Actualidad

Andrés Velasco: "El Brexit puede terminar desmembrando a Gran Bretaña"

En una visita exprés a Chile, el ex ministro de Hacienda habla sobre el clima que se vive en el Reino Unido, sobre Ciudadanos y las reformas del gobierno de Piñera.

Por: Revista Capital | Publicado: Jueves 14 de marzo de 2019 a las 12:44 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

El 1 de septiembre –dos semanas después de la fallida elección interna de Ciudadanos, el partido que fundó–, Andrés Velasco aterrizó en London School of Economics (LSE). Ese día, la prestigiosa universidad inglesa inauguró su nueva escuela de Políticas Públicas, con el ex ministro de Hacienda como decano. A mediados de año, el economista había recibido una llamada de un profesor de LSE, a quien conocía a través de Harvard, con la propuesta: "Me dijo 'tenemos una lista corta de cinco candidatos a quienes queremos entrevistar, ¿te interesaría?'. Lo hablé con la Consuelo (Saavedra, su mujer) y dijimos, ¿por qué no?", cuenta.

Se instaló en el South West London, para priorizar el colegio de sus tres niños, que queda a pocas cuadras de su casa. Antes de llevarlos a clases, trota por el barrio y luego toma el metro hasta LSE. En la universidad imparte un curso de Globalización y Economía Política del master de Asuntos Públicos de la facultad. El resto del tiempo lo pasa recibiendo alumnos, en almuerzos con académicos y en muchos viajes internacionales para dictar conferencias. En los patios del campus, Velasco interactúa con el experto en políticas públicas Tim Besley; con el autor del informe Stern que hace 10 años prendió la alarma del calentamiento global, Lord Stern; con el especialista en temas de la UE, Simon Hix, y con Keyu Jin, a su juicio la mejor economista china.

"Ha sido una pega soñada, que me permite hacer cosas académicas serias y al mismo tiempo es una gran galería de la cual participar y opinar en debates de políticas públicas. Además, es un momento fascinante para estar en Londres. Yo les digo a mis amigos ingleses que salí de América Latina, que tiene una mala política, y llegué allá y me siento en casa porque la política es tan mala o peor que acá", asegura en un café en Isidora Goyenechea, en un viaje exprés que realizó a Chile para visitar a su madre y reunirse con su equipo de Ciudadanos.

-¿Cómo está el clima en Londres ad portas del Brexit?

-Está bastante desordenado. Hay un populismo desatado de buena parte de la clase política, de un mundo conservador que se corrió al extremo, y que por anotarse el poroto político del Brexit han hecho pagar a Gran Bretaña (GB) un costo gigantesco. Y con el Partido Laborista capturado por un gallo de extrema izquierda al que le ha costado sacar la voz. Recién la semana pasada el partido dijo finalmente que estaba disponible para hacer un segundo referéndum.

-¿Qué tan probable es que eso ocurra?

-El que te diga qué va a pasar, se fumó algo, como diría Escalona, porque nadie tiene muy clara la cosa. Hay una probabilidad de todo: que el 29 de marzo no haya acuerdo de ningún tipo y que ese día Gran Bretaña se caiga de bruces; hay una probabilidad que la señora May –todos hablan de ella como Mrs. May– consiga a última hora suficientes votos para aprobar un acuerdo modificado; está la posibilidad de que Europa le dé dos o tres meses más y que el cuento se dilate; también que haya un segundo referéndum; que el gobierno caiga, ya sea porque los conservadores echan abajo a Mrs. May o porque pierda la confianza del Parlamento. Todas las alternativas son posibles y faltan dos semanas.

-¿La gente está asustada? Parece que muchos no entienden bien lo que pasa...

-Mucha gente votó, como votamos tantos, un poco por tincada, o por rechazo al gobierno de entonces. Las encuestas dicen que, aunque por un margen pequeño, si hubiera un segundo referéndum, Gran Bretaña rechazaría el Brexit. La gente tiene un temor práctico de perder la pega, o de que vayan al supermercado y no haya qué comer. GB es una comunidad súper abierta que comercia más que nada con Europa. Todo eso el 29 de marzo a las 8 de la mañana deja de operar. Entonces, el tipo que tiene sus vaquitas en el campo y produce lácteos dice "¿y ahora a quién le vendo? ¿Por qué me rijo?". Son reglas que se hicieron a lo largo de 50 o 60 años. Reemplazarlas de la noche a la mañana es muy difícil.

-¿Cómo califica el rol que ha jugado Theresa May?

-Hay que reconocerle que ha tenido una tenacidad y una dignidad, me atrevería a decir, frente a una ley imposible. Es ver a un político en la situación más difícil en la que puede estar: tiene el mandato para hacer algo en lo que no cree. Mrs. May estaba en la parte anti Brexit del Partido Conservador. Su partido está dividido en dos y la mitad dice que ella es una traidora porque está buscando un Brexit blando, cuando lo que el país quiere es un quiebre abrupto. Y la otra mitad del partido piensa que está llevando al país al precipicio y que debería pactar con Europa.

-Entre los escenarios que se pintan está el extremo que habla de supermercados desabastecidos versus quienes piensan que en seis meses todo volverá a la normalidad,¿dónde se ubica?

-Es que hay dos cosas muy distintas: ¿qué tan desabastecidas van a estar las repisas del supermercado? Nadie lo sabe. Probablemente bastante, pero eso es pasajero. El problema es otro: un país de 80 millones de personas, que viene hace un siglo construyendo una relación con sus principales vecinos y de un día para otro les tira la cadena, ¿está haciendo algo inteligente o algo torpe? A mi entender, totalmente torpe.

Segundo, los proponentes del Brexit dicen tener alternativas, pero no las tienen, porque todas las ideas que han tirado o son inviables, o no están maduras o se demorarían años en aplicar. Pero más allá de los detalles de si el arancel va a subir o va a bajar, lo terrible de todo esto es que el Partido Conservador, para tratar de zanjar una pelea interna, llama a un plebiscito que jamás creyeron que iban a perder y lo pierden.

Y lo otro preocupante es un estilo de política en que los argumentos se extreman, en que se apela a los sentimientos más burdos y oscuros del alma humana, incluyendo el racismo y el nacionalismo del malo. Eso no es bueno para GB, ni para nadie. 

Lee la entrevista original aquí.

Lo más leído