos seguir aportando. Y, humildemente, creo que puedo ser un aporte a nivel a nacional y también a nivel de la representación que uno hace de los habitantes de esta Región de Coquimbo.

-¿Le preocupa que la composición tan diversa de la Cámara haga más complejo alcanzar acuerdos?
-Es un desafío y una oportunidad. Una oportunidad, porque por primera vez hay una representación tan diversa que, creo, representa mejor al Chile actual. Y es un desafío, obviamente, porque nos lleva a trabajar y dialogar mucho y muy intensamente con todas los fuerzas políticas que tienen representación en el Congreso para lograr los mejores acuerdos; tanto en la legislación que va a proponer el nuevo gobierno como en la articulación después del plebiscito de salida, que espero que se apruebe, independientemente de lo que está ocurriendo (en la Convención), que son las discusiones naturales que se dan en este tipo de organizaciones.

-Sin embargo, algunos como el secretario general de RN, diputado Diego Schalper, están en una postura poco dialogante, ¿le inquieta el ánimo con que parece estar la futura oposición?
-Me preocupa lo que hemos leído en los diarios sobre las declaraciones del secretario general de Renovación Nacional; me preocupa, además, que no hayan sido desmentidas con la fuerza que lo debió hacer un partido que siempre ha sido bastante razonable. No es la actitud que uno esperaría de un partido democrático, de cara a un nuevo gobierno, sin conocer siquiera cuáles serán los proyectos de ley que se propongan o cuál será la actitud con que el Ejecutivo encare esta nueva etapa de Chile.

-Una reforma tributaria sería la prioridad del nuevo gobierno, ¿cree que hay piso para tramitar ese proyecto?
-Espero que haya ánimo para discutirla a fondo, para analizar las consecuencias positivas y negativas que pueda tener una propuesta como esta. Soy un convencido de que Chile necesita una reforma tributaria, ojalá de largo plazo, que hagamos una discusión de fondo que nos lleve a tener una reforma equilibrada, potente, con dos elementos centrales: justicia social y que sea capaz de impulsar la economía. No sólo para obtener más recursos, sino también para poner los incentivos donde la economía lo necesita. Hay que evaluar bien cuál es ese equilibrio, cómo se produce. Y me da la impresión de que en el gobierno de Boric, y en particular en el área económica, existe esa percepción, como lo hemos visto en las declaraciones que ha hecho el futuro ministro de Hacienda.

-Como democratacristiano, ¿lo tranquiliza que Mario Marcel esté al frente de la cartera de Hacienda?
-Es una persona de una gran experiencia. Cuando estaba en la OCDE él estaba muy abierto a las reformas que hicimos en materia de gobiernos regionales y no es común que un ministro de Hacienda tenga esta visión territorial tan acentuada, como la tiene Marcel. Por lo que sobre todo en los temas macroeconómicos, creo que vamos a tener una propuesta muy sólida, de personas que son muy serias y que conocen bien las materias sobre las que les toca decidir.

-¿Cree que va a tener la suficiente mano duda para mantener a raya la responsabilidad fiscal?
-Ese es otro desafío enorme. Confío en lo que han señalado tanto el presidente electo como el ministro secretario general de la Presidencia, Giorgio Jackson, porque ellos han vuelto a colocar el tema de la responsabilidad fiscal como una cuestión fundamental. Así es que confío en que eso se refleje en la reforma tributaria que envíe el gobierno al Parlamento.

-¿Cuáles son los aspectos negativos que podría tener la reforma, afectar el crecimiento y la inversión, por ejemplo?
-Absolutamente... Creo que tenemos que hacer una reforma que nos permita mantener las cosas en que Chile ha sido potente en los últimos 10, 15, 20 años o más, hay que fortalecer eso. Todo lo que tiene que ver con el emprendimiento; facilitar la conformación de nuevas unidades productivas, especialmente en los niveles más pequeños, y con mucha preocupación territorial especialmente respecto de cómo los gobiernos regionales y las comunas obtienen más recursos.

"Nada está escrito en piedra"

-Dado que los próximos dos años serán difíciles, con bajo crecimiento, ¿es posible una reforma tributaria sin afectar el crecimiento económico y la inversión?

-Creo que sí. Hay que estudiar mucho y muy en profundidad cada uno de los instrumentos y cada una de las modificaciones que el Ejecutivo quiera hacer. De tal manera de minimizar estos efectos negativos, en un contexto de crecimiento muy bajo; y, sobre todo, en un contexto internacional muy complejo, derivado no sólo de la pandemia, sino también y muy especialmente de lo que está ocurriendo en Europa. Esto va a tener un efecto en los mercados internacionales. Chile está muy abierto al mundo, eso es una gran potencia y una cosa que hay que cuidar mucho en estos años. Junto con mayor distribución, tiene que haber énfasis en cuidar y potenciar el crecimiento económico. Ahora, yo miraría esto con un poquitito más de optimismo.

-¿Por qué?
-Porque en el pasado hemos tenido los mismos nubarrones y frente a cualquier discusión tributaria que ha habido, algunos se fijan más en las nubes negras que en el sol que está empezando a salir. Desde ese punto de vista, en el pasado, Chile ha sido capaz de hacer modificaciones tributarias y crecer. Eso es lo que tenemos que volver a tomar como ejemplo y para eso se requieren grandes consensos. El tema va a estar en la profunda discusión parlamentaria; en la disposición del gobierno a mejorar los proyectos, profundizarlos, teniendo en consideración estos elementos de contexto.

-¿En estos consensos son necesarios los empresarios?
-Todos. Por supuesto, los empresarios tienen que estar, porque ellos son el principal agente económico de Chile, no sólo los grandes, también los pequeños. Y, por cierto, que hay que tenerlos en consideración, porque estas reformas afectan principalmente a las unidades productivas y también a las personas, desde luego, dependiendo de hacia dónde se carga más la mano, desde el punto de vista del énfasis que ponga el Ejecutivo para tener una mayor recaudación. El desafío es precisamente integrar a todas y a todos los actores que tienen algo que decir en esta discusión.

-Ya se aprobó una PGU pero la reforma de pensiones es otra de las prioridades del futuro gobierno, ¿a qué se debería aspirar para que efectivamente una reforma de pensiones viera la luz?
-A propósito de la aprobación de la PGU, que fue respaldada por una mayoría inmensa en ambas cámaras, denota que hay una voluntad de agregar solidaridad al sistema. Que ya no todo depende del ahorro individual, como se defendía hasta hace unos meses. Desde ese punto de vista hay un pequeño cambio, incluso en la derecha que ha ido avanzando en esta idea de que la seguridad social es una preocupación del Estado en primer lugar. Puede ser administrada por privados, pero el Estado jamás puede abandonar esta preocupación. Esa es una clave que nos va a servir mucho para promover una reforma más potente y estructural en los próximos meses.

-Una propuesta que ha estado en la palestra desde hace años es la posibilidad de aumentar la edad de jubilación, ¿le parece que habría que pensar en ello dados los cambios demográficos que ha habido en nuestro país?
-Nunca habría que descartarlo. No va a ser fácil esa discusión, especialmente para la gente que está por jubilar, va a haber que hacer distinciones. Uno podría hacer una reforma que, por ejemplo, afectara a los que están entrando al mercado laboral y no a los que están próximos a salir de él, porque ellos han jugado con unas reglas del juego que no se les puede cambiar al final. Particularmente a las mujeres que tienen una expectativa de jubilarse a los 60 años. La propia PGU ha hecho una cosa bien interesante en esta materia, que se mantuvo la edad de jubilación en 60 y 65 años para las mujeres especialmente; sin embargo los beneficios de la PGU comienzan también para las mujeres a los 65 años. Entonces, quizás, ahí hay un buen mecanismo para analizar la edad de jubilación o cómo ciertos beneficios son posibles de establecer en un calendario que permita al Estado ir financiándolo.

-Como se están dando las cosas, ¿le parece viable que se discuta la rebaja de la jornada laboral de 45 a 40 horas?
-Hay una voluntad de cambios muy significativos en distintas áreas, está la reforma tributaria, que va a tener una fuerte presión sobre las empresas y las unidades productivas de todo tamaño, particularmente las pequeñas; está este ánimo de que el Estado aporte más recursos a una reforma previsional y que mejore el acceso a la salud, en fin... La cuestión es saber en qué momento se puede llevar a cabo una reforma de institución de las horas de trabajo, que es sumamente razonable y que está en línea con lo que están haciendo todos los países desarrollados. Bélgica acaba de acordar, en plena pandemia, que va disminuir un día laboral...

-Pero son países que producen más por hora que Chile...
-Claro, tienen mayor productividad, entonces a lo mejor se podría indexar esto de las 40 horas a la productividad... Por eso hay que abrirse a la conversación, nada puede ser desechado de una vez, ni nada puede ser impuesto a tontas y a locas, afectando la economía y el desarrollo social del país. Por eso es que con inteligencia, con buena voluntad, con experiencia, hay que ir evaluando caminos alternativos. Nada está dicho o escrito en piedra en esto.

 

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